27 de setiembre
—He estado durmiendo más temprano, he comido lo justo y necesario, he evitado con éxito los dulces dañinos y consumido en su lugar frutos secos con ensaladas de aguacate—Aseguré sonriendo
—¿Actividad física?—Inquirió anotando en su portátil
—He estado practicando ballet cada noche, líricos y hip Hop en las mañanas, también he estado cantando antes del colegio, y corriendo en las salidas...—Silencie mi voz
—¿Por qué corres?—El doctor de quito sus anteojos y me miro directamente.
—Es fácil, básicamente mientras corro no pienso en nada, es como si la mochila que cargo no pesara, como si él solo hecho de llegar a la meta me diera toda la fuerza que me falta, no busco a nadie, pero mientras más corro, más libre me siento—Sonrei sinceramente.
Estaba en él borde de una muerte que nunca desee, pero pude elevarme, levantarme, y correr con mayor fuerza. En parte huyendo de él, pero en busca de mi misma, para poder al fin ser feliz conmigo misma.
Antes habia tenido a los ojos cegados, los párpados cubrían la mitad de mis ojos dándome un aspecto gris, pero ya no, los abrí, y el mundo era más hermoso que nunca.
Sinceramente, ahora lloraba sin esa punzada que me aniquilaba cada día, es fácil, me desahogaba, el verlo aún me provocaba vértigo, esos nervios en mi cuerpo, sus ojos ahora eran mi única debilidad, lo único que podría derrumbar toda muralla que había construido, por ello, no lo miraba a los ojos, los evitaba, pero aún así, yo se que lo lograre.
Me sentía fuerte...
Hasta que...
#12321 en Novela romántica
#7033 en Otros
#1045 en Humor
desamores tristezas reflexiones, humor romance intriga, abismo
Editado: 20.10.2023