Pasaron los meses y al fin llego el día en que todos conoceremos a la bebe de Hai. Cuando nos enteramos del sexo, nuestros padres y Eren dijeron que sería la princesa más afortunada pues ella tendría siete príncipes encantadores.
Tenían razón, pero eso no evito que todas soltáramos una carcajada. Los fines de semana nos reuníamos para pasar tiempo juntos. Me encantaba tocar la panza de Hai y cuando vi que dio unas pataditas mi corazón se llenó de ternura. En una de las reuniones Andrew me dijo que yo también me vería hermosa con una panza así de grande, lo cual me causo gracia y ternura por la forma en la que lo dijo.
Mi celular comenzó a tocar una melodía a mitad de la noche, estire mi brazo hasta la cómoda y conteste la llamada.
- ¡Que! Voy para allá. – Me levante rápidamente de la cama poniéndome una chaqueta.
- ¿Qué pasa cariño? – Pregunto Andrew soñoliento.
- ¡Ya va a nacer! – Conteste entrando al baño.
-Vámonos. – Dijo Andrew mirándome desde la puerta del baño.
Terminé de lavarme los dientes, corrí hasta la puerta y me coloqué los zapatos.
Llegamos al hospital justo a tiempo, Hai ya se encontraba en labor de parto. Escuchamos algunos gritos provenientes de ella.
El doctor salió dándonos la noticia de que ya había nacido.
Esperamos hasta que nos dieron permiso de pasar a ver la hermosa bebe de Hailee en el cunero, a decir verdad, se parece mucho a su padre. Gracias a los cuidados que le dábamos a Hai, la bebe nació sana y sin ningún problema. A la mañana le dieron el alta a Hai y todos nos dirigimos a su casa.
Pasábamos mucho tiempo con Halia (Así la nombró Hailee que significa “Recuerdo de un ser querido”) y cada vez que Andrew la sostenía en sus brazos se veía tan lindo, parecía tan tierno a pesar de su aspecto tan varonil. Mi madre siempre dice que debería tener un bebe con él, que seguramente se verían tan lindos y ella sería una abuela con mucha suerte. No tengo duda de que verían muy lindos, pero apenas cumpliré un año con Andrew y pronto conoceré a sus padres. No quiero ir demasiado rápido con él. Cuando yo la cargaba Andrew me tomaba fotos con la excusa de querer una de Halia, aunque no me tragaba por completo ese cuento.
El próximo mes es mi aniversario con Andrew y quiero hacerle una gran sorpresa que pueda recordar. Tengo pensado varias actividades para ese día especial como ir al spa, acampar, ir a un parque de atracciones, un viaje en globo aerostático y una sesión de fotos. Pero solo elegiré el parque de atracciones, el spa y acampar.
De regalo mande a fabricar un collar que yo misma dibuje para que sea único. El collar tiene dos personas tomadas de la mano y un cachorro a un lado de ellos, nos simboliza a Andrew, Sparky y a mí.
-Amor tengo una lista de actividades para nuestro aniversario. – Dije mientras cocinaba la cena.
- ¿Ah sí cariño? – Pregunto acercándose a mí.
-Si, pero no te las diré y harás lo que yo te diga.
-Bueno está bien cariño, yo te tengo una sorpresa muy linda que te gustara mucho. – Me abrazo por la cintura y poso su cabeza en mi hombro.
-Bueno.
Beso suavemente mi cuello.
-La cena esta lista cariño, pon la mesa por favor.
-Tu mandas nena. – Dijo con una sonrisa coqueta.
Andrew coloco los platos en la mesa y ambos nos sentamos para comer la cena.
- ¿Mañana es tu día libre verdad nena? – Pregunto Andrew.
-Si cariño, ¿Qué te gustaría hacer mañana?
-Me gustaría ir de compras.
-Es una buena idea, ¿Qué compraremos? – Coloque ambos codos en la mesa.
-Ropa.
-Suena perfecto, necesito ropa nueva.
-Bien cariño, come toda tu comida, debes comer bien. – Me regalo una tierna sonrisa.
Asentí y continuamos comiendo.
- ¿Cómo te ha ido en el trabajo cariño? – Pregunto.
-Bien amor, estoy trabajando en un divorcio. – Conteste alzando una ceja.
-Vaya, ¿Cuál fue la causa? – Volvió a preguntar con intriga.
-Un engaño por parte de la mujer. – Conteste con una mirada de incredulidad.
Lo mire y el a mí.
- ¿Cómo lo descubrió? – Pregunto Andrew con más intriga.
Adoro que a Andrew le interesen las cosas que hago y que me gustan, se ve tierno y un poco gracioso cuando tiene intriga sobre los divorcios que atiendo. Le encanta el chisme y yo no me puedo quedar atrás porque yo soy la que lo trae. El me miraba expectante, así que decidí contarle.
-Pues el señor me conto que una mañana se dirigió al trabajo como todos los días, cuando llego a su trabajo le comentaron que se suspendieron las labores de ese día, así que el regreso a casa. Llego a su casa, abrió la puerta y busco a su esposa en la primera planta. No la encontró así que pensó en subir a su habitación para ver si se encontraba ahí. Cuando estuvo frente a la puerta escucho la voz de su esposa y la voz de un hombre. Abrió de golpe la puerta y ahí se encontró a su esposa y ¡A su papa! – Resalte lo último.
-No puede ser. – Dijo Andrew quien se reía a carcajadas.
-Si, y lo peor de todo es que los amantes con la excusa de que pondrían un negocio muy grande, le robaron millones al pobre señor. – Tome un sorbo de mi vaso de agua.
- ¿Qué más paso? – Pregunto aun con intriga.
-Eso fue todo lo que me conto, pero el señor los demando con la misma cantidad y les dejo en claro que si no pagaban en tres meses su deuda, ambos irían a la cárcel.
-Como me fascinan los finales felices, el señor fue quien rio al último. – Recogió nuestros platos para llevarlos al fregadero.
-A mi igual, además no entiendo por que las personas engañan a sus parejas.
-Yo tampoco lo entiendo cariño, pero supongo que esas personas solo se alimentan del dolor ajeno. – Dijo Andrew lavando los platos.
-A nosotros nunca nos pasará eso amor, por lo menos de mi parte nunca será así. – Dije secando y guardando cada plato.