Estar sentada en la sala de espera del hospital era horrible. Me sentía fatal. Estaba totalmente inmovil, lamentando por lo sucedido. Mis peores temores se hacían presentes, no podía pensar en positivo. Me puse de pie, estaba allí en emergencias, esperando una respuesta, una conclusión a mi angustia.
No me agradaba estar en un hospital. Me remontaba al día en que desperté y todo se había perdido en mi interior. Lentamente la tristeza me invadio, recordar que no recordaba nada era dificil. Darme cuenta que la existencia es tan fragil me inquietaba
Todo me daba vueltas, mi corazón latia super rápido, quería salir de mi pecho y abandonarme en aquel lugar ¿En qué momento llegué aquí? Fue tan repentino, un accidente, en el que no hallaba culpables. Estaba aterrada, no sabía qué hacer o qué decir. Intentaba relajarme, pensar que todo estaría bien. ¿Pero y sí no era así?
Respire, me levante de aquella silla que me soporto por más de 20 minutos. Cada minuto parecía un siglo y cada uno era más insoportable que el anterior. Caminé hasta la recepción - Christian Castro- Dije nerviosa- ¿Cómo está?
-Lo están examinando- Dijo sin apartar la vista de la pantalla del computador- No debe ser nada grave- Dijo con una voz tranquilizadora.
Me senté de nuevo. La duda me estremecía, no pude calmarme. Nadie salía, estaba allí sola. El entrenador tampoco colaboraba, nada que llegaba, tampoco los padres de Christian. <<Respira>> ordenaba mi mente. Se estaran preguntando ¿Que sucedio? pero... no sabría decirlo con exactitud... Empecemos por el principio...
"Llegue al entrenamiento, todo iba normal. El entrenador se retiró un par de minutos y nos quedamos allí. Max y yo nos sentamos, estaba un poco extraño desde ayer, me encontaba aún atónita por lo sucedido. No encontraba las palabras apropiadas para hablar con él, estabamos en silencio, un silencio super incomodo. Christian se acercó al ver como Max se alejaba. Traía un balón en las manos
-Intentamos unos pases- Dijo Christian señalando el balón
-Claro ¿Porqué no?- Dije animada. Sería divertido, el cansancio no se sentía mucho que digamos, cuando estas en la cancha lo demás se olvida
Le tiré el balón, con un poco de fuerza, llego un poco lejos y corrio por el. Me giré un par de segundos para mirar que estaba haciendo Max y ver si llegaba el entrenador, efectivamente venía caminando con calma. Me daban ganas de gritarle que se moviera, como él lo hace. Me fije nuevamente en Max- ¡Jones!- Le grite
-¡¿Qué quieres Smith?!- Dijo
-Piensa rápido- Y le arrojé un balón con fuerza, lo paro impecablemente
-Suerte la proxima vez- y sonrio
De repente escuché un grito, no era cualquier grito, era impactante. Giré y lo ví en el piso quejandose, en cuestión de segundos todos lo rodearon. Christian se seguía quejando, tenía la pierna estirada. Max fue a llamar a la enfermera y yo me quedé a su lado
-Todo estará bien- dije intentando tranquilizarlo. Tomó mi mano y la apretó fuerte. se notaba que le dolía- Eh, no me la vayas a romper- Dije animadamente, intentando que no persara en ello. Dio resultado, pues se rio
La enfermera llegó, llamó una ambulancia. El entrenador fue a la dirección por un permiso. La ambulancia tardo, pero al fin apareció. La subierón a una camilla, tomé mi mochila y lo acompañe hasta la ambulancia
-¿Quién lo acompañara?- dijo el paramédico
-Abril- dijo Christian- ¿Me acompañas?
Mi mente no terminaba de procesar lo que estaba sucediendo- Si- dije finalmente. Me subí, eramos practicamente dos niños en una ambulancia. ¡Que loco!
-Tranquila- dijo el paramédico al ver mi cara de angustia- Tu novio estará bien
-Ehhhhh- Aún no salía de mi asombro, Christian sujetaba mi mano con fuerza- No... no somos novios- Dije perpleja y el paramédico solo sonrio
Creo que era una especie de distracción para Christian, pues funciono- La única que no lo vé eres tú- Dijo despues de quejarse. Llegamos al hospital y lo conducieron por un pasillo, no me permitieron acompañarlo"
¿Qué sucedió? Me preguntaba, en esos instantes llego el entrenador
-No debes estar aqui Smith- dijo mientras mostraba un papel a la recepcionista
-¿Y quién lo iba a acompañar?- Tome aire- Si no había nadie
-Bueno, no importa- Se notaba que estaba preocupado, nervioso y ¿quién no?
-Pueden pasar, está en el cubiculo 6- Dijo la recepcionista
Pasamos, el entrenador camino rapido, yo iba despacio, intentando retrasar verlo.
-¡Muchacho, nos pegaste un susto!- dijo el entrenador. Me asombre, acaso pensaba que había muerto o ¿qué?
-Hola- dije timidamente-¿Cómo estás?- El entrenador salio con el medico que lo atendio
-Bien, los analgésicos son una maravilla- dijo alegremente
-¿Qué te dijeron?
-Nada, estan esperando la radiografía- Bajó la mirada, temía lo peor igual que yo
-Tranquilo, todo estara bien- dije sonriendo de forma forzada
-¡Mi hijo, mi hijo!- Escuche gritar con desesperación una señora, el hijo debe estar muy enfermo... Me senté en una silla junto a la camilla, esperando
-Me diras... ¿Qué paso?- Pregunté con un tono de molestia
-Es una historia muy graciosa- dijo riendo con nerviosismo- Estaba...- Quería saber lo que sucedio, no era mi culpa, pero me sentía fatal. Antes de que continuara, llego una mujer- ¡Mamá!- Dijo sorprendido. Yo la miré a ella y luego a él
-¡Christian!- dijo aliviada. Reconocí esa voz era la que antes había gritado- ¿Que te paso?