La etapa universitaria llegaría pronto, Amy escuchaba a sus compañeros contar sus planes con emoción y deseando con ansias que el tiempo trascurra pronto, pues era un gran inicio que veían como forjar su independencia, a deferencia de todos ellos Amy, rogaba que los días se alargaran cada vez más.
Amy se mostraba una joven
-Nena, no me has contado que carrera elegirás- Le dijo Alicia su única amiga
-Aun no lo sé-manifestó confusa
-Yo ingresaré a Psicología, mi pasión desde niña
-Tu eres muy rara, Nena, aún recuerdo el primer día que ingresaste a la escuela, de tanta vergüenza que traías puesta, hasta te caíste al ingresar-agregó Alicia soltando carcajadas
-Claro, lo recuerdo como si fuera hoy, tú me ayudaste
-Desde entonces, siempre nos apoyamos, en la universidad será igual, solo debes decidir qué quieres estudiar, no te dejaré sola-confirmó su siempre amiga
La joven sonrió al recordar el suceso, abrazo con un gesto de nostalgia a su compañera, pronto acabaría la etapa a la que después de tanto esfuerzo había logrado adaptarse, Alicia constituyó un gran apoyo para ella, pues desde su ingreso le brindó su amistad, aunque Amy siempre solía contraer sus sentimientos.
Era muy buena estudiante, pero sin duda su gran dificultad era lograr socializar, en todo ello pensaba y no quería ni imaginarse lo que sería la tan mencionada «etapa universitaria».
Ella inventar historias, disfrutaba leer e interpretar las emociones de cada personaje, las historias románticas eran sus favoritas, le encantaría dedicarse a ello profesionalmente, pero aún no lo había comentado con nadie.
Al llegar a casa, se escuchaba conversación que por la distancia no lograba comprender, su rostro era de sorpresa, pues casi nunca recibían visitas, la presencia de una pequeña mujer elegante, llamó su atención, al lograr observarla de cerca, comprendió que se trataba de su abuela, a quien no veía hace mucho tiempo, pero siempre mantenían comunicación.
-Cómo has crecido mi niña, mucho más linda que en fotos-pronuncio la mujer acercándose completamente a Amy, abrumándola con tantos abrazos
-Que milagro, tu visita-dijo sospechosa
-Mi visita tiene un porque, claro que si-confirmó
-Tu abuela se preocupa por ti y por tu futuro, estas pronta a terminar la escuela-Intervino, un padre que muy poco se le escuchaba hablar
- ¿Has pensado acaso a que facultad ingresar?
Amy se quedó pensativa, su deseo era dedicarse profesionalmente a la actuación, sintió que era su oportunidad de que su familia se enterará de sus deseos.
-M e gustaría ser escritora - dijo casi titubeando
Alcanzó a observar el rostro de desconcierto que su imponente abuela emitía y su padre parecía ido, casi ni prestaba atención a la confesión de la joven.
-Te volviste loca cariño- fueron las palabras de su abuela
-Escribir cosillas por ahí no es una profesión, es un simple pasatiempo, tú debes ingresar a la facultad de negocios y finanzas, así seguir con el negocio de tu padre- añadió
-Claro que es una profesión- trató de defender la joven, pero inmediatamente fue interrumpida
-Tu papá necesita de tu apoyo, no vayas a dejarlo solo, yo ya no podrá seguir ayudándolo-Di algo Cesar
-Tu abuela tiene razón, yo necesito de tu ayuda, solo ya no puedo con toda la responsabilidad.
-No hay nada que discutir, en unas semanas te inscribiremos a la facultad-impuso Ana
Ala joven solo le quedo aceptar, aunque no estuviera de acuerdo, pero su padre necesitaba de su ayuda y ella debía prepararse, era su única compañía, no podía abandonarlo. Solo rogaba que el tiempo se prolongara cada vez más.
Al día siguiente en la escuela las conversaciones solo tenían un tema central, y era el futuro de cada estudiante
-Ingresaré a la facultad de negocios y finanzas-comento la joven casi murmurando
-No, nena, pero si eso es lo que menos te gusta- dijo sorprendida
-Debo prepararme y ayudar a mi padre
-No te siento convencida-aserto Alicia
Pero ya lo había decidido, aunque sentía un gran vacía, significaba renunciar a sus sueños, pero no quería defraudar a su familia, como siempre solo buscaba que sus actos satisfagan los planes familiares.
Amy sentía un profundo vacío, como cada noche se encerraba en su habitación, recordando aquel momento que volcó su vida, aquella imagen de su madre que nunca podría borrar de sus retinas…
Editado: 07.09.2020