In The Abyss

2.-Puente de los deseos

23 de setiembre
 

Cruzando, caminaba cada día por aquel puente, en el interior de mi cabeza sabía perfectamente que nunca llegaría otra vez por aquí  pero, ¿Quién era yo para contradecir a mis sentimientos?.
 

Me permití esperar, el dialecto diario eran de siete minutos, cualquiera lo sentiría como una eternidad, yo solo sentía que esperaba por un corto lapso.
 

Lo gracioso de la situación es que no había chiste, últimamente llovia, no habia necesidad de llorar, el agua de la lluvia era lo mismo, era técnicamente lágrimas prestadas.
 

Llevaba sobre mi piel una cantidad de cicatrices ciegas al ojo pero que ardían como fuego, o era yo con mi déficit de vitaminas o era mi torpeza en la que me involucraba, la cuestión era que ambas me dolían por igual, que se allá ido y que me golpeara ciegamente con los muebles.
 

Soy una persona descoordinada, básicamente chocaba con algo por sumergirme en la sopa de pensamientos que me comía mentalmente, no era difícil, solo miras sin estar ahí, hablas cualquier boludes que se te ocurra y corrés como inmortal y te golpeas con cualquier cosa, si es posible, contigo mismo.
 

Lo malo de todo, es que las cicatrices se hacían infinitas, eran un ciclo, cerraban, pero por alguna razón estúpida, sangraban nuevamente afirmando que relativamente se abrieron otra vez, un círculo sin fin de miseria.
 

En parte, adhiero que cada golpaso me reinicia el windowns, me revive del estado vegetal en el que ando.
 

Verlo, es como sentir que subo por la colina mas empinada, subir era fácil, pero bajar da vértigo, y más aún cuando te empujan (obligandote) a rodar cuesta abajo.
 

Es por ello que evito mirarlo, porque probablemente mis ojos me cegarían con la nube de agua que se acumulan, no es fácil, pero es mi obligación "creerme ser fuerte".
 

Confieso que antes no le sonreía, tenía una sonrisa nada agradable, es más, logre pensar que era una sonrisa perturbable, y ahora que tengo la posición para sonreirle dignamente, ya no estaba él.
 

Quería brindarle una sonrisa segura y honesta, espere para lograrlo, y ahora que no es posible, le sonrió al espejo, ser miserable no significa que me ame tal cual soy.
 

Hoy, crucé el puente de los deseos, no un usual "lago de los deseos", sino un puente, uno que une dos mundos paralelos.
 

Hoy lo pensé, y no estoy triste, estoy decepcionada, que es mil veces peor.
 

¿Alguna vez has sentido que huyes en círculos?
Pues no huyas, porque lo único que haces, es hacer el ridículo




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