I'm Better Than You

Capítulo 9

— ¡Cuidado! — gritó Tara mientras se abalanzaba a mi con la mierda los esquís —

Acabamos las dos en la nieve. Ella encima de mi y yo cagandome en sus muertos porque estaba pasando frío. Mucho frío.

¿Os acordáis cuando os dije que era muy friolera? Pues lo era, y mucho.

La empuje y la mandé a donde crió el pollo.

— ¡Anormal de mierda! — grité horrorizada — ¡Me querías matar del frío!

— Mantengamos la calma, niñas — ordenó el guía-profesor que nos estaba enseñando a utilizar estas herramientas del demonio — Lo mas importante es mantener la calma.

— Tus muertos van a mantener la calma — murmuré a lo bajini, haciendo reír a Teddy —

— ¿Que has dicho? — cuestionó el profesor con una ceja alzada — Creo que no te escuché muy bien 

— Que muchos cuernos están en la cama — dije sin pensarlo. Cuando el profesor alzó mas la ceja entendí que lo que había dicho no tenía nada de sentido. Le regalé una mirada socorrona — Que guapo eres, profe.

Y aun que era un calvo de estos que se quedan así a la edad de veinte años, sonrió. Creo que este tío no ligaba ni con su madre.

Se acercó a mi y me rodeó con su mano izquierda, cogiéndome del hombro.

— Que simpática eres, Tessita — exclamó él, contento por mi alago — Ojalá todas las chicas fueran como tú.

Aléjate. Satanás. ¿Que puedo hacer para alejarme? No quiero tener a mi lado a este adolescente hormonado y calvo.

Me agache con la escusa de atarme los cordones.

Pero espera, ¿que cordones?

— ¿Que pasa Tessita? — preguntó agachándose a mi misma altura. —

Peligro. Peligro. Peligro. Estaba muy cerca y eso no me gustaba ningún pelo.

Observó mis manos que estaban alrededor del zapato especial para esquí. No tenia cordones. Tenía que inventarme cualquier otra cosa. 

Quité mi mirada de la suya y agache la cabeza.

— Creo que voy a vomitar — susurré levantándome — Lo mejor será que me vaya a mi habitación, no me siento muy bien.

— ¡Pero si acabamos de empezar la clase! ¡Acabais de llegar! — opinó el chaval que no recordaba ni su nombre — Tengo que enseñarte a como moverte con los esquís antes de mañana, dónde tendrán tiempo libre para esquiar.

— Me enseñará mi novio Ted — exclamé dejándole claro que no quería nada con él — ¿Verdad, amor?

Ted me negó con la cabeza y dio varios pasos atrás, no queriéndose enfrentar a la situación donde lo había metido.

No tenia ningún problema por el profesor, en serio, pero que estuvieran tan pendientes a mi no me hacia ni puta gracia. Prefería mil millones de veces estar a mi aire sin que nadie me molestase.

¿Que me caía con la mierda los esquís? Me levantaba.

¿Que me destrozaba un tobillo porque no se como controlar la mierda de los esquís? Me levantaba.

¿Que mañana otra persona me tendría que ayudar o mas bien, enseñar a deslizarme con los mierdas de los esquís? La balanza caería sobre Gabriel, por llevarme a este mierda de viaje sin mi consentimiento.

— No sabia que tenias novio — dijo el profesor calvo alejándose de mi — Lo siento.

— No te preocupes, yo te la regalo — informó mi mejor amigo con una sonrisa, vengándose de mi — Toda tuya.

— Entonces perfecto — sonrió contento.

Se volvió a acercar a mi poniéndome nerviosa. ¿Que cojones le pasaba? ¿No podía fijarse en Tara? ¿Me tenia que joder la existencia a mi?

Lo empujé y me deslice como pude hasta el grupo que habían hecho Gabriel y sus compañeros de equipo de fútbol.

Estos estaban hablando sobre una competición que harían antes de volver al internado/universidad. 

Cuando Jaden me vio acercarme con dificultad se hizo a un lado para dejarme espacio.

Al calvo iba de grupo en grupo enseñando como se cogían los esquís, como se deslizaba y tal. Pero al grupo de jugadores de jugadores no le había hecho mucha falta la ayuda del profesor, ya que dominaban los mierdas esquís.

— Ayudenme, por favor — rogué pegándome al pecho de Jaden aposta. Sonreí complacida. El mejor lugar de la tierra — El calvo quiere que tengamos calvitos.

— ¿Que cojones estas diciendo, niña? — cuestionó Travis cruzándose de brazos — 

Jaden soltó una carcajada posando su brazo sombre mis hombros, arropándome. Hacía bastante frío, y su calor traspasó mi abrigo brindándome unos segundos de satisfacción. 

— ¿No os estáis acercando demasiado? — preguntó Neil, con una sonrisa en su cara. Elevó varias veces las cejas, picaron — Ui Ui Ui..

— Cállate — escupió de repente Gabriel, dando un paso hacia el círculo que habían formado — ¿Quieres que te libre de ese chaval? Yo lo haré.



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En el texto hay: peligro, universidad

Editado: 13.06.2018

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