Susan Evans
Aquella vez Damian me llevo al restaurante, al llegar no dijo nada, no hubo comentarios molestos, solamente se despidió con un Buenas noches, haciendo que pensará en lo difernete que había sido.
Las cosas marchaban bien, seguía enviando collares y yo los guardaba para entregarselos el Viernes, por un momento comencé a pensar que tal vez lo seguía haciendo como excusa para que lo buscará.
¿Realmente estaba pensando en el?
Después de atender a tres pacientes y darlos de alta, me dirigí al casillero para buscar algo de dinero e ir a comer, pero al entrar estaba Margaret y Thomas, como si estuvieran esperando a que llegará.
Intente llegar a mi casillero, pero Margaret se paró frente a mi.
- Necesito pasar -dije, pero ella me empujó a punto de caerme,- ¿Qué pasa contigo?
- Eres tonta, estúpida en lo que haces, todos te tienen lastima, por eso te han escogido para cirugías, pero si por ellos fuera te sacarían del programa de intercambio.
- Di lo que quieras -dije y me acerqué a mi casillero.-
- Todos sabrán lo que eres Susan y cuando eso pase te arrepentiras -dijo Thomas.-
- No tengo nada que esconder -dije y Thomas sonrió.-
- Christian se acostó conmigo -me giré para ver a Margarer,- ¿Sabes lo que dijo cuando estabamos teniendo sexo?, que estaba contigo por lástima, que fue el con quien perdiste la virginidad, porque nadie se había atrevido a estar contigo -comenzó a reír junto a Thomas,- Y me dijo que eras poca mujer para el, que ni siquiera se atrevía a mirarte a los ojos cuando se acostaba contigo porque cada vez que lo hacia recordaba que estabas tan loca como tu madre, ¿Ahora crees que alguien de aquí se fijará en ti?
Ella salió de ahí junto a Thomas.
Algunas lagrimas salieron, pero las limpie de inmediato y salí de ahí.
Al salir miré a Thomas, Margaret, Bethany y Jack reír mientras me veían con burla.
Me aleje de ellos, parecía caminar de manera decidida, no quería detenerme.
- Damian -el volteó,- Quiero hablar contigo.
El asintió y lo guíe de nuevo a las habitaciones de descanso, al llegar esta vez entro primero y yo detrás de el, por suerte nadie estaba ahí, así que no sospecharían, cerre la puerta y puse el seguro.
- No me digas que me regresaras los collares, aun no es Viernes -me quedé en silencio,- ¿Todo bien?
Me acerqué y fui directo a sus labios, aunque al principio fue un beso lento, con el paso de los segundos aumento su ritmo.
Sentí las manos de Damian entrar en mi camiseta, mientras mis manos se enredaban en su cabello intentando profundizar cada vez más, el comenzó a retroceder y al tocar con la pequeña cama me empujo lentamente para quedar encima de el.
Al estar en esa posición el siguió besando, hasta que comenzó a subir la camiseta, le ayude y la quite con facilidad, el hizo lo mismo con su camiseta y sin esperar me acerco tomando mi cintura y cambiando de posición.
¿Hace cuanto que no me sentía tan bien?
Comenzó a dejar pequeño besos en mi cuello mientras que su otra mano acariciaba mi pecho por encima del sosten haciendo que suspiros salieran de mi.
- ¡Dios! -dije al sentir el contacto directo de sus labios con mi pezón.-
El había quitado el sosten de un momento a otro, pero no era momento para cuestionar su experiencia en esto y mucho menos cuando lo que hacía era increíble.
Beso, chupo mis pechos haciendo difícil no gemir tan alto, el quito su pantalon e hice lo mismo, pero nuevamente volví a quedar encima de el, antes de volver a sentir algo dentro de mi, me detuve.
- ¿Me deseas? -el miró mi rostro,- como mujer, ¿Me deseas? -pregunté.-
Sus ojos realmente brillaban, llenos de lujuría, tomo mi cinturo y me acerco a el,- Te deseo -dijo y volví a unir mis labios con los de el.
Baje lentamente hasta sentirlo en entrada, el entro en mi, intentabamos no hacer tanto ruido, pero realmente había extrañado esa sensación, el choque de nuestros cuerpos hacia que me excitará cada vez más, al punto de casi enloquecer, el tomo mi cintura y volvió a ponerme debajo de el, volviendose más rápido, con más pasión, hasta que el orgasmo se sentía cerca.
Sus movimientos eran exquisitos, hasta que la sensación invadió nuestros cuerpos, al momento en que nuestros cuespos chocaron, Damian se desplomo dentro de mi y segundos después llegué.
Después de un momento el se recostó a mi lado, me gire dandole la espalda y cubrí mi cuerpo con la sabana quedandome en silencio.
"Y me dijo que eras poca mujer para el, que ni siquiera se atrevía a mirarte a los ojos cuando se acostaba contigo porque cada vez que lo hacia recordaba que estabas tan loca como tu madre, ¿Ahora crees que alguien de aquí se fijará en ti?"
Después de un rato sin hablar me levante y busqué mi ropa, el copió mi acción.
- Pensé que te quedarías un rato más -lo miré.-
- Tengo otras cosas que hacer -dije mientras colocaba mi camiseta.-