Implacable

Capítulo 1

Capítulo 1

«Te amo, Emily». «Te amo, Chris». «Eres arte puro. Mi droga preferida». «¿Quiénes eran ellos?» «Amigos, no te asustes». «¿Por qué siempre me pintas?» «Eres demasiado magnífica para dejarte pasar sin plasmar esa belleza». «Lo siento». «Duerme, cariño». «¿Con quiénes hablabas? ¿Estás en problemas?» «No te preocupes, solo pequeñeces». «Lo siento». «¿Qué llevas en el bolso, Chris?» «Un regalo para ti. Me gusta hacerte feliz». «Te amo intensamente». «Lo siento». «Sigue durmiendo, Emmy».

Las voces se mezclan en su mente, podrían ser recuerdos o la realidad confusa. Unos labios besan su frente y el edredón la cobija hasta los hombros. Ya no siente frío. Está abstraída en una nube. Logra escuchar una respiración calmada a su lado y siente una cálida mano acariciando su cabello. Suspira y las caricias se desvían hacia su rostro. No desea abrir los ojos porque su cuerpo sigue dormido, demasiado como para saber si está en una alucinación o todo es real. Quizás solo sigue soñando. Aquellos labios vuelven a tocar su frente depositando un tierno y suave beso. Ese perfume que tanto adora inunda sus vías respiratorias y solo la llevan con más rapidez a caer otra vez en la inconsciencia. Las sensaciones se intensifican para arrastrarla al mundo de los sueños, sabiendo que aquel cuerpo seguirá a su lado.

° ° °

La mañana se hace presente con el sol que inunda todo su cuarto. Las cortinas no fueron cerradas la noche anterior y la luz la encandila unos segundos al abrir los ojos. El blanco de la habitación es inmaculado y le hacen sentir en una especie de paraíso, especialmente porque es, como ella dice, el nido de amor de Chris y Emily.

Unas patitas peludas y esponjosas amasan su brazo mientras un ronroneo se escucha en el lugar. Jason suele despertarla haciendo eso, es como una alarma que siempre suena a la misma hora. Probablemente tiene hambre y espera a que Emmy le de comida, pero ella no está de humor para levantarse todavía. Está cansada, siente su cuerpo pesado y solo desea volver a cerrar los ojos para dormir cinco minutos más. Solo cinco... Aunque sabe que no funcionará. Una vez despierta, recobrar el sueño se le hace una tarea difícil. Quizás si estuviese Chris a su lado podría, pero no está ahí. El lado de su cama está vacío y las sábanas frías. De seguro se levantó temprano para comenzar a trabajar, es lo que hacen los artistas cuando la inspiración llega a tocar la puerta para cautivarlos y llevarlos a descubrir arte que espera ser admirado y plasmado en algún lado.

Se estira haciendo sonar algunos huesos y se voltea para incorporarse un poco y ver la hora. ¡Ya se ha hecho tarde! No puede llegar atrasada otra vez a sus clases.

Se levanta de un brinco y entonces se percata de que solo lleva ropa interior. ¿Qué pasó con su pijama? Gira para ver la cama y lo recuerda con precisión sonriendo ampliamente. La noche anterior no vistió su pijama porque Chris la plasmó con acuarelas en un cuadro de arte. ¿Dónde está esa obra? Muere de ansias por verla.

«Eres la obra de arte más perfecta que alguna vez he visto con mis propios ojos».

Las palabras de Chris se hacen paso en sus pensamientos y no puede borrar la sonrisa de su rostro. Aquella frase fue la última que escuchó mientras veía cómo bailaba el pincel moviéndose con presteza y maestría implacable, haciendo danzar las acuarelas sobre el lienzo, retratándola semidesnuda envuelta en sábanas blancas.

El talento de Christian es puro y magnífico, y la pasión que ejerce cada vez más imperativamente sobre cada uno de sus cuadros le hace pensar que él puede ser el artista más talentoso que ha conocido en toda su vida.

¡Dios, cuánto lo ama!

Toma una toalla del clóset y se apresura a la bañera para alistarse y llegar a tiempo a las clases del señor Thompson.

—Dime, ¿por qué estás tan feliz esta mañana? Es lunes, la gente los lunes no suele estar tan feliz.

Savannah murmura en voz baja pretendiendo estar poniendo atención a la clase, pero no, no lo hace, casi nadie lo hace. ¿Quién podría? Es lunes en la mañana, el sueño sigue siendo una gran parte que controla el cerebro de muchos estudiantes a esas horas. Nadie quiere poner atención a una aburrida clase de proteínas y aminoácidos, solo quieren dormir unas cuantas horas más.

—Chris me ha retratado ayer —responde Emily con una evidente alegría. Al parecer es la única con suficiente fuerza de voluntad como para poner atención a las diapositivas que se mueven rápidamente frente a la vista de los alumnos. Casi todos se han hartado y han decidido gastar su tiempo para revisar sus redes sociales. Así es como les gusta despertar un poco, conociendo los últimos chismes de sus compañeros o de los famosos que publican sus vidas en Instagram. Pero Emily no, ella prefiere acalambrarse la mano escribiendo lo que dice el profesor.

Savannah la mira de reojo.

—Ya, pero él siempre te pinta...



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En el texto hay: misterio, pasion, aventura

Editado: 05.09.2018

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