Imagíname sin ti

Dia 8

Abraham:

Los días pasaban como agua pero lentamente, solo hacia una semana que estaba allí pero extrañamente se sentía como un año, que descontraste, faltaban alrededor de 8 días más para volver a casa ¿Quería volver? Claro, extrañaba mucho a mi familia, mis amigos, mi habitación, pero por otro lado estaba ella... ¿Quería dejarla de ver? Eso era un no clarísimo, parecía como un hechizo el hecho de haberla conocido hace tan poco y no poder imaginarme el no poder verla cada día, Natalia era una persona distinta, era frágil pero con mucha fortaleza interior, era tierna y sexi a la vez, era inteligente pero con ingenuidad....Diablos es complicado, si mi hermano mayor estuviera aquí me diría : Vive el momento Abo, no te preocupes por el mañana ¿Podía hacer eso? Yo aún no sabía si era capaz, más al no saber si talves no pueda asumir del todo lo que significaría estar con ella luego de la cuarentena... Miro mi teléfono nuevamente y observo la última conversación que tuve con Sofía, mi ex, le hice daño y lo sé, le hice promesas que llegado el momento no pude cumplir, en ese instante me aterraba pensar en estar con alguien en una relación, no estaba preparado para algo tan serio y sin embargo le hice creer que sí, le rompí el corazón cuando me pidió un nombre para lo nuestro y yo no pude responderle, entendía de sobra porqué me pidió que nos tomáramos un tiempo, y más aún cuando intenté comunicarme con ella hace poco y no quiso hacerlo, no supe ser lo que ella esperaba y no estaba seguro de si podía hacerlo con alguien.... ¿Y Natalia? ¿Sería capaz de ser lo que ella necesita? esa era mi tarea personal, descubrirlo lo más pronto posible si no quería dejar a alguien más con el corazón roto por culpa de mis dramas...

Suspiro pesadamente mientras termino de escribir la pancarta que tengo sobre la mesa cuando siento la puerta de la habitación de ella abrirse, la veo salir con el cabello suelto y un mini vestido deportivo pegado al cuerpo, se restregaba los ojos y caminaba como zombie en dirección a la cocina, una vez aquí solo mira en silencio la mesa y lo que tengo en ella, se rasca la cabeza y me mira con curiosidad, se veía muy tierna ahora mismo

—¿Que estás haciendo?— me pregunta acercándose más a la mesa— ¿Siempre madrugas?

—Es un cronograma de actividades y no, no madrugo siempre, me gusta mucho dormir la mañana

—¿Cronograma de actividades?

—Si, bajé más de 40 ideas para realizar en confinamiento y puse las más interesantes aquí— ella lee con atención

—¿Juegos de mesa es una actividad interesante para ti?— me pregunta con diversión— Es muy de...abuelos— ríe

—No me has visto jugar nunca al monopolio, mis partidas son muy  realistas y exóticos

—¿Según pierdas propiedades te vas desvistiendo?— pregunta y al instante se pone colorada, adoraba eso en ella, como era atrevida sin darse cuenta y como se avergonzaba cuando se percataba

—No, iba a decir que apostabamos con chocolates y dinero real pero tu propuesta es más sugerente

—No era una propuesta— dice golpeando con poca fuerza mi brazo y sigue leyendo

—¿En la parte de ver tutoriales nuevos veremos uno de electrónica?— pregunta divertida

—Yo si, tú verás uno de como hacer poemas felices— río mientras veo su cara

— Arreglar el jardín, hacer un karaoke, comenzar a aprender un idioma, hacer ejercicios en casa, hacer un videoblog diario, organizar los closets,hacer arreglos en casa, aprender recetas nuevas... son muchisimas cosas

—El tiempo para hacerlas es lo de menos, te aseguro que nos sobra

—¿Y que haremos hoy señor administrador? — dice cruzándose de brazos

— Obviamente arreglaremos tu pobre intento de jardín, es una crueldad para esas especies lo que tienes allá arriba

—No tengo jardín propio, eso es de Erick y yo las riego para que no mueran— se defiende— a ver señor jardinero experto ¿Que tiene de malo mi jardín?

Yo río al ver su reacción—¿Por donde empiezo?— pregunto para molestarla— ¿Hay algo que tenga bien? — logro mi objetivo cuando la veo golpeándome el brazo

—Si tanto sabes de jardines pues hazlo tu— me dice con enojo

Yo la envuelvo en mis brazos y levanto su barbilla con mis dedos— No puedes seguir viviendo con estos escasos conocimientos sobre el tema Corazón de pollo, alguien tendrá que enseñarte— digo y atrapó sus labios con los míos  

—¿Porqué el jardín primero?—me mira con un mohín

—Porque allá arriba hay seres vivos en peligro de extinción por tu culpa, no querrías llevar eso en tu conciencia Nataly

—Te odio— camina hasta la estufa

—No lo haces, me deseas que es distinto— ella sonríe y niega con la cabeza

—¿Pizza para desayunar? A este paso cuando termine la cuarentena tendremos 10 kilos de más

—¿No leíste con atención? En las tardes entrenaremos

—Jardín sí y todo lo demás, pero entrenar no.... Hacer ejercicios para mí es como coger todas mis tripas juntas y machacarlas con una piedra

—Vamos Nataly, saldrás ganando, te podrás más cañón y podrás babear con libertad al verme, te doy permiso— le hago un guiño y automáticamente veo sus colores subir a su cara y cambiar su expresión a enojo

—No necesito tu permiso para...

—¿Para qué?— pregunto divertido cosa que hace que se ponga aún más colorada

—No iba a decir....No es... Yo no babeo ¿Entiendes?

—Yo si lo hago — digo viendo como su enojo pasa a una sonrisa involuntaria, estoy seguro de que su cara le debe de latir en estos momentos— Cada vez que me miro al espejo— digo para ver nuevamente su enojo aparecer y sentir como se acerca a mí y me golpea “con todas sus fuerzas” en mi brazo,es como una hormiga tratando de abusar de un oso— No te enojes Nataly, ya sabes que todos los habitantes de esta casa babean por mí— digo recogiendo el cronograma y colgandolo en la pared

—Solo somos tu y yo—se cruza de brazos

—Yo no tengo la culpa— la miro y sonrío

 

Un rato después estábamos en la azotea, ella regando las enredaderas y yo trasladando las masetas desde allí hasta el pequeño espacio de patio trasero que teníamos en la parte de abajo, estaba desaprovechado completamente, mis conocimientos de jardinería se los debía a mi abuela paterna, desde pequeño siempre me obligaba a ayudarla cada vez que se le antojaba reorganizar sus plantas que era más seguido de lo que me hubiera gustado, de los siete hermanos siempre era yo el escogido, siempre iba y me levantaba a la fuerza antes del amanecer para comenzar temprano mientras los demás podían seguir disfrutando de su horario de sueño, solo me cambió una vez  y fue porque estaba muy enfermo ese día, era gratificante ver desde mi ventana como ella torturaba a Isaac haciéndolo regar cada planta de forma diferente según decía la enciclopedia (así le llamamos a su gigantesco libro de jardinería que siempre la acompañaba) 
Ahora esos conocimientos me sirven para alardear un poco con Natalia, así que no fueron en vano del todo, la veo salir por la puerta de la cocina y dirigirse a mí con una maceta de orquídeas casi muertas y sonreír mientras la colocaba a lado de las margaritas...




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