Humanoides: La marca de la mutación | libro 1|

El laboratorio del Crimen

Salimos de la resistencia. Al salir nos encontramos con el caos. Los infectados caminan por todos lados. Les disparamos. Agarramos un auto y conduzco hacia el ex sector 16 donde está la vieja base de Icon.

Al llegar bajamos y les disparamos a los infectados. Haakon le vuela la cabeza a un infectado que intento morderlo y dice

– Eso estuvo cerca.

– Si. – Convino con una sonrisa.

Entramos a la base de Icon, que está más destruido que la última vez que estuvimos.

– ¿Qué debemos encontrar? – Pregunta Ludo

– Lo que paso acá. – Respondo

Haakon observa el lugar y camina por el lugar. Observamos todo y apuntamos con las armas.

– ¡Oigan! – Nos acercamos a él y dice. – Acá hay cámaras, si logro encender el control de estas computadoras veremos cómo empezó todo.

Haakon ha encontrado lo que parece ser un video del accidente. Reproducimos y observamos. Al principio del video todo parece estar tranquilo, los empleados y los científicos caminan por los pasillos, nada fuera de normal.

Hasta que veo a un Científico y a una niña. Era el Dr. Riccik quien se acerca a una puerta, Observa y sigue caminado, pero en ese momento ve alguien caminar por el otro pasillo y dijo:

– ¡Deténtelo ahí! – Haakon congelo la imagen y miro la figura humana con atención.

– Esa no es Nuria. – dice Samantha.

La miro con atención << no podía ser posible>>, digo

– ¿Puedes mejorar la imagen? – Pregunto

– Sí, claro. – responde Haakon

Mejora la imagen y veo con perfecta claridad.

– No es Nuria. Es Beagle. – digo.

Nos miramos y Haakon hace correr el video. En otra filmación se ve claramente que ella tira el frasco del virus G y que más tarde abre la puerta del sujeto RT14.

– ¡Ella provoco esto!, ¡fue su culpa! – exclama mi Mellizo

Salgo al pasillo y me imagino la escena en mi cabeza

– Entro por la puerta trasera. – Explico. – se dirigió al laboratorio en donde tiene los frasco del virus – G. Tomo uno y tiro el virus que salió por la ventilación. Eso hizo que se activara el control de Biohazard. pero era demasiado tarde, se había esparcido por todo el laboratorio, para cuando la computadora lo detecto, ya había tomado el control de base. –comento – Se cerraron todas las compuertas. Después Beagle abrió la puerta del sujeto RT14 y lo dejo salir. Y fue cuando Dr. Riccik se dio cuanta. Beagle salió finalmente por donde entro. La única salida posible, que no se había cerrado debido que la puerta se abre manualmente y que no la controlaba la computadora. – Explico mientras me imagina esa secuencia.

– ¡Lo viste todo! – Exclama mi mellizo sorprendido.

– Sí, pero mientras salía corriendo dejo la puerta abierta por eso salió el sujeto RT14 junto con el virus, por eso salir de la base. – Finalice

Ludo me mira asombrado y dice:

– Crees que Benicio le pedio que lo hiciera.

– Lo dudo, pero sabía lo que hacía. Lo hizo por cuenta propia – Respondo. – Tal vez eso último no era parte del plan, pero la jugada le salió bien.

De pronto me llamo la atención la puerta que tanto mira Riccik. Es al lado de donde estaba el sujeto RT14. ¿Qué habría ahí que tenía que ser tan contralado?; me pregunto. Me acerco a la puerta e intente abrirla, pero está bloqueada con un código de seguridad. Miro a Haakon quien me sonríe y dice:

– Si, averiguare el código. – Busca el código y aprieta el tablero virtual. –Ya está, adelante, Preciosa. – me dice.

Ludo, Sam, Caleb, Haakon y yo entramos. Me quedo helada de lo que ven mis ojos. Son partes de cuerpos, brazos completos, piernas, pies, cabezas, corazones. Todas están en recipiente con formol. <<Son de verdad>> por un momento me dan ganas de vomita de la impresión que me da. También hay una camilla que está llena de sangre, el piso hay un choco de sangre seca. A continuación me tapo la boca, para evitar vomitar. En otra estantes hay también brazos, piernas, pies y cabezas, parecen reales como las otras, pero al tocarlas, nos damos cuenta de que no lo son esta son artificiales.

– ¡Son artificiales! – Dice Caleb

Observo y me acerque a un brazo que está cubierto con un cristal. Debajo hay una placa con una descripción, está cubierta de polvo. Limpio el metal y me asombro al ver la descripción, me pongo una mano en la boca.

En ese momento me miro la marca que tengo en el brazo, es igual a lo que decía el metal.

– ¡Es la marca de la mutación! – exclamo.

Samanta, Ludo, Caleb y Haakon miraron el metal.

– ¿Pero cómo? Si es la marca de la mutación como la tiene un brazo de un humanoide, no supone que la tiene que tener los expuestos al virus G– dice Samantha quien esta atónita.

Una vez más me miro el brazo y no pude entenderlo. Agarro el cuchillo de Haakon y me abro el brazo.

Samantha, Ludo, Caleb y Haakon me miraron espantados por lo que hecho. Me miro el brazo y lo descubro. Mi brazo es robótico. En el interior es de acero y tengo cables color azul claro, mezclados con cables rojos enredados que simulan ser como venas. Tiemblo del susto y de lo confunda que estoy.

La herida se me cierra, en ese momento me doy cuenta que la marca de Samantha o Ludo, es diferente a la mía, no es igual y parece ser como tatuaje. Entonces recuerdo lo que me digo McCallister sobre las marcas de los científicos, cada científico patenta y crea su propia marca para cada experimento, por eso mi marca es como una cicatriz tiene relieve. Además de ser del mismo color que mi piel. Es depende de cada patente.

Le tomo el abrazo a mí hermano y este me pregunta:

– ¿Qué haces? No espera.

– Caleb, si yo tengo esto vos también.

– No, no. Qué tal si eres tu sola. – me responde asustado.

– Hay que averiguarlo. – le haga un tajo el brazo.

No tenía nada en el brazo izquierdo. Caleb me mira con cara de pocos amigos.




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