Huele a Tentación

Capítulo 6

-¡Cloe! Cloe…

Un sonido suave y amorosa la hacía correr en dirección hacia ella. Cloe no sabía a donde se dirigía, pero esa voz la cautivaba y deseaba acercarse más. A cierta distancia vio una casa color blanca de madera que comprendía de dos pisos, notaba como de ella escapaban muchos globos coloridos hacia el cielo, comenzó a oírse una música que agradaban a sus oídos, rápidamente corrió hacia a esta.

Al entrar a esa casa noto algo realmente extraño, su piyama purpura ya no estaba, ahora tenía puesto un vestido largo color rojo con cintas blancas en los bordes y unas zapatillas negras. En ese momento dos personas salieron a recibirla y al instante noto que eran los Anderson, con una sonrisa en su rostro pasó a festejar el cumpleaños del niño que más adoraba, Dave Anderson; todo niño tiene su primera vez  en el amor, este era el de Cloe.

Cuando llego al patio trasero todas esas risas, la música y la diversión desapareció, todo se tornó gris y silencioso, todos la observaban fijamente hasta que uno de ellos se acercó para decirle.

-¿Qué haces aquí Olivia? ¿Dónde dejaste a Popeye? –Las carcajadas de las personas se hicieron notar.

-¿Para qué viniste? El día de los espantos ya paso.-Expreso una niña

-Creo que llegaste tarde a la repartición de carne, raquítica. –Grito un niño desde cierta distancia.

Allí Dave se acercó a ella, esta se encontraba arrinconada llorando, aún tenía esperanzas de que por lo menos él la tratase distinto al resto.

-Creo que está más que sobre entendido que no eres bienvenida en este lugar, así que… -Dirigió su mano hacia la puerta en señal de que se fuera.

El corazón de Cloe sentía un gran dolor, para ella la única persona que amaba y sentía que no la podría decepcionar ya lo estaba haciendo; esta solo bajo su rostro y al levantarlo cambio el escenario.

Se encontraba sentada en el comedor junto a su padre y a su madre, ambos  estaban serios y al parecer el padre de Cloe mantenía sus manos pegadas a su frente en señal de estrés. Cloe sonrió al ver a su familia nuevamente junta, después de tanto tiempo, sentados en la mesa compartiendo. Intento tomar la mano de su padre, pero este la alejo bruscamente gritándole:

-¡Maldición! ¿Podrías comer de una vez por todas?

-¡Richard no le digas así! –Grito la madre de Cloe al ver la actitud de él.

-Tú cállate o ¿Qué quieres? Que seamos la burla de todos al saber que tenemos una hija anoréxica.

-¡No soy anoréxica papá! –Expreso Cloe llorando.

-¡Cállate y come! –Tiro el plato de comida en su rostro.

***

-¡Nooooooo! –Grito fuertemente al despertarse.

El sudor de Cloe corría por todo su cuerpo, su corazón latía a mil y el dolor que sentía era indescriptible, no por un golpe, mucho menos por malestar, el recordar las palabras hirientes que una vez le dijeron provocaban en ellas un sufrimiento insoportable.

Rápidamente movió su almohada en la cual tenía varios chocolates en barra, rompió el empaque de una de estas de forma brusca para luego llevarlo a su boca y comerlo de manera desenfrenada.

-No soy raquítica, no estoy flaca. –Repetía lenta y suavemente de una manera psicópata.

Al acabarse el chocolate se levantó un poco asustada de la cama, encendió la luz con miedo y halo lentamente una tela que tapaba el espejo que tenía en su cuarto, al caer levanto su bata para mirar su cuerpo y a pesar de que pesaba unos setenta kilos se veía como una de veinte, no aguanto el imaginarse así y al instante tomo una caja de cristal que estaba en su repisa y la lanzo contra el espejo quebrándolo en pedazos…

 

***

-¿Ahora si podemos hablar? –Amy y Holly se encontraban en el Mc’Coffe.

-Secaba el sudor de su frente por el cansancio que sentía. –Espera ¿Quién diría que correr unos minutos me cansaría tanto?

-Es porque estás comenzando, ten calma. –Sonrió. -¿Al menos dime si te gusto trotar, hacer calentamiento y correr?

-Siendo totalmente sincera… sí,  no es que me encanto hacer todo eso, pero mantiene la mente ocupada.

-Eso sí. Aunque no lo creas, ser diligente tiene ciertos beneficios que poco a poco iras viendo tú solita. –Sonrió tocando la punta de la nariz de Holly. –Ahora sí ¿Me dirás lo que no me comentaste ayer?



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En el texto hay: angeles, demonios, pecado

Editado: 24.02.2018

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