La alarma del móvil de Hyacinth sonó a las siete y media de la mañana, alargó el brazo hacia la mesita de noche al lado de su cama y lo apagó con un bufido. No le gustaba madrugar, pero no tenía más remedio.
Se levantó de la cama, se lavó la cara, se maquilló un poco, se atavió con unos pantalones vaqueros y una camiseta de tirantas, y se calzó con unas sandalias de cuña. Cogió su bolso, bajó la escalera hacia la cocina para coger una botella de agua fría y salió de la casa quedando petrificada al ver una furgoneta negra estacionada enfrente y con la puerta trasera abierta una rendija.
La joven entrecerró los ojos para ver bien al pasajero y sonrió al reconocerlo de inmediato. Se acercó al vehículo, saludó a los guardaespaldas y al mánager el chico, y se sentó en el asiento trasero con su novio.
—¿Qué haces aquí? —quiso saber ella abrochando el cinturón de seguridad.
—Acompañarte y tú vendrás conmigo a la productora —respondió TaeYang entrelazando su mano con la de ella y dejándole un beso.
—¿Me vas a acompañar porque estás celoso de Colin?
—No. Voy a acompañarte porque yo también quiero conocer al equipo. Viajarás con ellas y quiero ver si son capaces de protegerte en mi ausencia —se excusó él con una sonrisa pícara en los labios.
—¿Y eso me lo tengo que creer? ¿Y vas a dejar que te vean y te reconozcan?
—No me importa. ¿A ti te importa?
—Por supuesto que no.
—En ese caso, no hay ningún problema. Joon, vamos, por favor —le informó a su mánager sentado en el asiento del copiloto.
La furgoneta puso rumbo hacia la dirección que la joven le indicó y entraron en el estacionamiento de la pista de voleibol.
La pareja salió del vehículo junto al guardaespaldas del cantante y el mánager. Se encaminaron hacia el interior y vieron al grupo de chicas reunidas en el centro de la pista con el representante y el entrenador.
Hyacinth se acercó a ellos con una gran sonrisa en los labios, agarrada a la mano de su novio que no la soltó cuando ella lo intentó. La muchacha saludó con un movimiento de mano y presentó al chico que no se alejaba de ella.
—Colin, equipo, os presento a mi novio, TaeYang —dijo la joven sin dejar de sonreír.
—Encantado. Él es Shawn, el entrenador. ¿Te importaría dejarnos un momento a tu novia? Tenemos que explicarle cómo vamos a llevar el entrenamiento, cuando empezamos y los partidos que tendremos —le pidió al cantante con amabilidad.
—Claro. Nos sentaremos en las gradas —convino el joven dejando un beso en la mano a su novia y alejándose para dejarles privacidad.
Ella se sentó al lado de sus compañeras y mientras le explicaban todos los entrenamientos y algunas jugadas, Joon llamó a la productora para organizar una reunión urgente con ellos.
***
La jugadora de voleibol se despidió de su nuevo equipo, se acercó a su novio y salió de la pista agarrada a su brazo, emocionada e ilusionada. Quedaban pocos días para que el entrenamiento comenzara y estaba impaciente para que vieran lo que podía hacer.
Pusieron rumbo a la productora y la chica se puso un poco recelosa por entrar allí con ellos. No estaba segura de que aquello fuera una buena idea, pero su novio no iba a dejar pasar la oportunidad de deshacerse del director.
Entraron en la sala de reuniones y TaeYang expuso su malestar para con el director que estaba llevando a cabo la grabación del reality. Explicó lo que había pasado el día anterior y sus jefes se quedaron petrificados en las sillas sin saber qué hacer o decir.
—Jeong nunca ha actuado de esa manera. Me sorprende mucho —dijo el dueño de la productora con asombro en su voz.
—Tomaremos cartas en el asunto, sin embargo, me temo que no podremos sustituirlo con tanta rapidez —informó el vicepresidente de la productora intentando entrar en razón a los presentes—. No disponemos de más personal en este momento.
—¿Qué quiere decirme con eso? —preguntó el cantante con el ceño fruncido.
—Verá, señor Lee. Nuestra cadena no es una de las mejores. Estamos perdiendo dinero haciendo este reality. No disponemos de más personal porque no podemos pagarles. Jeong deberá terminar de grabar con ustedes y, entonces, lo despediremos.
—¿Me está diciendo que tendré que verle la cara y aguantar que intente ligar con mi novia en mis narices durante dos semanas más? —inquirió TaeYang con la voz llena de incredulidad por lo que estaba escuchando.
—Lo siento, de verdad. Hablaremos con él para que se quede usted más tranquilo con respecto a su novia.
—Muy bien. Aceptaré lo que propone. Joon, ¿por cuántas temporadas era el contrato que firmamos con ellos? —quiso saber el chico sin apartar la mirada del dueño y del vicepresidente de la productora.
—Solo una. Querían esperar para ver si tenía éxito —contestó el mánager al leerlo en la copia que tenía en la tableta digital.
—Estupendo. No renovaremos por ningún motivo. También pueden ir buscando a nuevos famosos para su reality de celebridades —les advirtió el cantante al levantarse de la silla para dedicarles una sonrisa y salir de la sala de reuniones con la chica de la mano.
La pareja escuchó las quejas de los productores, el mánager se despidió de ellos y los siguió hasta la furgoneta para regresar a la casa.
***
Llegaron al garaje de la casa alquilada y TaeYang detuvo a la chica para que se quedara unos minutos más allí, donde tampoco había cámaras que los grabaran.
Joon y el guardaespaldas se apearon del vehículo y se alejaron unos metros para darles intimidad.
—¿Qué ocurre? —quiso saber ella con la conmoción reflejada en su rostro.
—Quiero estar contigo un rato más, a solas. Prométeme que vas a tener cuidado con ese individuo. Me gustaría poder estar a cada minuto pendiente de ti…