Estamos por salir de la casa de sus padres.
Su cambio de humor es muy repentino, no sé lo que le haya dicho su padre, pero en verdad lo tiene furioso.
—¿Estas bien?
—¿Te interesa?
—Yo... lo miro, mientras conduce y presiona fuertemente el volante —Me interesaba.
Digo para girarme y mirar por la ventanilla del copiloto, no sé porque me molesta tanto que me hables así, tampoco sé porque me dolió tanto que me haya ignorado y mucho menos sé porque siento celos cuando esta con Samy... aguarden ¿Celos? ¿He dicho celos? lo lamento, quise decir... en realidad, si, no hay otra palabra, esta vez no tengo excusas. Siento... Celos, celos por él y no sé por qué, no tengo mucho tiempo de conocerlo no llevo, solo llevo días de conocerlo y creo que me gusta, y es que él no es feo, pero mi orgullo me salva de esta, no puedo simplemente caer a sus pies, no está bien enamorarme porque esto que hizo mi padre con Taylor es tráfico de personas, sé que si acudo al Ministerio Publico, meterían preso a mi padre, mi madre y a Taylor. La idea hace que mi estómago se revuelva.
—¿Danna te encuentras bien?
Solo muevo la cabeza.
—¡Estas pálida! ¡Mujer!
—Detén el auto.
—¿Qué?
—¡DETEN EN AUTO!
Inmediatamente Taylor se ha orilla para que yo abra la puerta y pueda bajarme a vomitar. Taylor corre enseguida al verme en ese estado tan asqueroso.
—Por dios Danna hay que llevarte a un ¡hospital!
—¡No! ya estoy bien.
Cuando estoy totalmente erguida, siento que todo da vueltas y no poder sostenerme mucho tiempo de pie, mis rodillas empiezan a temblar y cuando estoy a nada de caer, siento los brazos de Taylor que rodean mi cintura.
—Vamos, necesitas sentarte.
Dice mientras me lleva a el auto, después de ponerme el cinturón de seguridad y cerciorarse de que me encuentro bien, sube el y empieza a conducir de nuevo.
—Lo siento... no quería que vieras eso.
—No te preocupes. Me has metido un susto, creí que te desmayarías y tendría que lidiar con un millar de paparazis.
¿Así que eso era lo que le preocupaba? Estúpida, grita algo en mi interior y mis ojos comienzan a llenarse de lágrimas, giro una vez más a la ventanilla para que no pueda verme llorar ya que muestra debilidad, llorar es para débiles, no le regales tus lagrimas Danna, pienso mientras una minúscula gota de agua se desliza por mi mejilla izquierda.
—¿Estas llorando?
No respondo y arrugo los ojos, error, las lágrimas corren aún más.
—Danna ¿estas llorando?
Niego con la cabeza.
—¿Que te ocurre Danna?
—Me... me duele...
—¿Que te duele?
¡Me duele que yo no te importe! Me duele que me ignores, me duele que no te preocupes, quisiera gritarle, pero mi orgullo, me detiene.
—¡LA CABEZA! Me duele la cabeza.
—Tranquila, estamos en camino al hospital.
—Muy bien Señorita Danna
—Señora Dilaurentis.
Le corrige Taylor y yo giro los ojos.
—Señora Dilaurentis temo que solo haya sido algo momentario ya que usted tiene muy buena salud, iré por los papeles.
Dice el doctor mientras sale del consultorio y nos deja a Taylor y a mí solos, miro hacia mis pies que cuelgan en el aire, porque estoy sentada.
—¿te sientes mejor?
—¿Te importa?
—¿Que si me importa?... se lleva las manos a la cara y después se alborota el cabello. —Claro que me importa, eres MI- MU-JER.
—Bien.
—¿Bien?
—Estoy bien.
Regresa el doctor y le entrega unos papeles a Taylor, para que él los firme.
GRACIAS POR LEER, NO SE ACEPTAN ADAPTACIONES NI INSPIRACIONES DE ESTA HISTORIA. ESTA HISTORIA ESTA ESCRITA POR DOS PERSONAS SIENDO YO QUIEN LE DIO EL DESARROLLO Y FINAL.
«ERES MÁS VALIENTE DE LO QUE CREES, MÁS FUERTE DE LO QUE PARECES Y MÁS LISTA DE LO QUE PIENSAS.»