Imposible vivir sin ti

Capítulo 48 "Proceso"

Acaricio su cabello mientras duerme sobre mi regazo, suelto un suspiro de cansancio no exagero cuando digo que mi vida sin ti sería vacía. Desde que te veo con ojos de amor me haces la persona más afortunada del mundo, disfruto verte sonreír, tomar tu mano, hablar contigo de cosas sin sentido y sin importancia. Me gusta todo de ti, haces que mis días grises tengan color. Llevo la vista hacia la mesita de noche donde un papel doblado con mi nombre se roba mi atención. Lo tomo y empiezo a leer, mis ojos se cristalizan al instante en que esas palabras escritas por Sarah dicen que no podemos ser felices, que estando juntos vamos a sufrir. Eso no es cierto se que poco a poco esta tormenta pasara aunque el dolor sea irreparable.
-¿sigues aquí? Pregunta débilmente. Dejo la carta a un lado y limpio mis lagrimas
-no voy a dejarte sola- aseguro
-se supone la leerias después mi sepelio- dice apartándose
-no digas eso ni en broma, es serio Sarah pensabas que esa era la solución...
-si para mí, acabaría con este dolor-lleva la mano a su pecho
-tienes que dejarme ayudarte, en verdad quiero lo mejor para ti-suelto desesperado, ante su silencio decido continuar -quiero saber que es lo que quieres-
-quiero dejar de pensar, que esas voces ya no hablen. No quiero oírlas más- cubre sus oídos con las manos. La observo destrozado, me duele tanto verla así
-me refiero si quieres regresar a Madrid, quedarte aquí o quizás comenzar en otro sitio.
~~~~~~~

Llegamos a casa, dejo a Milo en el suelo. Sarah ni siquiera lo miró en todo el camino, tras abrir la puerta ella se apresura a entrar y sube las escaleras de inmediato
-¿qué quieres de cenar?- pregunto antes que desaparezca de mi vista
-no tengo hambre- responde sin animo
-nada de eso, tendrás que comer- sube ignorando lo que acabo de decirle. Me dirijo a la cocina. Es muy difícil siento que nada es suficiente. Luego de darle de comer a Milo comienzo a ordenar los utensilios del lavavajillas. Después me siento en un taburete mi mente no deja de buscar ideas que puedan hacerla sentir mejor. El tono de mi celular me distrae, miro la pantalla y veo que es Anthon atiendo
-hola bro ¿cómo estás?- pregunta, nadie sabe de mi viaje repentino a Los Angeles
-bien amigo - respondo intentando sonar normal
-llevas tres días sin ir al club ¿qué ocurre contigo? Te he marcado montones de veces- inquiere preocupado
-lo siento, debo resolver un asunto personal- un suspiro escapa de mis labios
-puedes confiar en mi, sabes que eres como mi hermano- replica
-lo sé y prometo hablar contigo después pero ahora no es el momento. Debo colgar bro, nos vemos luego- finalizo la llamada sin esperar respuesta de su parte. Sarah se sienta frente a mi y juega con sus manos unos escasos segundos quizás quiera preguntar con quien hablaba.
-estuve pensando y debo decirte esto...- hace una pausa, solo la observo luce tensa e intranquila. Lleva un mechón de su cabello atrás de la oreja -si acepte regresar aquí fue solo por tu carrera, no quiero hacerte perder más cosas. Con dos hijos ya es suficiente, se que no habrías aceptado sin mi. Tu debes seguir adelante, yo tomé una decisión- intento tomar su mano pero la quita de la isla
-las decisiones las tomamos entre los dos- respondo, temo a lo que pueda decir.
-no seguiré estudiando medicina, ya no quiero hacerlo y no espero que me apoyes, mucho menos entiendas pero no interfieras -se pone de pie, la imito rápidamente antes de que se aleje la tomo de la cintura
-no me veas asi, no soy tu enemigo, dejame decirte que no me parece bueno que dejes de estudiar, eso ayudará a distraer tu mente, no me importa mi carrera me importas tu-
-ya esta decidido, no puedes entenderme, jamás lo harás- se zafa de mi agarre y sale corriendo. Huye de mi, cierro los ojos con fuerza. Luego de unos minutos logro tranquilizarme un poco y subo a intentar hablar con ella nuevamente pero al hacerlo me encuentro con la puerta cerrada con llave.
-¡Sarah abre la puerta!- exclamo
-no, déjame sola- grita
-¡déjame entrar, por favor!-
-no- alboroto mi cabello ante la frustración. ¿qué se supone que deba hacer? No puedo sentarme a esperar, temo a que intente lastimarse nuevamente.
-abre la maldita puerta- doy un golpe pero ella no responde. Saco mi celular del bolsillo y le marco a Emma, me alejo de allí para que ella no pueda oírme
-hola hermanito - dice al atender
-ven a casa por favor- vocifero
-¿qué ocurre?- pregunta
-ven ahora mismo por favor- ignoro su pregunta.
-voy para alla- guardo el aparato. Insisto una vez más pero Sarah no responde.
Bajo a la sala y agradezco que mi hermana no tarda en llegar, al verme me da un fuerte abrazo.
-¿que te ocurre? Mira como estas, me preocupas- suelta alterada. La observo unos segundos, no tengo demasiado tiempo pero comienzo a contarle la tortura que hemos vivido estos meses. Ella abre los ojos como platos pero no interrumpe.
-hablare con ella ahora mismo- se levanta del sofá y camina hacia el piso de arriba
-no sé si quiera abrir la puerta, esta encerrada- explico
-esta vez no estoy aquí como su amiga, voy a ayudarla como psicóloga. Aún no me recibo pero se como actuar en estos casos, confía en mi, se que me abrira- me lanza una sonrisa y yo asiento. Lo hago, de otro modo no la habría llamado. -debes hacer algo - suelta seria
-¿qué?- inquiero confundido. Saca su celular y escribe algo en el
-ve a esa dirección que acabo de enviarte. Allí ofrecen ayuda grupal- continua subiendo las escaleras, miro mi movil y decido conducir hacia ese sitio.

~~~~~~~
Sarah se sienta en un taburete frente a mi y comienza a revolver su café lo hace tan solo como distracción para evitar mirarme porque nisiquiera le agrego azucar
-entonces no dirás nada- digo
-¿qué quieres que diga? No quiero ir a ese lugar pero no importa cuanto lo repita, me llevarás de todos modos- se encoje de hombros.
-solo quiero lo mejor para ti- respongo
-no pueden ayudarme y oír sus problemas tampoco me hará sentir mejor- deja la taza a un lado
-hazlo al menos una vez y luego decides si continúas o no- propongo, levanta la vista y me observa fijamente
-esta bien, solo una vez- responde, yo sonrio. Apoyo mi mano sobre la suya y la aparta
-lo siento- se pone de pie y se dirije a la salida. La sigo y sin decir una palabra subimos al coche, conduzco hacia ese lugar donde hará la terapia grupal, no puedo quedarme a su lado pero quizás ella pueda expresarse mejor en mi ausencia. Baja sin siquiera darme un beso la veo caminar hacia la entrada. Suena mi celular
-hola- digo al contestar la llamada de mi hermana
-hermanito estoy en la cafetería 'Faraday Madrid' te espero-
-voy para alla- solo estoy a un par de calles, en pocos minutos estaciono frente. Camino rápidamente, busco entre las mesas y veo a Emma. Me siento
-que mal luces, me apena tanto verte asi- levanta su mano llamando a un mesero
-gracias por tu honestidad hermanita. No sé que hacer, siento que voy a enloquecer- respondo. Emma ordena dos cafés y tarta de coco para los dos. El chico se retira
-lo que voy a decirte no será bueno, tampoco sencillo pero seré sincera contigo porque te quiero y eres lo más importante en mi vida. Será un proceso muy difícil además de duro para ambos. ¿Estas seguro de querer acompañarla?- pregunta
-lo sé, pero quiero ayudarla, estar a su lado aunque no me lo permite- respondo
-ella va a culparse todo el tiempo, sentirá rechazo con ella misma y puede que intente lastimarse para sentir dolor- sus ojos se cristalizan -la vi devastada y no tienes idea de cuanto me lastima- tomo sus manos
-¿qué debo hacer?- cuestiono intranquilo
-no la dejes sola, evita gritar, abrazala cuanto sea necesario-
-no quiere que tome su mano, no querrá que la abrace- bajo la mirada
-lo necesita, aunque lo niegue sus ojos lo piden a gritos-
-voy a enloquecer- replico angustiado. Ella rodea la mesa y me envuelve con sus brazos, respondo el gesto más sincero de mi hermana.
-tu decides si quieres levantarla o caerte con ella- susurra en mi oído. Limpio mis lagrimas y la observo a los ojos
-prometo recuperar sus ganas de vivir y su felicidad- digo. Emma sonrie, se sienta nuevamente
-confio en ti, se que eres capaz. Solo debes ser tolerante- replica. El mesero deja nuestra orden sobre la mesa y decidimos cambiar de tema. 



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En el texto hay: alegria, amor y venganza

Editado: 15.11.2023

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