¡Plap!
Resonó la tostadora luego de vomitar-como Liza decía- las tostadas. Con cuidado de no quemarme, las tomé para luego untarles mantequilla, acto seguido, proseguí a tomar mi taza llena de café con leche y tomé asiento deseosa de probar mi desayuno.
Lancé un suspiro de satisfacción al sentir como la tostada rellenaba mi hambriento estómago. Sorbí un poco de mi bebida en el momento en el que John entraba a la cocina usando una bata a cuadro color verde oscuro.
— ¡Mierda! — Chilló sobresaltándome y provocando que un poco de café cayera sobre la mesa — Me has asustado — Sujeto su pecho de manera dramática — ¡Casi sufro un infarto y ni siquiera tengo la mayoría de edad!
Reí —No exageres, no fue para tanto.
Negó sonriendo —Alístate que... —Miró el reloj en la pared —en media hora salimos. Asentí y me dispuse a acabar mi desayuno. Los tres miembros restantes aparecieron ya cambiados y con solo una idea en la cabeza.
Comer.
…
John aparcó justo frente al colegio, luego de colocar el auto en punto muerto, se volteó apoyando su codo en el asiento que ocupaba Janine.
—De acuerdo niños, hemos llegado.
—Qué felicidad—Murmuró sarcástico Brandon —Adiós queridos padres, demonio —Se dirigió a Liza y esta lo observó ofendido —Bruja —Guiñó un ojo en mi dirección y luego prosiguió a bajarse del auto para tomar rumbo a la entrada del colegio.
John y Janine rodaron sus ojos a la vez y negaron frente a la infantil conducta de su primogénito.
— Qué tengan un lindo día, princesas — Agregó John luego de un silencio. Liza y yo asentimos y sin articular palabra alguna, imitamos al pajarito de hace unos segundos.
Solté un suspiro al ver la puerta de mi curso y rodé los ojos con frustración al percatarme que me esperaba una larga hora de historia.
Puaj.
Al entrar divisé a Melanie charlando animadamente con David, hice una mueca y sin importarme si perdería la clase, comencé a dar pequeños y sigilosos pasos hacia atrás con la intención de escapar.
¿Estaba evitando a David?
¿Por qué?
No lo sé.
— ¡Oye, Anel! — Chilló Melanie. Mierda — ¡Aquí!
Sin mas remedio y bufando en mi interior me encaminé hacia ellos para luego tomar asiento.
— ¿Estabas por marcharte? — Preguntó ella ceñuda.
Negué — Puff, no ¿Cómo crees?. Nunca en la vida perdería la clase de el Señor Wittman.
— Claro — Contestó dudosa — Creí oírte decir hace poco que odiabas sus clases — Comentó extrañada.
— Cambié de parecer... — Tragué saliva — ¡David! — Lo observé con la intención de que Melanie dejara el tema.
Este rió — Hola, bonita ¿Que hay?
—Mmm... nada que reportar ¿Y tú? —Dije luchando contra el sonrojo que intentaba poseer a mis mejillas.
— Creo que somos aburridos — Rió — Por cierto, estás especialmente bella hoy.
Evité rodar los ojos al oír a Melanie suspirar enternecida "Es tan dulce"
Carraspeé — Gracias — Sonreí incómoda — Oye, sé que debería de haberlo preguntado cuando nos conocimos, pero la verdad no se me ocurrió hasta hoy ¿Tú no deberías estar en el mismo año que Brandon?
Asintió —Si, debería. Pero cuando mis padres salieron con la noticia de nuestra mudanza se revolucionó todo a mi alrededor —Se encogió de hombros —Tuve que recursar y bueno, no fue un gran año para mí.
— Oh, entiendo.
— En fin, ¿Sigue estando en pie nuestra cita?
Melanie ahogó un gemido de sorpresa — ¿¡Cita!? ¿¡Ustedes!? — Sus ojos brillaron de felicidad — ¡Que hermoso! ¡A puesto a que serán la mejor pareja, desde aquí puedo ver como sus ojos emanan amor!
Ahogada con mi propia saliva me vi en la urgente situación de aclarar las cosas — No somos pareja.
— Aún — Palidecí al oír el susurro de David.
¿En donde me había metido? ¿Cómo demonios decirle que no me atraía él, sino su amigo con rostro de pájaro gruñón y peor aún, que al parecer era recíproco?
El profesor Wittman ingresó a espacio estudiantil con cara de haber sido abusado por miles de monos. Liberó su maletín con un estrepitoso ruido y nos fulminó con la mirada a todos.
— ¡Examen sorpresa mocosos! — No se hicieron esperar las quejas — ¡Callensen, callensen, callensen! — El silencio reinó en todo el lugar — ¡Ya! — Una que otra risa se oyó al ver al profesor despeinado luego de haber tomado su escaso cabello blanco y tirar de él — ¡Lapiceros en el banco y nada más! — Exclamó en un gruñido frustrado.
— Al parecer no es su día — Comentó David, Melanie y yo asentimos ante su conclusión.
...
Como peso muerto me dejé caer sobre mi cama.
Reprobaré, eso es seguro.
Frustrada y sin ganas de nada quité la mochila de mi cuerpo-la cual seguía amarrada a mí- y me giré para observar el entretenido techo.
Odio que mi coeficiente intelectual tenga unos niveles tan reducidos.
— Bruja — Entró Brandon sin pedir permiso y se acostó sobre mí, aplastándome.
— ¡Me asfixias, pájaro! — Lanzó una carcajada y quitó su cuerpo del mío.
— Hoy almorzaremos trucha — Hizo una mueca de asco — Es asqueroso.
Negué — Es delicioso querrás decir.
— No, es asqueroso. En fin, te ves molesta ¿Qué ocurre?
— Definitivamente hoy no es mi día — Suspiré — Uno, el profesor tomó un examen-el cual seguro desapruebo-, Dos quise escapar de la clase, pero Melanie me atrapó, Tres tengo una cita con David, Cuatro... —Brandon detuvo la enumeración de mis problemas, la cual se llevaba a cabo con mis dedos, fruncí el ceño al ver que escondía el cuarto dedo y tomaba el tercero.
— Repite este número.
Nerviosa respondí— Quise escapar de la clase, pero Melanie me...
— Ese no es el tercero — Gruñó molesto.
Suspiré profundamente — Tengo una cita con David.
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Editado: 02.06.2023