Imperfecto

Capítulo 2 : Libertad, un inesperado encuentro y un nuevo hogar. (Sin editar)

"Llegué a creer que lo había vivido todo, que ya no tenía ninguna cosa por experimentar. Nada me preparó para la revolución de sentimientos que traería tu llegada a mi vida."

- Miranda

Observo por última vez la habitación que ha sido mi cautiverio en las últimas tres décadas. Se siente extraño volver a estar fuera, hay muchas cosas a las que me debo acostumbrar.

- Bienvenida de vuelta, Miranda.

Reconozco de sobra esa voz y no dudo en girarme y darle un fuerte abrazo a mi querido primo.

- Te extrañé mucho, no sabes cuánto. - Dice mientras deja un suave beso en mi frente.

- ¿En serio? - Me separo de él y esta vez lo miro con algo molestia - ¿Entonces por qué no hiciste nada para sacarme de allí? ¿Sabes lo duro que fue? Estuve a punto de volverme loca.

- Lo sé, y lo siento mucho. Pero sabes que era necesario, estabas incontrolable, estuviste a punto de... - Le indico que haga silencio poniendo un dedo sobre sus labios, no quiero oír más, aún después de todo este tiempo no me perdono lo que hice.

- No se me ha olvidado, lo sigo recordando cada día. - Digo con la voz rota.

- Bueno ya, eso está en el pasado. Han pasado treinta años, tengo que actualizarte acerca de todo lo que ha pasado en este tiempo. - Me da una cálida sonrisa y se la respondo con otra, agradecida por el cambio de tema.

🥀🥀🥀🥀🥀
Varios días después...

Estos últimos días me he dedicado a conocer los avances que ha hecho la humanidad, encuentro todo fascinante. Incluso ya tengo un teléfono de última generación, regalo de Lucas, mi primo.

Ahora he decidido pasar un tiempo en un pequeño pueblo llamado Rieles , añoraba este lugar. A pesar de todos los edificios y luces que he observado en la ciudad, este sitio es como si se hubiera detenido en el tiempo y eso me encanta.

Hace un día soleado y me animo a caminar un poco por un bosque que hay cercano. A pesar de lo que muchos puedan creer debido a leyendas e historias tontas, los vampiros no morimos por estar en contacto con el sol, el ajo y los crucifijos tampoco nos hacen nada.

Sigo caminando, adentrándome un poco más entre los frondosos árboles hasta que percibo un olor singular.

Me encamino en la dirección que me guía mi instinto y me encuentro con una joven, parece una adolescente y se ve que algo grave le ha pasado. Sus rodillas se encuentran llenas de sangre y su respiración está agitada.

- ¡Sal de ahí! No te escondas, puedo sentir que me observas.

Me sorprendo un poco por haber sido descubierta y salgo detrás del árbol que había sido mi escondite. La observo ahora con detalle y entiendo todo.

- Eres una bruja.

- Y tú una vampiro. - Dice altiva sin pizca de miedo.
- Bueno, ahora que están echas las presentaciones date prisa y ayúdame.

- ¿Sabes que podría matarte en este momento? Nadie se enteraría.

- Si tu intención fuera matarme lo podrías haber hecho hace mucho en vez de observarme como acosadora. Además no percibo un instinto asesino en ti en este momento. Te propongo un trato, si me ayudas te voy a deber un favor, y las brujas siempre cumplimos lo que debemos.

Lo pienso por un momento, siempre es bueno que una bruja te deba un favor, así que al final acabo aceptando.

La ayudo a incorporarse correctamente y apoyo su brazo sobre mi hombro. Caminamos unos minutos hasta llegar hasta una pequeña pero hermosa casa en el pueblo.

Me quedo sentada en uno de los sillones observando como la bruja de cabellos negros se prepara un líquido extraño que según ella curará todas sus heridas.

- ¿Me vas a contar cómo fue que una bruja terminó tan herida? Si no me equivoco ustedes no suelen meterse en peleas.

- Así es, las que son como yo preferimos la tranquilidad, pero hay seres que no lo aceptan y quieren utilizar nuestro poder a su conveniencia. - Respondió mientras seguía batiendo sus hierbas extrañas - Los que me atacaron hoy fueron humanos, cazadores.

- ¿Los mataste? - Pregunté notando como una pequeña sonrisa se formaba en su rostro.

- No, les hice algo peor.

Pude ver cómo colocó el ungüento sobre sus heridas y mientras pronunciaba un raro hechizo poco a poco iba sanándose hasta terminar como si nada hubiera pasado.

- ¿Sabes? No fue casualidad que nos encontráramos, yo había soñado contigo Miranda.

- ¿De qué hablas? - Quise saber intrigada.

- A veces tengo visiones, algunas son de desastres próximos, otras de acontecimientos importantes. Tú, estás destinada a grandes cosas. - Tenía una mirada misteriosa mientras continuaba hablando, sus ojos verdes parecían conocer mil secretos de los que yo no tenía idea.

- ¿A qué te refieres con grandes cosas?

- Todo a su tiempo querida, todo a su tiempo. Por el momento yo tengo cosas importantes que hacer. Si no tienes todavía donde quedarte en el pueblo puedes permanecer aquí, es un lugar muy tranquilo, verás que te va a gustar.

- Muchas gracias. - Respondí extrañada por su amabilidad.



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En el texto hay: vampiros, lobos, magia

Editado: 21.06.2020

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