Lucius tenía una gran mansión de dos pisos a las afueras de París. Este siempre se había sentido orgulloso de ella, ya que la había obtenido con frutos de sus propios esfuerzos. Él se había divertido dirigiendo el amueblado y las decoraciones extras; su mansión era similar a un castillo de terror. Él había ordenado que la pintaran de negro y que todos los pasillos internos fueran secretos y lo llevaran a otras habitaciones. Cuando llegaban forasteros a París, los nativos solían decirles que antes de irse a su próximo destino tenían que visitar el Castillo Deulofeutt y de cierta forma se había vuelto famoso.
Y allí era donde se iba a realizar el baile de disfraces en honor al fantasma del piano. Salvo una cosa: Nadie sabía que ese baile era en su honor, para que los asistentes repriman el deseo de averiguar la identidad de Altaír. Sólo Annette, su persona y el mismo Altaír sabían del motivo de esa fiesta. Y Iuola.
Ya todo estaba listo. El banquete, los criados, el salón y por supuesto la decoración. A última hora había decidido cambiar esta última y eso le costó varias horas de estrés, sin embargo todo había valido la pena.
La anterior decoración era bastante tenebrosa y oscura; la actual era el paraíso. El hogar de Adán y Eva, los primeros padres. Lucius había mandado a colocar mucha vegetación en las paredes y en el centro de la estancia había un árbol de manzanas. Admiraba de sobre manera A sus criados por crear semejante arte allí, estaba en Francia después de todo. Las manzanas eran el eje central de la decoración, lo bueno era que a Altaír le gustaban las manzanas.
Luicius se encontraba admirando su obra maestra y en ese instante se acercó Adrien, su mayordomo. Este era un hombre de treinta años, ojos miel y cabello castaño. Todos los criados de Lucius tenían que ser guapos, porque a él no le gustaba la fealdad.
⸺Señor⸺comenzó a decir este⸺Ya estamos listos. Estamos visualizando algunos carruajes a lo lejos, será mejor que se coloque su disfraz
Lucius sonrió⸺Es hora de ser Dios y juzgar a los mortales
***
Altaír bostezó por tercera vez.
Se dijo así mismo que tocaría una melodía en el piano, pero no cantaría y luego se iría a casa.
Había llegado hace aproximadamente dos horas al jolgorio de Lucius y apenas había puesto un pie en el recinto, de inmediato sintió la necesidad de irse. Su amigo estaba disfrazado de Dios y estaba sentado en lo alto de un trono; Altaír siempre se preguntaba si Lucius no podía volverse más loco 《¿Quién carajos se disfrazaría de Dios? Lucius por supuesto》pensó desconcertado. Pero lo que más lo había puesto molesto era el hecho de que este le cambiara su disfraz a última hora. Se suponía que debía disfrazarse de Vampiro, pero su amigo había llegado muy temprano en la mañana y le había puesto otro disfraz: de Ángel.
Este consistía en una túnica Blanca con un cinturón dorado, unas sandalias marrones, una pequeña corona dorada en su cabeza y las incómodas alas de pluma; estas eran tan grandes que tenía que tener cuidado cuando daba un paso por el salón. Ese hecho lo llevó a tomar la decisión de quedarse en un rincón de la estancia para no tropezar a nadie.
Annette se había colocado molesta por el cambio repentino de Lucius y tuvo que conformarse con ser la única vampiresa. Lo cierto era que tenía que aplaudir la creatividad de los invitados, habían muchos disfraces muy bien hechos y muy poco repetidos.
Altaír se llevó la copa de coñac a los labios, mientras miraba a todos danzar alrededor del estúpido árbol prohibido. Cuando él vio aquel árbol grande en el centro del salón se dio cuenta que Lucius estaba loco de remate y se preguntó quién en su sano juicio colocó aquel árbol y cómo hicieron para colocarlo allí.
⸺Al ¿Te estás divirtiendo?⸺le preguntó Annette
⸺¿No se me nota?
Ella suspiró⸺No se tú, pero siento que Lucius está tramando algo
⸺Si lo sé, pero antes de que se forme el jolgorio me iré
⸺Se supone que este baile es en tu honor, no te puedes ir tan pronto Al ¿Por qué no bailamos?
Él se terminó todo el trago y asintió
⸺Vamos
Él le ofreció el brazo y ambos se dirigieron al centro de la pista. La orquesta se encontraba tocando un reel bastante movido y los dos no dudaron en seguirle los pasos a los demás.
⸺Al nunca me dijiste quién era aquella mujer que se atrevió a entrar a tu camerino
Este dio dos vueltas⸺No era nadie
⸺Si no era nadie entonces ¿Por qué tardaste tanto?
⸺Porque si
Este vio la cara de desconcierto de Annette pero no le dijo nada.
En ese instante la orquesta finalizó el reel y comenzó un vals. Este se acercó a Annette para bailarlo, pero de repente hubo un grito de exclamación femenino y todos miraban en un punto en particular. Miraban hacia el árbol.
En ese instante se escuchó la risa de Lucius desde su trono, el cual ya no era Dios sino que tenía una túnica negra, con un cinturón dorado y unas alas negras.
⸺¿Ya se dieron cuenta de mi hermosa creación? Mi bello Ángel, ella tiene alas aunque ustedes no las puedan ver, pero sus alas pertenecen al diablo y su dulce es completamente amargo
Annette le hizo señas a Altaír para que mirara el árbol, allí se encontraba una mujer desnuda sentada en las ramas. Su cabello era rojizo y este le llegaba hasta las nalgas; ella saltó y cayó de pie; su cuerpo lo rodeaba una serpiente negra que él se percató que no era real pero que engañaba a simple vista. Ella tenía una manzana en sus manos.
⸺¿Qué Alma escogerá mi preciosa Eva para que sea tentada por el diablo?⸺preguntó Lucius
En ese momento voces masculinas impregnaron el aire diciendo: "Escógeme a mí" "Estaría dispuesto a ir al infierno por ti" y otras estupideces.
La mujer comenzó a caminar y todos se quitaban a su paso, y fue allí donde Altaír se percató que esta se dirigía hacia él.
⸺Al parecer mi hermosa dama quiere hacer pecar a un ángel puro⸺añadió Lucius
Ella llegó hasta a él y este le dio un vuelco en el corazón al percatarse de quién era.
Ella lo rodeó con los brazos y le susurró al oído.
⸺¿Quieres... un mordisco?