Hurricane

Capítulo X

-Debes estar bromeando. -musitó con los ojos saltones. -Eso no puede ser.

-¿Por qué? ¿Hay alguna otra forma de remediar esto? -me crucé de brazos con una ceja alzada.

Heather's PDV.

No quería ayuda pero sabía que no podría salir de esto sola. Entonces recordé lo que me dijo Michael "Mejor empieza por ayudarte a ti." y como de verdad quería lo mejor para ambos tendría que hacerlo.

-No, -suspiré. -Pero tengo miedo.

-No tienes porqué. Puedes confiar en mí. -me abrazó.

-Gracias Phoeb.

Estuvimos un rato charlando hasta que decidí que lo mejor era irme a casa, "dulce hogar". Entré a mi cuarto y encontré una nota que yacía sobre mi cama.

«Tengo fotos de tú y Connor anoche, ¿Las reveló?»

¿En qué mierda se estaba convirtiendo esto? ¿Un Pretty Little Liars de mal gusto?

La ventana de mi cuarto se encontraba abierta, la cortina yacía volando por la brisa que pasaba.
Me metí a mi red social en la computadora y supe que aquella nota no tenía sentido ya que en cuestión de segundos las fotos ya estaban en la red y la publicación tenía como descripción "Parece que no conoces lo que es una pregunta retórica".

Fue así que me enteré que había pasado la noche anterior.

Entonces significaba que la persona seguía ahí, dentro de mi casa.

-Sigue aquí. -susurré en un aliento.

Mi impulso fue mirar hacia la ventana y pude observar una silueta alejarse y doblar hacia la izquierda.
Baje corriendo las escaleras y corrí por el pasillo; era mi oportunidad para saber quien era aquella persona.
No había tiempo para tomar el ascensor, entonces bajé de igual manera las escaleras del edificio.
Salí corriendo de la puerta en sentido a la izquierda, sin mirar previamente a los lados haciéndome chocar contra alguien.

-¿Michael? -pregunté aturdida, aún en el suelo.

-¿Heather? -preguntó de la misma manera que yo.

-Sí, pero tú... -empecé a tartamudear y a señalar a todas partes.

Se suponía que yo tenía intenciones de preguntarle que hacía por ahí junto con muchas otras preguntas pero simplemente me quedé estática.

-¿Yo...qué? -hizo una mueca de confusión riendo.

-¿Qué haces aquí? -reí nerviosa.

-Sólo venía pasando. ¿Vives por aquí? -preguntó.

Barata y vieja excusa me pareció a mí.

-Oh, ya veo. -asentí. -Y sí, vivo en este edificio.

Ahora ya me faltaba muy poco para confirmar mis sospechas.

-¿Ocurre algo? Te ves nerviosa. 
-No, para nada.

(...)

Al día siguiente le conté todo lo ocurrido a Phoebe.

-¡Vamos, Heather! Muchas coincidencias. Es obvio que es él.

-Me parece muy sospechoso pero aún no sé si declararlo culpable.

-Los hombres son muy obvios; si es él lo descubrirás muy pronto.

-Espero...

Ashton simplemente ni se acercó a mí en lo que iba del día y no tenía idea del porqué pero no tenía ánimos de discutir con él en ese momento.

Entré al comedor pero no vi ninguna mesa sola así que me acerqué a Phoebe que desayunaba con alumnos del club de ciencia.

-Hola, ¿Me puedo sentar? -le pregunté.

Phoebe les dedicó una mirada a los demás en la mesa para consultarles y luego me respondió.

-Claro. -sonrió.

-No tomarán fotos de esto ¿O sí? -preguntó un chico en frente de mí.

-No. -reí-. O eso espero.

Connor se encontraba en una mesa en frente de la nuestra y se encontraba bastante apenado por lo ocurrido el viernes. En cambio, yo lo deje pasar.

-Recuerda que iremos al centro por informes al termino de clases. -dijo Phoebe.

No me sentía aún preparada para hacer eso pero sin duda era ahora o nunca.

(...)

-Aquí estamos, -suspiró Phoebe. -¿Quieres entrar ya?

-Sí. -cerré los ojos tomando una bocanada de aire. -Ya quiero acabar con esto.

-Vamos.

Entramos a la recepción y esperamos a que la chica detrás del escritorio se dispusiera a atendernos.

La chica batallaba con la computadora nerviosa pero al fin pudo recibirnos.

-Lo siento, es mi primer día -rió. -¿Puedo ayudarles en algo?

-Sí, buscamos ayuda. -dijo Phoebe.

-Están en el lugar indicado.

Mis manos estaban cubiertas por una fina capa de sudor y yo me ocultaba tras la espalda de Phoebe, como una niña pequeña.

-Lo único que se necesita para estar aquí es tener deseos de dejar la adicción y permanecer sobria en cada una de las sesiones. Sabemos que es una dura etapa la adolescencia y estamos dispuestos a ayudar. Lo que hacemos aquí es contar nuestras experiencias y escuchar a los demás. Bueno algo que deben saber es que ayudamos con cualquier tipo de adicción, no solo drogas y alcohol...

La chica seguía y seguía hablando y por mi mente solo pasaba el hecho de que mi madre no tenía ni siquiera idea de que era alcohólica y tampoco nunca me había dado un consejo; estaba segura que de haber sido así todo hubiera sido muy diferente.

La chica explicaba que había dos tipos de tratamiento uno para aquellas adicciones avanzadas en las que se tenía que recurrir a internar a la persona y la otra en la que solo se debía asistir a las reuniones que me parecía eran los viernes (no estaba muy segura ya que escuché sólo la mitad de lo que decía).

Entonces me hice un examen mental tratando de averiguar de que tratamiento necesitaría y me alteró la idea de imaginarme encerrada en un lugar, llena de ansiedad y desesperación, presa de la soledad.

Salí corriendo del lugar y me senté en la acera dejando a Phoebe y a la encargada hablando. Escondí mi cabeza entre las rodillas y comencé a sollozar.

-¿Todo en orden? -llegó Phoebe y se sentó a mi lado.

-No. -me sorbí la nariz-. No quiero que me encierren.

-Está bien, no pasará si no quieres. Hay otras maneras.

-Pero... ¡Quiero ayudar a Michael! -chillé.

-¿Qué? ¿Entonces todo esto es por... Michael? -preguntó sorprendida.

-En parte sí, pero yo tampoco ya no quiero seguir así.




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