Damian Anderson
Al día siguiente llegué temprano al hospital y busqué a Lauren.
Sabía que tenía que ver con lo que paso ayer, Susan había aparecido en la oficina para ver a Lauren, ella sabía que estaría ahí.
- Entonces dile a tu esposa que me diga la verdad -dije mientras Sebastian se ponía delante de Lauren.-
- Susan es una gran doctora y me agrada -dijo Lauren,- Pero no sabía que tu estaría aquí con Leslie, ¿Acaso no era más fácil cerrar la puerta y poner el seguro?, así que no fue mi culpa.
- Damian, ¿Por qué te interesa?, dijiste que ya habías dejado de pensar en ella para tus cosas -miré a Sebastian.-
- Ella no me interesa, pero puede decirle al jefe lo que vio y los dos saben que estoy a prueba -Lauren sonrió.-
- Tu dijiste que otros hospitales han pedido que te vayas con ellos, ¿Por qué quedarte aquí? -pregunto.-
- Es el mejor hospital -dije responidendo a la pregunta de Lauren,- Y yo soy el mejor cirujano, no me iré a otro menos importante, porque este trabajo lo merezco, el dinero que gano me lo merezco.
- Pero no mereces a Susan -soltó Lauren,- No dejarla sin cirugías cuando ella intenta estar en neurocirugía y tu la ignoras, cada vez que ella intenta asistir a una cirugía contigo le quitas los pacientes y se los das a otros residetes, ¿Crees que eso te hace un mejor cirujano?
- Tu tambien le has quitado cirugías, no puedes hablar como si fuera el malo de la historia, Susan se acosto conmigo porque quiso, yo la deje porque me di cuenta que merecía algo más que una simple residente de intercambio que llora cuando sus compañeros la humillan y ni siquiera se defiende -Sebastian detuvo a Lauren antes de que llegará a mi.-
- Hablas como si fueras un gran hombre, sin miedos, pues te recuerdo que estas aquí gracias a mi, estoy cansada de que siempre hables de tus triunfos, ¿Les has dicho quien te animo a estudiar?, ¿Quién estuvo ayudandote para ser el "gran cirujano" que ahora eres?, no olvides que tienes miedos, has intentado toda tu vida evitar de ti, porque sabes que podrían hacerte débil, gastas tu dinero como si fuera un simple papel porque es lo único que puedes hacer.
- Lauren -dijo intentando calmarla.-
- No, tu usas el dinero para reemplazar el amor que nunca tuviste de tus padres e intentas arruinar la vida de los demás, eso eres Damian un simple hombre que evita la realidad con tal de que nadie se enteré de donde vienes.
Salí de la oficina antes de que cometierá algún error y comencé a caminar lo más rápido que pude.
No iba a dejar que nadie me viera así, nadie merecía verme de esta manera.
- Doctor Anderson, doctor Anderson.
- No quiero ver a nadie -dije apunto de entrar a las habitaciones de descanso.-
- Doctor Anderson.
- ¡Que te vayas! -grité haciendo que todos los que estaban en el piso me mirarán.-
Sin importar eso entré a la habitación y cerre la puerta.
Por suerte no había nadie ahí, cerre los ojos con fuerza, tome mi cabello con mis manos y aprete con tanta fuerza, no podía evitarlo, no podía evitar destruir la vida de las personas.
Varios recuerdos llegaron a mi.
- Mamá dijo que llegaría pronto -esperaba verla por la ventana.-
Ella no apareció, en su lugar apareció mi padre.
- Vengo por mi hijo.
Mis recuerdos parecían ser tan claros que me asustaban, recordar la manera en que mi padre empujo a mi tía y me subió al auto para volver a casa, mientras en todo el camino el repetía:
"Tu madre se enfermo por tu culpa"
"Nunca debímos tenerte"
"Fuiste un error, pero hoy volveremos a ser la familia de antes"
"Eres un error, es como si fueras creado para destruir vidas"
La puerta se abrió y me senté en el piso.
Tal como cuando era pequeño, me abrace a mi mismo y guarde silencio para que no me vieran.
Ese era mi secreto, huir de mi pasado.