Nunca fui una persona a la que le gustara tomar alcohol, aunque siempre quise encajar con lo demás y tenia que actuar de formas que no me gustaban solo para agradarles porque le temía al rechazo constante porque siempre fui ridiculizada y señalada durante mi infancia, claro que no quería que pasara durante mi adolescencia, lamentable todo eso fue una total equivocación porque termine haciendo cosas de las que ahora por supuesto me arrepiento demasiado y quisiera borrarlas, pero eso no tendría sentido porque no seria la persona que soy ahora… pero algo que me agrado de ti desde el inicio fue que contigo no podía actuar así, me gustaba actuar tal y como era, por primera vez sentía que encajaba con una persona sin ser juzgada, tu y yo desde el comienzo fuimos tan distintos, por eso encajamos tan bien, dos personas totalmente opuestas.
Me levanté precisamente como si hubiera bebido la noche anterior, era extraño porque ni cuando llegue a tomar me sentía de tal forma, la cabeza me dolía demasiado y todo era tan extraño, tenia demasiada sed y ganas de vomitar, pero sabes… aún tenia el sentimiento de querer hablar contigo, pero sabia que no debía, en el fondo claro que seguía amándote, y por un momento pensé hacerlo, pero casi como señal divina mi madre me habló para desayunar, entonces no hice nada y deje el celular apagado.
Baje rápidamente a desayunar, para ser sincera ni siquiera tenía ganas pero tenía que hacerlo, así que comencé, en cada bocado me daban ganas de llorar, pero no lo hice, no quería volver a angustiar a todo el mundo con verme mal de nuevo, ya lo había dicho en mi cabeza varias veces, “no moriré, todo estará bien, saldré adelante y seré una nueva persona”
Así que algo seguro, no me sumiría en la depresión ni en la angustia, claro que dolía y demasiado, pero no era precisamente la separación lo que me dolía, si no todo lo que tuve que pasar para al final poder resignarme e irme, todo eso era lo que mataba pero también lo que daba fuerzas para enfocarme en dejarte atrás, a ti y a todo lo que me hiciste.
Después del desayuno subí a recostarme de nuevo, pero esta vez encendí el celular, y comencé a ver fotos nuestras, quería borrarlas pero algo no me dejaba, no sabia precisamente que era, tal vez solo quería un mejor momento en el que ya no sintiera nada para poder hacerlo sin que me doliera tanto, así que solo las seguí viendo y las lagrimas hicieron acto de presencia, mi abuela me hablo, baje a ver que necesitaba porque lo único que yo necesitaba era un abrazo, pregunto por el motivo de mi llanto, solo me quede callada y la abrace, mi abuela no es de las personas que les guste mucho abrazar pero ese abrazo que me dio fue tan reconfortante, sinceramente eso me hizo sentir tan bien, no me dijo ni una palabra y solo siguió abrazándome, aunque no me dijera ni una palabra, es como si me dijera que todo iba a estar bien y que no tenia porque seguir así, me quite y solo me dijo que ya no llorara y se salio, tome agua y me subí de nuevo, esta vez a tender mi cama porque ya no quería seguir desperdiciando mi vida de esa manera porque al contrario de lo que muchas personas piensan, la vida no es un día más de vida, es uno menos y por ti desperdicie años… así que más ya no era posible, baje y comencé a realizar mis actividades cotidianas como hacer el aseo, puse BlackPink, esas 4 chicas que ya habían salvado mi vida anteriormente, recuerdo que al terminar mi mamá me hablo y me puse a platicar con ella para ponerla al tanto del porque no estaba bien.
Después de todo ya estaba dispuesta y decidida a no volver por más ganas que tuviese, eso no pasaría, ya había tenido las fuerzas para irme debía seguir firme en mi decisión porque por más que te amará no permitiría que el amor por mi cayera nuevamente, más bien con el poco amor que me quedaba hacía mi persona, debía recuperarme a mi misma, mi esencia, o simplemente crear una nueva versión de mi, una fuerte, una en la que no permitiera menos de lo que merecía.
A diferencia del día anterior, ese día tenia menos de ganas de saber de ti, solamente quería dejar de sentir y el día me pareció más tranquilo, aunque si soy sincera conmigo misma aún se me salían las lagrimas en cualquier momento sin que me diera cuenta, y solo lo notaba porque mi piel comenzaba a sentirse húmeda y el aire hacia que fuera más intensa la sensación, pero que importaba si de todos modos ya nada podía ir peor, al contrario tenía que ser mejor o no?
Recuerdo que ese día no cené porque al contrario de lo que cualquiera podía pensar, no tenia hambre… Espere a que todos fueran a dormir para poder bajar a la cocina y comer todo lo que pudiese, en ese momento pasaban por mi cabeza dos cosas, la primera solo quería dejar de sentir el hoyo en mi estomago y la segunda quería distraerme con el sabor de la comida…
No importa…
Cuando termine, me sentí tan mal por lo que acababa de hacer, que fui corriendo al baño a vomitar todo, después de eso me di cuenta de que en realidad si estaba mal, y que necesitaba ayuda pero me prometí que jamás volvería a hacer algo así, subí y me recosté en la cama miré al techo y comencé a llorar, a implorar que Dios me perdonará por lo que acababa de hacer y que me sacará tanto dolor del corazón porque jamás me quería volver a sentir de esa forma, que me ayudará por favor, después de eso paré y dije todo estará bien ya es el día 2…
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Editado: 07.04.2024