I hate you

Capítulo 20: Melodía

Nota de la autora: Primero que nada realmente quiero disculparme por la tardanza, sé que he tardado demasiado, pero mi vida está patas arriba tanto por mis trabajos como problemas familiares.  No digo esto por querer darles una escusa, solo quiero informarles un poco de lo que ha pasado.  Gracias por su espera y sus comentarios, leerlos me inspira a seguir escribiendo y no dejar todo tirado.

Antes de empezar, quiero saber si alguien descubre cuál es la melodía. Si lo hacen, déjenla en los comentarios. 

 

 

 

 

Hace un tiempo atrás había escuchado que para los humanos el trabajo era algo esencial, y teniendo en cuanta que era bastante rápido en eso de los pedidos, y todo lo que implicaba ser humano. Creía fervientemente que tener otro trabajo podía ser algo bastante bueno para aprender más sobre algunas costumbres de los humanos.

El problema ahora era, ¿dónde?

Y como si el destino estuviera dándole un par de señales, vio una cabellera rosa y una purpura caminar con los que parecían ser bastantes ingredientes.

Sonrió de forma leve y corrió hacia ellos.

Pudo escuchar a María a sus espaldas gritar su nombre, pero esta vez se dio el lujo de ignorarla.

Sintió la respiración fallarle cuando finalmente pudo poner una de sus manos sobre los hombros del peli-rosa, el cual por poco suelta la bolsa con los huevos debido a la sorpresa. Hasta hace poco se encontraba bastante concentrado hablando con Nam Joon.

-Peli-rosa– le llamó con la respiración agitada. Ser humano era tan cansado.

El mencionado frunció levemente el ceño. ¿Cómo le había llamado? ¡¿Dónde estaba el respeto?!

Si no sabía su nombre bien podía preguntárselo, no llamarle de esa manera.

Pudo escuchar a Nam reír a su lado, le dio una mirada fulminante.

- ¿Qué quieres?

-Dame trabajo.

 

Y como era de esperar del pelinegro, el no pedía, no, jamás. Él era de los que exigían, y aquello que el pedía era lo que sin duda debían darle.

El peli-rosa tuvo que decirse a sí mismo que debía contar hasta diez y tranquilizarse, o si no le daría sus buenos sermones por no saber cómo pedirles adecuadamente las cosas a los mayores.

 

- ¿Y según tú que piensas hacer?

 

No había que ser un genio como para saber que el mayor se encontraba molesto.

 

-Puedo dar entretenimiento.

 

El mayor le vio, manteniendo su expresión neutral. ¿Cómo iba a poder ayudarles con el entretenimiento alguien que parecía completamente perdido en su mundo?

Estaba por dar la negativa cuando Nam Joon le interrumpió.

-Te daremos una oportunidad, tenemos un viejo piano que no hace más que empolvarse y quitarnos campo en el restaurante. Si logras tocarlo estarás contratado y trabajarás únicamente los sábados y domingos. ¿Te parece?

 

El pelinegro asintió.

La pelinegra uso el tiempo de esa pequeña conversación para alcanzarlos.

Estaba bastante perdida, no había logrado alcanzar nada.

Jin al verle llegar sonrió de una forma un tanto boba. Hasta ahí había llegado su seriedad. Sin duda habría seguido con su cara de idiota enamorado de no ser por el codazo que recibió de Nam Joon. El cual le veía de forma picara.

¡Se estaba burlando de él! ¡Ahora nadie se libraría de su discurso sobre el respeto!

O al menos eso habría sucedido de no tener a la chica que robaba sus suspiros frente a él.

Comenzó a hablar, y fue bastante difícil no soltarse a decir incoherencias.

-Sucede que el niño…- fue interrumpido.

-Min Yoongi.

El peli-rosa rodó los ojos.

-Quiero decir, Min Yoongi, quiere tocar en mi restaurante.

Y la chica que tanto hacia a su corazón latir soltó a reír. Le pareció haber escuchado un ángel sonar.

- ¿Él? ¿Tocar piano? ¡Pero si hasta poco descubrió que eran los frijoles!

Y una risa más ruidosa se desató.

La pelinegra estaba sin duda aprovechándose de que la castaña no estaba a su lado como para regañarla.

 

***

Nam Joon apenas llegar se apresuró a sacar el viejo piano, lo sacudió un poco y con un poco de esfuerzo lo llevó hasta el medio del local.

La pelinegra casi le pareció ver los ojos de su tonto “amigo” brillar tras ver el piano finalmente ante él.

Una pequeña sonrisa se hizo presente en los labios del pelinegro. Y no se hizo de rogar para sentarse en aquel taburete.

Tocó unas cuantas teclas al azar.

Por un momento sintieron que toda aquella emoción que podría producirles el verlo en acción se disipaba. Él no sabía tocar eso. O al menos eso pensaron antes de que sus ojos se cerraran por un breve segundo, luego, sus dedos comenzaron a tocar con delicadeza las teclas, haciendo sonar una melodía realmente hermosa. Tenía tantos sentimientos que trasmitir, por un lado, parecía demostrar necesidad y por el otro cierto resentimiento, odio. Era lo más hermoso que habían escuchado.



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En el texto hay: primeramor, angel, bts

Editado: 17.06.2020

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