In The Abyss

24.-Piedad

19 de octubre
 

Normalmente no le pongo títulos a los días que se relacionen entre sí, pero hoy si que se completaban.
 

¿Qué hice?
Saludar a todo colegio (hasta a la banca), pero no a los alumnos (bestias no se saludan), en la especialidad, técnicamente le tomábamos el pelo a la profesora y jugamos en la red (juegos online), luego fui a comprar chicles, mastique como marmota.
 

Luego, vi al cucarachon (ya sabes quien), jugando basquet, disimule (nada bien) y me largue a tomar mi examen de Educación Física (Obviamente no me fue bien)
Pero ahí no acaba él día.
 

En la salida, a una chica (Del 4to D) recibio una sorpresa, su pareja le mandó una entrega de obsequio (Girasoles y globos) y fue hermoso.
 

Todas (en especial yo y Mely) gritamos como taradas, (más yo), al menos Mely tenía a su novio a su lado

 ¿Y yo? Nada, mi ex a 100 pasos de mi.
 

Brutal, me sentí espectadora de algo emocionante. No importa, yo me compraré las mías en navidad.
(Y si, estoy emocionada por la navidad)
 

En conclusión, estuve más emocionada que la misma protagonista.
(Como siempre)
 

Vi a mi Querido Arian (primo de mi Mely) tan pequeño como sus 5 añitos y jugando fútbol.
—¡Mi Mary!—Corrio hacía mi
—¡Mi amor, Arian!—Lo abracé
 

Mi desangrado corazón se recomponía con él, mi pequeño Arian era mi medicina, la vida no dolia tanto, sentia un pedazo de mi corazón dejar de doler.
 

Sus besitos en mi cara y su brazitos en mi cuerpo, ese niño era ahora mi centro, ese pequeñito me daba la vida que me faltaba.
 

Jugamos fútbol (metí un golaso) deje de ser cachuda finalmente.
 

Luego, a las 7:24 p.m. camine por la avenida, para tomar mi combi rápido, ya era muy tarde para ir a casa (la salida era las 6:30), asi que básicamente era de vida o salida llegar a casa.
(Estaba por salir de mi castigo)
 

Mientras me gritaba internamente el estar pensando el el cucarachon, y justamente, lo vi, ¡¿Que demonios hacia el por ahí?!.
 

Lo mire primero, el no me había visto. Casi me cago de miedo (disculpando el lenguaje), lo mire, era él, no estaba alusinando ni me había metido droga ni nada.
 

Creo que sintió que lo miraba, levanto la mirada y se quedo tan seco como yo.
¡NI SE TE OCURRA IR PARA AHÍ IDIOTA, NI SE TE OCURRA!, me suplicaba esmero.
 

Me aguante tanto como pude, vi una lata vacia de licor en su mano.
Gire para verlo, él también giro...
 

Nos vimos, había roto mi promesa, una personal:
Nunca mires a atrás
 

Luego me oculte en una poste, lo vi irse ¿Podía verme más ridícula? ¿O acaso era un payaso?
 

Solo se que giro una vez más y se perdió en la oscuridad
 

—No sabes cuanto me duele que te hagas esto...—Me susurré —Ni te imaginas lo culpable que me siento...
Tal vez, si no me hubiera conocido, el no se metería en un abismo tan jodido.
 

Pero si sabia algo.
—Te amaré tanto como me es posible, pero yo no soy Ally Lotty (Novia de Juice Wrld)—Murmuraba apoyada del poste—No dejare que me arrastre contigo...No...
 

Me trague cada lágrima, mis ojos ardían, me picaban. Ahora si parecía un trapo de cocina usado vilmente.
 

Camine casi corriendo, la garganta se sentía seca.
¿Por qué se hacía eso?
 

Llegando al óvalo, vi a Jhonatan, el hermano del cucaracho, lo veía raro, como ido, junto a una chica (Del Castilla) que hacia poses realmente raras.
Y lo entendí. (Por los antecedentes, bebieron)
 

Pero que estúpida soy, pero que imbécil me sentí, tan miserable me veía.
 

Él cucaracho seguramente había bebido con la "amiga" de esa chica, y seguro se fue antes y por eso se fue sin su hermano.
 

Genial, las ganas de llorar se incrementaron, me aguante, me mordí la lengua, que estúpida era.
 

No medí mi rabia, mi mano izquierda estaba hecha un puño, un taxi apareció, se detuvo justo antes de atropellarme:
 

—Hey, fijate por donde caminas niña—Me grito el taxista
No me importó, mi combi aparecio, y subi con velocidad.
 

—Un poco más Mary, un poco más —Me rogué
Subí al carro.
 

Vi a Jhonatan con esa chica, mis mil y un creaciones de sobrepensar sin saber la verdad me estaban angustiado.
—Basta...—Cerre los ojos murmurando.
 

Un sonido sordo me sobresalto.
Él carro casi chocaba, esta vez realmente, un carro nos interceptó.
—Casi no la contamos...—Dijo una anciana.
 

Y, en ese momento, cuando casi muero, quise vivir con más ganas.
 

Llegue a casa, asustada, angustiada pero sobre todo desesperada.
 

Subí al cuarto de mamá.
—Dame tu teléfono mamá, por favor—Pedí
—Ahí esta, ¿Para que lo quieres?—Inquirió confundida
—Llamare a mi tía —Casi grite
—¿Para qué? Ella debe estar empacando para su viaje—Se puso a la defensiva
—Le dire que si, por una maldita vez dire que si—Arremetió mi voz
Marqué el número, mamá lo impidio.
—¿Por qué quieres irte? ¿No ves que si te vas no te volvere a ver por mucho tiempo?—Grito
 

¿Amar? Eso era complicado
 

—Tal vez sea lo mejor para mí—Le respondí por lo bajo.
Silencio. Mamá me dejo helada cuando dijo:
—¿Esto tiene que ver con los moretones en tus brazos de ese dia?—Murmuro

Vi su rostro triste, esa era mi madre, a la que siempre le mentía, a la que siempre amaría aún cuando me matara con sus palabras.

Pero jamás le diria la verdad, jamás.
 

Cuando el y yo discutimos, al tratar de alejarme me tomó con fuerza, mi piel era delicada, no era culpa de él, pero mis brazos tenian un leve morado en esas zonas.
Mi madre me baño ese día, no podía moverme, estaba perdida, ese día mi madre me cuido como una niña.
 




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