I'm blue, I'm black, I'm rainbow

Capitulo 2 - Mr. Blue

Etapa azul turquesa:

< "Don't touch me, I'm fragile, I'm bitter in my heart..." >

Vacio. Me siento vació, como una gran caja llena de polvo y marcada como "cosas inservibles", aquella que esta derrumbada en los rincones mas recónditos de una casa abandonada, pero lo cierto era que no era una caja, era mi mente; yo estaba una vez mas atrapado en el foro de los pensamientos indebidamente buenos e impuros y debidamente malos e inteligentes. ¿Saben que es sentirse vació?, el no encontrar una emoción que pueda despertarme de un sueño tan hueco e insípido, llegara un punto donde la nada llegara a inquebrantar mi pacifica alma.

Quizás mi subconsciente tenga sus razones para los cuales me impide abrir los ojos y enfrentarme una vez mas a la seca y fría realidad, pero aunque quiera evitarlo sabe al igual que yo que no podre perdurar mas dormido y abriré los ojos de golpe, exaltando a la luna y así ahuyentando a mi mar de estrellas que iluminaban un camino para mis sueños llevándolos a ninguna parte.

Aquel fastidiante subido el viento por las mañanas atormentaba a mis oídos, los rayos de un sol estaban presentes en mi piel provocando que mis ojos abrieran de golpe exaltando a las nubes alejándolas lo mas lejos de mi.

De algún modo mis ojos empezaron a ser inservibles, aquellos rayos entraron ambos ojos perforando la cornea, pero no era doloroso, era como llorar, ver todo borroso por lagrimas acumuladas, no queriendo salir porque molécula por molécula se desintegrarían antes de caer al suelo. Trataba de animarme a pararme pero mis brazos estaban destrozados, mis piernas estaban quebradas, mis oídos eran sordos, mis ojos eran un cristal quebrado y mi boca había sido sellada con alambre oxidado para quitarme ese privilegio de hablar para pedir ayuda.

El silencio se apodera de mi cuerpo, dejando libre a la desgracia vestida con un traje azul, mirándome desde arriba, sonriéndome y mirándome de pies a cabeza, ¿será acaso mi fin? La querida desgracia era un hombre con mucha calidad en su mirada, pero con mucho dolor saliendo de su boca.

 

xX| °* SEGUNDO NIVEL *° |Xx

 

Mi madre siempre decía que nunca me acercara a nadie que no conociera y que tampoco aceptara cosas de parte de un desconocido, porque podría pasarme algo de lo cual una madre no quisiera que le pasara a su hijo, pero... ¿que pasa si el desconocido se acerco a mi y no pude alejarme? Ahora me lleva en sus hombros. Preocupado, ¿acaso debería de estarlo? la preocupación es un sentimiento que rechazo tener en estos momentos.

La querida desgracia me acogió en lo que parecía ser una cueva y en su interior aguardaba estalactitas de hielo, eran hermosamente peligrosas. Desgracia me dejo recostado sobre mi brazo derecho y el se sentó encima de una roca para mirarme fijamente, parecía ser que quería hablar y yo también quería hacerlo, pero como puedes hacerlo si te han cocido la boca para no decir cosas inadecuadas para otros. El bajo repentinamente la mirada al suelo y poso sus manos a su cabeza, estaba temblando pero no entendía porque lo hacia, hasta que un rayo de luz entro por el centro de la cueva iluminando las estalactitas reflejando un azul cálido por toda la cueva, aquella oscuridad desapareció del inquietante lugar y dar un cambio al ambiente el cual me cubría.

Levanto su mirada de nuevo hacia mí y podía ver aquellos ojos llenos de comprensión en desesperación, pasaron de ser de un negro acogedor a un blanco escalofriante. El sonreía, pero sus dientes estaban manchados de lo que parecía ser sangre, sus manos temblaban mientras trataba de quitarse el saco, la corbata le apretaba el cuello, el empezaba a transpirar, podía notarlo en su frente y en su pecho cubierto por una camisa blanca impecable. Dentro de mi trataba de no preocuparme, de no tener miedo a lo que estaba viendo, podía sentir como cada vez ese sentimiento crecía en mi pecho.

-¿Estas bien? Prometo ayudarte... Seré tu consuelo en tus momentos mas azules- Su voz era inmensamente profunda, resonaba por toda la cueva no había ningún rincón que no estuviera cubierta por aquella voz que me hacia estremecer.

La desgracia tiene un timbre de voz tan potente que retumbaban en mis oídos y hacia temblar las rocas, lose, ¿como puede un sentimiento negativo provocar tales cosas que inexplicablemente son imposibles? La respuesta era mas que obvia, ella se alimenta de los miedos mas profundos e inquietantes secretos que uno esconde en lo mas profundo de su ser. La desgracia ha sido un ser que ha atormentado a las personas desde el momento en que se dio origen a la primera vida, todos deberos experimentarlo alguna vez, pero hay veces en las que no le basta con solo la experiencia, la desgracia es un lobo hambriento con deseos de querer mas de lo que uno tiene, es invadida por sus instintos y hará lo que sea para provocarte miedo y resentimiento para alimentarse de ti, serias como un dispensador de alimento al cual no se necesita rellenar porque tendrás capacidad ilimitada de inquietudes acumuladas.

La desgracia no tiene educación, ni sentimientos, es de espíritu libre y salvaje, es su naturaleza destruir todo a su alrededor, dejando en sus pisadas un destiñado y opaco azul, producto de suspiros resignados al dolor, de sangre derramada, de gritos ahogados por una mano llena de promesas nunca cumplidas, de lagrimas de almas pobres e inocentes, lagrimas las cuales bebe como si de un elixir de la juventud fuera. Juventud robada de jóvenes con sueños, deslumbrando a espectadores llenos de envidia y avaricia; y cuando crees que nada podría ser peor, lo será, ella no descasara hasta verte acabado, hundido en un abismo sin una escapatoria, ella te mantendrá a sus pies como un insignificante esclavo, no esperes piedad de alguien que se roba las ilusiones y esperanzas de las personas.



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En el texto hay: novela juvenil, novela romántica, novela ligera

Editado: 28.03.2018

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