Estamos en la mesa, desayunando, ninguno dice nada, el silencio es incómodo, incluso para los chicos del servicio hay momentos en los que nos miramos y una que otra vez cruzamos nuestras miradas.
Yo pico mi fruta mientras observo hacia la nada, Taylor mueve detalladamente la cuchara que está en la taza cafetera mientras observa el Black Berry y sonríe o frunce el ceño.
Todo está en silencio, cuando unos pasos escandalosos se escuchan, todos miramos hacia la puerta y es cuando se abre de par en par la puerta y aparece la cabellera rubia de Samanta y sus ojos azules miran a Taylor, después al personal, para después detenerse en mí y torcer los labios y abrirlos un poco.
—Buenos días Corazón.
Dice mientras se sienta aun lado de él y enfrente de mí.
Taylor me mira, lo miro y bajo la mirada hacia mi fruta.
—Buenos días Samanta. –Menciona su nombre frio
— Por favor te pediré más respeto hacia mi esposa, deja de llamarme así, estoy casado.
Dice para mirarme nuevamente, tomar mi mano y besarla. Sonrió y cuando me doy cuenta que Samanta nos mira asqueada o al menos a mí, retiro mi mano, me levanto.
—Con permiso.
Entro a la cocina y comienzo a platicar con las chicas.
Sinceramente no les presto mucha atención, están hablando de ir de compras y esas cosas, pero mi mente sigue en lo que sucedió esta mañana.
Los azules ojos de Cristian me torturan y sus palabras me queman en la garganta.
Enserio gracias por leer.
“LO IMPORTANTE EN LA VIDA ES QUE SEPAS DÓNDE ESTAS Y A DÓNDE QUIERES LLEGAR. LO ÚNICO QUE DEBERÁS QUE HACER ES SEGUIR EL CAMINO ENTRE AMBOS PUNTOS.”