Te conocí en verano hace tantos ayeres que parece que fue ya casi una vida atrás, éramos dos jóvenes inexpertos celebrando la libertad que teníamos, pasando entre fiestas y amigos, conociendo aquello que tus padres siempre dicen no debes hacer, experimentado y sobre todo sintiendo que el mundo era nuestro.
Fue durante una fiesta, yo no planeaba encontrar a alguien que marcaría mi vida, quería sexo, alcohol y libertad, tú no estabas tan lejos de lo mismo, pero el destino caprichoso nos cruzó a mitad de aquella abarrotada estancia llena de adolescentes y música estruendosa.
Bailamos tanto que mis pies dolieron, al finalizar la noche y sin importar la hora o los posibles regaños de nuestros padres, buscamos un lugar tranquilo, nuestros pies nos llevaron a un parque solitario donde nos sentamos en el césped y miramos las estrellas mientras descubrimos que teníamos tanto en común, así comenzó todo.
Los días de encuentros fueron más seguidos, la fiesta, los amigos y luego ya no solo disfrutábamos la alocada vida, también comenzamos a apreciar momentos más solitarios.
Recuerdo que te sentabas con tu libro bajo el árbol de aquel parque que se volvió nuestro lugar y leías mientras yo plasmaba en mis lienzos aquellos paisajes que un día me dijiste deberían estar en una galería y que hoy en día están en el desván guardando polvos aún con el doloroso recuerdo de nuestros encuentros.
Conocí a tu familia y tú a la mía, y el tiempo corrió, con altos y bajos pero juntos, hicimos promesas, planes y detallamos tanto la vida que se supone tendríamos, nos imaginamos aquella casa con el jardín hermoso donde pintaría mis cuadros y tú leerías esos libros que tanto te emocionan, aprendí a cocinar tu comida favorita y más, aprendiste a amar la música que yo escuchaba, para nuestro primer aniversario nos hicimos un tatuaje, algo discreto en el pecho del lado izquierdo.
Sobre mi pecho una granada porque así era tú personalidad, explosiva, destructiva, llamativa pero hermosa y decidiste que sobre tu pecho estaría un bello sol solías decir que así era yo, cálido, maravilloso y deslumbrante, nunca te creí y creo que durante mucho tiempo me volví la luna, pálida, fría y callada.
El tiempo siguió avanzando, esa fiesta, nuestra celebración que estábamos a un paso de la universidad está grabada en mi cabeza, fue la primer noche que compartimos más que besos y caricias ligeras, te ame tanto como tú a mí y me di cuenta que encajamos cómo dos piezas perfectas, yo estaba hecho para ti y tú para mí.
Quizá, comernos el mundo fue nuestro error, hicimos tanto en tan poco tiempo que la vida no quiso que siguiéramos así, y confieso que no me arrepiento pues ame tan intenso como jamás creí hacerlo.
Y todo un día solo se apagó, te fuiste a la universidad en otro país no, te reprocho nada, era consciente del potencial que tenías y yo no sería impedimento para que cumplieras tu sueño, poco a poco mi teléfono dejó de recibir tus mensajes y mis llamadas eran menos, cada uno tenía una vida que vivir y todo lo que nos hizo brillar en el pasado se apagó, no volví a saber de ti, admito que dolió.
El dolor era proporcional al amor, así que habrás de imaginar lo mucho que fue, y como todos en la vida, seguí mi rumbo, con tropiezos, caídas y penas hasta lograr levantarme, conocí nuevas personas y mantuve en mi vida algunas viejas amistades, libere tu recuerdo de mi alma y levanté aquello que me ataba a ti guardándolo en un cajón en un rincón especial de mi alma con un cartelito que recita "𝑒𝑙 𝑝𝑟𝑖𝑚𝑒𝑟 𝑎𝑚𝑜𝑟 𝑑𝑒 𝑚𝑖 𝑣𝑖𝑑𝑎."
Un tiempo atrás seguía abriendo ese cajon en nuestra fecha especial y admito que muchas veces pensé en cubrir el tatuaje que tenía, agradezco no haberlo hecho, hoy lo miro con cariño y como una etapa en mi vida, por cierto una de las más hermosas, pero como dije el tiempo avanza y las heridas sanan, dejan cicatrices es cierto, pero tú eres una de esas cicatrices que sabes que te impulsaron a ser mejor.
Ya no había pensado en ti, encontré a alguien sabes? Una persona en esencia tan diferente a ti, no, no los comparo, no podría, él, bueno es tan maravilloso.
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—Mi amor?—Eijiro se acercó con una bella sonrisa en su rostro, siendo recibido con una sonrisa de parte de Izuku— recuerdas que te conté de un amigo que hice cuando estuve de intercambio en Alemania?
—Si, lo mencionaste bastante, que pasa con él?— alzó sus ojos de un folio al escuchar a su novio entrar a su consultorio, las vueltas de la vida no? de querer ser un artista a un médico, no es que se queje, gracias a ello conoció al hombre que se volvió su todo.
—Está en Japón de visita, me invitó a cenar en casa de él y su novio, Blasty te va a agradar—Sonrio sentandose frente al escritorio de Izuku y tomando un pequeño peluche de osito que Izuku usaba para sus pequeños pacientes.
—¿En serio? Me parece una idea maravillosa cielo, que tal si llevo ese cheesecake que tanto te gusta?— hablo con verdadera alegría por qué si, Izuku es ese tipo de chico que ama lo que haga feliz a su pareja, y sabe lo sociable que es su novio y lo importante que es para él que conozca a sus amigos—¿Cuándo será?
—Este sábado amor—Eijiro se levantó, rodeo el escritorio y besó a su hermoso novio, nunca supo que hizo bien para que la vida lo pusiera en su camino pero lo amaba más que a nada.
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amor lgbt, amor dolor dulsura, adiós miedo y hola a lo nuevo
Editado: 07.02.2024