Seguro que le habían enviado un mensaje sobre lo que había pasado. Mientras lo leía se podía notar como se tensaba y sus ojos se llenaban de rabia. Cuando terminó de leer el mensaje levantó la mirada hacia mí. Me sentía avergonzada y con ganas de salir corriendo.
-No digas nada a mi madre, por favor.-le dijiste.
Me miró todavia peor y se río irónicamente.
-Acaban de abusar de ti, ¿y lo que te preocupa es que tu madre lo sepa? ¿Estás bien de la cabeza t/n? Podría haber echo cosas más peores joder.- me gritó acercándose con cada frase que decía.
No te salían las palabras, la palabra abusar hacía que te entraran más ganas de llorar y vomitar.
-¿Quién te hizo esto t/n?\
-Nadie- murmuraste.
-No puto juegues conmigo, responde de una vez.
-¿Qué harás?-preguntaste.
-Haré que se arrepienta-respondió.
Una pequeña sonrisa apareció en tu rostro, pero desapareció enseguida cuando te diste cuenta.
-Y como venga.-dijo él.
-Tengo mis métodos y no te incumben saberlos.
-¿Por qué simplemente no dejas el tema y ya? Echaba de menos cuando pasabas de mi y no te importaba lo que me pasaba.
Se echó para atrás hasta llegar a la puerta y murmuró un simple:
-Como quieras.
Te dejo ahí, confundida ya que era la primera vez que mostraba que se preocupaba por ti o al menos eso parecia.
Unos días después:
S/n no volvió a mencionar nada del tema y la verdad lo agradecida por eso y por no haber dicho nada a tu madre, no querias volver a hablarlo nunca más. Al parecer todo volvió a ser como antes porque en el instituto ya ni hablaban de ello y tu ex mejor amigo no volvió a cruzarse contigo, pero entonces entendiste el porque. Estabas tumbada en el sofá viendo una serie, hasta que entró S/n. Tenía los nudillos rojos junto con cortes.
-¿Qué has hecho S/n?