Impulsos de Amor

Corazón roto

Damian Anderson

Susan había pasado los días con el, desde que había despertado, no sabía que le había dicho, pero aun así seguía esperando fuera de la habitación, el sonreía ante las palabras que parecía decirle a Susan.

El me señaló haciendo que Susan volteará, lo dejo y salió de la habitación.

- Estaba pensando en ir a comer -dije con una sonrisa.-

- Me gustaría, pero tengo que estar con la doctora Jill en una hora y estoy checando a Christian, tu operación salió increíble, el puede hablar, recuerda todo.

- Si, que bueno, entonces comeré con Sebastian.

- Prometo que mañana comeremos juntos -asentí y ella entró de nuevo a la habitación.-

- ¿Quieres hablar? 

- No, yo estoy bien -dije y miré como se reían,- Si ella esta bien, yo lo estaré.

- Damian -miré a Lauren,- ¿Recuerdas lo que te dije una vez?, aprenderas a amar hasta que...

- Alguien rompa tu corazón -finalicé la frase,- No creí que doliera tanto.

- ¿Por qué no hablas con ella? -preguntó.-

- Quiero ser de esas personas que comprende a su pareja -dije y me aleje,- No quiero que piense que trato de alejarla de ese tipo.

- Es hora de que tu preguntes, ella sabrá que tienes dudas y te contará todo.

- Solo han pasado seis días, puede que cuando ella lo vea mejorar todo sea como antes.

- Ella puede cambiar de opinión con su decisión.

- Deja de hablar, no me ayudas en nada -dije y sentí mi voz cortarse,- Todo era tan fácil cuando no me preocupaba si alguien se enamoraba, cuando pensaba que comprar todo lo que quisiera me hacia feliz.

- No le has contado lo de tus padres, ¿Verdad?

- No, pensaba hacer una cena y ahí le diría la verdad, pero con esto creo que no podré hacerlo, no lo entiendo, cambie, sigo cambiando y ahora parece que yo desaparecí de su vida.

- Dale su tiempo, se reencontró con el hombre que estuvo por dos años, no es fácil y lo sabes.

- Debo saberlo, pero van seis días en los que no hablo con ella, antes la llevaba a su departamento o nos quedabamos en el mío, pero ahora su excusa para quedarse en el hospital es que tiene mucho trabajo y... no puedo, no puedo soportar esto, tuve razón, esto del amor no es para mi, no quiero esperar a que me diga que no me quiere, no quiero eso.

- Eso no pasará, solo hay que esperar, tienes que esperar.

- ¿Esperar?, no me pasará lo mismo que mis padres, solo miralos, el si la sigue queriendo, tu misma lo dijiste, se puede notar a simple vista.

- No puedes irte y no hablar.

- Si puedo, lo mejor será que me vaya antes de que ella decida estar con el.

Miré la manera en que Susan lo miraba y como lo agarraba.

- Solo espera a hablar con ella.

- Dije que no -miré a Lauren,- Tenías razón, siempre tuviste razón, tendré todo el dinero del mundo, pero si no era feliz no era nada.

- Tu eres feliz.

- Necesito a Susan, pero no haré más daño, no la obligaré a que tome una decisión, oí hablar a sus compañeros de residencia y creo que se separaron por culpa de engaños, ellos al parecer seguían amandose, pero alguno de ellos hizo que se separan.

- ¿Se lo dijiste? -negué,- Si eso hubiera pasado ahora mismo se reconciliarían.

- No, lo que pasa es que Susan hablará conmigo y me dejará, debo pensar que haré.

Pospuse mis cirugías y me fui a mi departamento.

Estaba vacío, desde hace seis días Susan no pasaba la noche aquí, me dirigí a la cama y me recoste pensando en lo que haría, debía estar abierto a cualquier posibilidad.

¿Era capaz de hablar con ella?

Mi padre siempre tuvo razón, nací para arruinar la vida de los demás y ahora eso me pesaba, todo lo que había hecho se estaba regresando y no podía negarlo porque lo merecía, pero no soportaba pensar que la primera mujer que amaba estuviera con alguien más.

Realmente estaba cansado de mi vida, siempre había estado cansado de mi vida, lo único que hacia era evitarla, pero en realidad seguían los recuerdos.

Mis padres peleando.

Mi padre golpeando a mi madre.

Mamá huyendo conmigo a la casa de mi tía.

Ese era mi pasado.

Tome mi celular y marqué al número de Susan.

- Hola, ¿Todo bien? -me quedé en silencio,- Damian, ¿Sigues ahí?

No quería que supiera que estaba llorando, así que respire hondo y me dispuse a hablar.

- Si, sigo aquí, ¿Cómo estás?

- Muy bien, ¿Estás en el hospital?

- Si, estoy apunto de entrar a una cirugía, ¿Sigues con Christian?

- Así es, el parece recuperarse muy rápido y todo gracias a ti, tengo que colgar, le trajeron de comer a Chris, adiós.



#4930 en Joven Adulto
#24341 en Novela romántica

En el texto hay: amor, dinero o amor, infeliz

Editado: 22.07.2021

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.