Lo abrazo lo más fuerte que puedo mientras la gente camina a nuestro alrededor con prisa.
-Vaya, parece que de verdad me extrañaste -Erik habla con la voz extraña y me doy cuenta de inmediato de que lo estoy dejando sin aire así que me separo.
-Lo siento -me disculpo-. ¿Cómo estuvo tu vuelo?
-Tranquilo -se encoge de hombros-, aunque por un momento creí que no lograría llegar.
-¿Ah si?
-Si -asiente sonriendo-. ¿Pedimos un taxi?
-Tengo algo mejor -sonrío agarrando una de sus valijas y empezando a caminar hacia la salida.
Erik me sigue y en lugar de ir hacia la izquierda en donde está la fila de taxis, me dirijo a la derecha en donde está el parqueo.
-¿Vas a decirme que te compraste un auto? -pregunta incrédulo y con un atisbo de burla en cuando empezamos a avanzar entre algunos autos.
-¿Acaso no me creerías capaz? -le devuelvo una pregunta mientras me detengo en seco haciéndome la ofendida.
-La verdad... te noto algo diferente -murmura rascándose la barbilla-. Así que me preparo psicologicamente para cualquier sorpresa.
Sonrío y hago un gesto con el brazo hacia el auto frente a nosotros.
-Te presento a mi nuevo bebé -sonrío satisfecha al ver mi auto nuevo.
Erik se pasea al rededor del auto mientras lo examina.
-¡Vaya! Me has dejado mudo -niega-. Creí que sería alguna lata humeante, no uno sacado de agencia.
-Eres un idiota, ¿Te lo han dicho? -niego mientras abro la parte trasera para meter sus maletas.
Conducimos por la autopista dejando atrás el aeropuerto hacia el centro. Llegamos a un pequeño local en donde decidimos almorzar y sentarnos a conversar sobre lo que nos ha pasado durante estos últimos meses que no nos comunicamos.
-¿Así que conociste a alguien? -pregunto mientras doy un sorbo a mi bebida.
-Si -asiente.
-¿Y cómo es? ¿Cómo se llama?
-Se llama Lily y es fantástica -sonríe.
-¿No piensas decirme más?
-¿Qué te puedo decir? -se encoge de hombros- Me siento extraño.
Claro, tiene mucho sentido. En la vida sólo he conocido a dos chicas que él ha presentado como sus novias. Una en la secundaria, muy infantil, y otra en la universidad. Recuerdo claramente a esta última, Carly era la chica más simpática y dulce que yo había conocido jamás, siempre estaban juntos y reían despreocupados de lo que sucediera a su alrededor. Cuando se acercaban los exámenes, ella ayudaba a Erik a estudiar y recuerdo lo feliz que se ponía cuando lograba que él obtuviera una calificación alta.
Faltando un año para terminar la carrera, Erik la encontró en la cama con su compañero de cuarto, y ese fue el factor que detonó la bomba. Desde entonces no recuerdo haberle visto con una sola chica por una semana completa al menos.
-¿Y crees que es especial?
-Si, eso creo -asiente avergonzado-. Es muy bonita, tiene el cabello castaño como el tuyo y más o menos tu contextura.
-Delgada -digo torciendo el gesto.
-Si, pero tienen unas curvas de infarto, ¿no te has visto en un espejo? -su comentario hace que me sonroje.
-Yo no lo veo así -niego.
-Nena, tienes serios problemas de autoestima -niega divertido mientras bebe otro sorbo de su refresco.
-¿Ah si? ¿Ahora eres experto?
-Por supuesto -sonríe con suficiencia.
Es lindo y relajante hablar con él, sobre todo después de no habernos visto por tanto tiempo.
Un par de horas después, luego de ponernos al día, decido dejarlo en casa de mi tía para que pueda ir a descansar.
-Quedemos para almorzar uno de estos días.
-Por supuesto -asiento mientras él se vuelve y estampa un sonoro beso en mi mejilla antes de bajarse del auto, tomar sus maletas y entrar a casa de su madre.
Vuelvo a mi apartamento y me tumbo todo lo que queda de la tarde en la cama a simplemente observar el techo y reflexionar sobre el día tan productivo.
Un pensamiento se cuela y llega a mi mente el correo de Adam, un correo que parece perseguirme hasta en sueños.
- "Eso es por que no dejas de pensar en él" -mi subconsciente ha decidido ser inoportuna. Debería contestarle, por lo menos por educación, ¿no? Tal vez no, es muy probable que Adam piense que soy como una niña caprichosa haciendo rabietas, o tal vez piense que tengo algún tipo de trastorno de bipolaridad. En un principio fue "Hola, ¿Cómo estás? Me agradas" y al siguiente minuto era como "Vete al diablo, no me gusta cómo manejas tu empresa" así que no creo que sea una muy buena idea...
De: Adaline Brown
Para: Adam Morgan
Asunto: Lo siento
Estimado señor Morgan:
Lamento si le cause una mala impresión, no fue mi idea. Lamento lo que dije con respecto a su dirección de la empresa, hace un trabajo excelente y yo sólo soy una abogada con un limitado conocimiento en asuntos legales.
Tener su amistad me parece algo increíble, pero no sé hasta qué punto.