CAPÍTULO #42
Dariana
–¡Lo encontré! –grita una Annie demasiado fuerte alzando con sus manos un par de aretes color zafiro con detalles en dorados, haciendo una combinación delicada pero preciosa.
–Deberían ir a dormir de una vez –menciona Alek comenzando a despejar un poco la cama.
-Para que sus hermosos ojitos no se vean cansados –Toca con su dedo de en medio delicadamente sus pómulos – y que sus rostros se vean relucientes y brillantes.
–Tienes razón mi amor –Annie deja sobre la mesita de noche el par de aretes y corre al baño para hacer su rutina de noche.
–Ahí llevan sus cosas a mi habitación, dormiremos en ella.
–Gracias chicos –Me lanzo a los dos en un abrazo que fue correspondido rápidamente.
–Viste hermanito, estas sonrisas son demasiado hermosas –habla Marco soltándose del abrazo y tocando su corazón dramáticamente –Le dan luz a mi vida –Alek rueda los ojos y lo arrastra fuera de la habitación.
Me siento a la orilla de la cama esperando a Annie salir del baño, observo el vestido que elegí colgando del armario, es demasiado hermoso ni hablar de los complementos, son perfectos y las zapatillas son realmente un sueño. El vestido de Annie no se queda atrás, es tan glamuroso como ella, mientras que los trajes de los chicos combinan sutilmente con nosotras dos.
Un par de horas después nos encontramos los chicos y yo acostados intentando dormir, algo un poco imposible a causa de los hermanos parlantes, al parecer con más nervios que nosotras.
–Porque no guardan silencio –Annie suspira enterrando la cabeza en la almohada.
Pasaron un par de minutos mas y al fin los chicos y Annie cayeron en un profundo sueño mientras que yo seguía sin poder dormir, me sentía inquieta, estresada y cansada, no quería seguir pensando en él, pero volver a verlo me removió tantas cosas, trate de no pensar tanto, me acurruque sobre la cama, abrazando una de las almohadas y un poco más cansada comencé a quedarme dormida.
A la mañana siguiente me desperté a causa de muchas pisadas aparentemente apuradas, abrí un poco los ojos contemplando a una Annie llena de felicidad desbordando emoción, me removí levente para luego estirarme, en cuanto me puse de pie Annie se me abalanzó encima tomándome desprevenida, me arrastro al baño mientras se reía.
–¡Rápido! alístate y baja a desayunar – Cierra la puerta del baño conmigo dentro, escucho sus pasos alejarse.
Hago mis necesidades, tomo mi cabello en un chongo, lavo mi rostro y mis dientes, salgo del baño, estiro las sabanas de la cama y bajo por las escaleras a la cocina donde los chicos se encuentran tomando el desayuno. Me siento a lado de Marco, Alek me pasa un plato y vaso, Annie se encuentra a su lado devorando una galleta de chocolate, comenzamos a platicar sobre temas sin importancias, así pasamos la mañana esperando la hora para prepararnos para la noche.