Narra Leo.
Mientras que en Tifanía se preparaban para la guerra, yo me mantenía en mi misión de reconocimiento junto a Voldor, nos habían encomendado la misión de explorar la "Zona muerta" un lugar ubicado a las cercanías de un volcán activo la cual en el pasado era el hábitat de "Dragonianos", reptiles humanoides que escupían fuego y que eran considerados sagrados, pero para algunos solo una leyenda. Al llegar a la zona no presenciamos más que rocas pero seguíamos buscando.
—Leo, creo que nos mandaron a un lugar inhóspito —concluyó Voldor mientras pateaba una roca y terminaba de agregar—. Deberíamos irnos y notificar que aquí no hay nada.
—Quizá este inhóspito —dije mientras caminaba y continúe diciendo—. Pero nuestra tarea es explorar no conseguir vida, así que vamos.
Al seguir caminando no conseguimos ninguna señal de vida, pero en una de las laterales de la parte más baja del volcán encontramos un agujero que parecía estar tallado a la perfección en forma de puerta.
—Voldor ¿que dices? ¿algo como esto es normal en un lugar "inhóspito"? —bromeé sin poder contener la risa.
—Cállate, y entremos —dijo Voldor mientras se refrescaba con la mano y decía—. Ya me quiero ir, aquí hace calor.
Al entrar pude notar algunas cosas que me hicieron ponerme en estado de alerta, no solo era la entrada tallada a la perfección, habían antorchas y mientras más nos acercábamos a lo lejos se escuchaban ruidos como de pisadas. En cuanto llegamos al final del corredor me vi cegado ante la iluminación del lugar, pero en cuanto mi vista se adaptó al entorno contemplé una estructura natural en forma de habitación, me asombré con lo que mis ojos presenciaban, y en medio de mi asombro Voldor golpeó mi hombro y dijo.
—¿Estás viendo lo mismo que yo? —expresó con cara de asombro y replicó—. ¡Son Dragonianos de verdad!
—Creí que yo era el que estaba loco —respondí alterado y seguí diciendo—. Es que ¡son Dragonianos de verdad!
A causa del ruido y alboroto, hicimos que los Dragonianos que allí se encontraban se voltearan en nuestra dirección y uno que tenía una piel oscura se dirigió a nosotros.
—¿Que hacen extranjeros como ustedes aquí? —preguntó con una sonrisa en la cara y repuso—. ¿Vinieron de visita?
—Nosotros estábamos explorando la zona —expliqué con mucho nervio y asombro.
—Pues yo soy Drac y me encantan las visitas –dijo muy emocionado—. Es que ya nadie viene aquí desde más de dos décadas.
—Yo soy Leo, soldado de clase baja, código D-231024 y fui enviado...
—Oh no hacen falta las formalidades —dijo Drac interrumpiéndome y terminó diciendo—. Solo dime qué haces aquí y te ayudaré.
—Vera usted, mi amigo y yo vinimos a explorar la zona en busca de algo fuera de lo común —explicó Voldor impidiéndome hablar y prosiguió—. Y ya que lo conseguimos nos iremos.
—Oh no, ustedes no irán a ninguna parte —amenazó Drac.
En cuanto Drac terminó de decir esas palabras hizo una seña con la mano izquierda y cuatro Dragonianos muy fornidos nos atacaron y aunque hicimos lo que pudimos para defendernos terminamos por perder en número y fuerza quedando noqueados. Al despertar, me encontré en una celda con Voldor a mi lado y rodeado de Dragonianos vestidos con armaduras que montaban guardia como centinelas.
—Oye tú, la lagartija fea —insulté a uno de los guardias para hacerlo enojar y culminé diciendo—. deberías agradecerle a tu madre que se quedara con un producto defectuoso como tú.
—Parece que tienes ganas de morir calcinado —amenazó el guardia irradiando vapor de su boca.
Tal y como lo había previsto, el guardia Dragoniano se dirigió a mi celda para darme una paliza ya que estaba enojado a causa de mis insultos, entró furioso a la celda donde nos encerraron a Voldor y a mí dispuesto a quemarme con su aliento, en cuanto se encontró adentro me tomó de las esposas y dirigió sus llamas contra mí, al encontrarme en esta situación subí mis rodillas a la altura de mi pecho, propinándole un fuerte golpe en el mentón lo que ocasionó que su ardiente fuego derritiera los barrotes de arriba y mientras que su cara miraba hacia arriba me impulsé con las piernas causando que me soltara, en cuanto estuve en el suelo, el guardia posicionó su cabeza de forma normal y direccionó su atención a mí.
—Esta vez vas a morir —gruñó mientras cortaba el viento de manera vertical con sus garras en dirección a mi.
Con rapidez me resguardé con mis esposas para evitar un corte mortal y funcionó tan bien que además me liberó, pero no logró frenarlo del todo, dejando como resultado un corte que va desde el inicio superior del tórax hasta el ombligo. Tal vez me encontraba herido, pero estaba libre así que aproveché los tres segundos que le toma a los Dragonianos pensar, para envolver mi puño derecho en voluntad con el fin de aumentar rapidez y fuerza, luego realicé un rápido, letal y preciso golpe en su manzana de Adán causando que este se asfixiara y agonizara con impotencia, con mi enemigo inutilizado para el combate me dispuse a usar mi puño mejorado con voluntad para quebrar su cuello acabando así el trabajo, pero estando a una distancia insignificante me detuve tras recibir un puñetazo en la costilla.
—Leo, no hagas algo que puedas lamentar —escuché que decía Voldor con su puño en mi costilla y continuo diciendo—. Y menos si eso incluye matar.
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Editado: 12.09.2024