Tessa Pimenova
- ¡Estás demente! - gritó mi madre mientras tiraba un periódico a la mesa donde estaba tomando como una cerda mi bote de Nocilla diario - ¡Te avisamos, Tessa! ¡Te lo dijimos!
- ¿Que lo que? - cuestioné con dificultad ya que el chocolate estaba saliendo por mi hermosa boca. Recordé una canción que decía que lo que y comencé a reír yo sola, molestando más a mi madre -
- ¿Como es posible que te hayas quedado sin parte de abajo del maldito bikini, Tessa? - preguntó mi madre exhausta mientras se sentaba enfrente mía -
Acababa de llegar del trabajo, con la sorpresa que había venido horas antes. Tenía su usual vestido gris que se ponía cada vez que tenía una reunión importante.
Mi padre seguro que se había quedado encerrado en el despacho de su empresa intentando relajarse para no matarme.
Observé el periódico que mi madre había tirado y lo leí.
La hija de los empresarios más sotisficados del país enseñando sus partes en una playa pública
Y aparecían fotos en donde estaba con la camiseta de aquel chico.
¡Pero no se me veía nada!
- Ay Andy - llamé a mi madre - Deja de ser tan exagerada por Dios
Mi madre cerró sus dedos en un puño. Estaba tentando mucho a la suerte. Demasiado.
Corre cuanto puedas, vienen a por ti.
Quise irme tranquilamente como si no me importara, pero obviamente mi madre tenía mejores planes para mi. Volvió a sentarme en la silla con mi bote de Nocilla en una mano y se volvió a sentar enfrente de mi, queriendo hablar conmigo.
Y si, estaba comiendo Nocilla con las manos. Tómalo.
- Sigue leyendo Tessa - ordenó mi madre volviendo a acercar el periódico -
Tessa Pimenova junto a sus amigos Ted Morris y Tara Lewis pensaban que estaban en una playa nudista, ya que los tres aparecieron desnudos en el mar. Un socorrista no identificado, pensó que Tessa estaba siendo arroyada por una ola y fue a socorrerla, dándose la sorpresa de que estaba desnuda.
Las fotos que les mostramos es de Tessa con la camiseta del muchacho que la equivocó con un código tres. Las fotos donde los amigos de Tessa aparecen desnudos no nos han llegado aún, les seguiremos informando sobre esta muchacha y sus acciones.
¿Serán los padres que no le hacen caso y ella busca atención en los demás? ¿O es menos inteligente que un pez?
Espera.
¿Me habían comparado con un puto pescado?
Tus muertos reencarnados en mierda, amigo.
Y Tara y Ted que yo sepa no habían perdido ninguna parte del bañador.
- ¡Esto es todo mentira, mamá! - grité como si fuera una niña pequeña - ¡Esto es más falso que mi abuela llevando bragas de su edad!
Justo mi abuela pasaba por ahí obviamente con algún tanga mío y me enseñó el dedo medio.
- Mamá por favor vístete - rogó mi madre negando con la cabeza - Los vecinos te podrían ver
- ¡Se pasa por la casa en tanga por lo menos veinte veces al día, mamá! - chillé señalando a mi abuela con el dedo índice - ¿Cómo quieres que me comporte si me está cuidando una demente?
Fingí llorar. Dos lágrimas cayeron por mis mejillas y observé a mi madre apenada.
No era ninguna niña de mamá o de papá, era una chica que prácticamente había pasado su vida aprendiendo a hacer las cosas ella sola, sin ayuda de mis padres.
Ellos jamás habían estado a mi lado como para enseñarme a nadar, o simplemente para enseñarme a como ponerse un tampón. Pero no los podía culpar, trabajaban como perros para poderme mantener como una reina
- No intentes echarme las culpas a mi, niñata - escupió mi abuela entrando en la cocina meneando sus pechos exageradamente - Y no me voy a poner nada, Andy. Respeta eso.
- Pero mamá - intento hablar mi madre - los vecinos...
- Los vecinos le han visto más desnuda que vestida - le interrumpí - ¡Y no está pagando mis muertos, como ella decía! ¡Se gasta el dinero en condones!
- ¡Me los gasto en Viagra! - abrió la boca al darse cuenta del error que había cometido - ¡Creo que me está dando un infarto por culpa de esta niñata de mierda!
Y así era día tras día. Mi abuela prácticamente era mi hermana: me quitaba la ropa y discutíamos como dos niñas pequeñas. Quitando la parte en la que nos queríamos y tal.
Osea, la quería porque era mi abuela, pero joder, era un puto grano en el culo que no se puede explotar porque cada vez que apretas con tus dedos ves las estrellas.