Hoy te vi.
Estúpida, eso es lo que soy.
Odio a la maestra de biología por hacerme pasar la segunda vergüenza más grande de mi vida. La primera fue cuando me quedé callada frente a ti el otro día.
La señora explicaba la clase y me llamó de la nada. Yo solo hacía mi actividad favorita, verte. Tuve que levantarme del asiento, ella me mandó a la pizarra y fui.
Estaba contestando las preguntas cuando empecé a oír unas risas. No sabía el porqué de su gracia y seguí escribiendo. Luego oí más risas. Ya no podía ignorarlas.
Dejé la tiza en su lugar y me volteé. La mayoría del salón murmuraba con sonrisas burlonas en sus caras. Mi amiga me observaba preocupada. Sus labios se movieron y entendí el mensaje.
Salí disparada hacia mi carpeta mientras se reían. Fijé mi vista en ti y me devolviste la mirada. Estaba tan sonrojada, parecía un tomate. Me senté y grité en mis adentros.
"¡Maldito Andrés!".
Ojalá hubiera nacido hombre. Me habría librado de la tortura de cada mes, y habría hecho mi historia gay contigo.
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No hagas caso a lo último.