"Thank God!"
Capítulo 16: Por decir que soy guapo.
Seguidamente el cuarto junto con el baño se iluminan y yo suelto a Kelsey bruscamente por la mordida. Ella se tambalea e inmediatamente la vuelvo a tomar de la cintura.
—Se puede saber ¡¿Por qué demonios me mordiste?! —Grito exaltado.
—No sabía que eras tú. —Dice respirando rápidamente.
—Sí, claro. —Digo sarcásticamente para luego posar mi mirada en ella—.
¿Cómo te sientes? —Poso mi otra mano en su espalda baja.
—Un poco mejor. —Dice pestañeando varias veces por la cercanía.
—¿Por qué no me dijiste que te sentías mal?
—Porque no me sentía mal hasta después de comer y tú para ese entonces saliste con...
—Olivia. —La interrumpo terminando lo que iba a decir.
Ella asiente.
—Perdón por dejarte sola.
—No importa, no es tu deber cuidarme. —Dice mirándome fijamente—. De hecho no es tu deber que me tengas aquí.
—No empieces con eso, Williams. —Digo volteando mi ojos.
—Es la verdad. No debes tenerme aquí como si fuera tu mascota.
—¿Y qué harás allá afuera? ¿Ir dónde tus padres? No tienes a nadie. Ellos no son tu familia, ¿O acaso crees que le importas a tus padres o a su familia? Ninguno de ellos son algo tuyo.
Veo como ella traga fuertemente y como sus ojos acumulan lágrimas que en algún momento soltará. Baja su mirada y me doy cuenta que no tuve tacto al decir esas cosas.
—Suéltame. —Susurra con un hilo de voz.
—No.
Acto seguido la abrazo fuertemente, lo cual causa que la sorprenda, incluso el gesto también me sorprendió.
Al principio luchaba porque la soltara, pero luego dejó de hacerlo y lo que más me extrañó fue que esas lágrimas acumuladas en sus ojos, jamás salieran.
NARRA KELSEY
Sus palabras dolieron y el simple hecho de que me haya abrazado hizo que todo mi cuerpo se tensara y que quisiera alejarme de él. Pero después de tanto pelear, me quedé en sus brazos diciéndome que no me permitiría derramar una lágrima, ya lo había dicho una vez y vuelvo a repetir mis palabras: Jamás derramaré una lágrima por él.
<<Sabes que no podrás resistir tus lágrimas por tanto tiempo.>>
No, pero si las podré detener frente a él.
—Debes comer algo. —Habla haciendo que pegué un respingo.
—Son casi la 1 de la mañana, ¿No crees que es muy tarde? —Hablo aún en sus brazos.
—Lo sé, pero no tienes nada en tu estómago y no quiero que pases por algo igual a lo de ayer.
—Está bien.
Ambos nos dirigimos hacia la cocina y a la hora de bajar las escaleras, Daven me tomó en sus brazos haciendo que yo soltara un grito ahogado.
—¿Qué haces? —Digo agarrándome de su cuello.
—Alzándote, ¿Acaso no es obvio? —Me sonrió.
—No es necesario que lo hagas.
—Pues quiero hacerlo.
Llegamos a la cocina y él se dirige conmigo en brazos para sentarme en la encimera.
—¿Qué quieres comer?
—Algo ligero.
—¿Ligero?
—Sí, tal vez un batido de chocolate con...
—¿Galletas? —Sonríe.
—Eso estaría bien. —Asiento.
—Te preparé eso entonces. —Dice colocando su mano en mi pierna y con la otra abre la puerta de un mueble que está junto a mí.
Yo dirijo mi mirada hacia su mano y cuando él cierra el mueble, aprieta mi pierna causando que yo de nuevamente un respingo en mi lugar. Levanto mi mirada y lo encuentro riéndose de mí.
—¿Qué sucede? —Frunzo mi ceño.
—Sueles asustarte por todo.
—Y tú sueles olvidarlo todo.
<<Tú y tu bocota.>>
—¿Olvidarlo todo?
Asiento de mala gana.
—¿A qué te refieres?
—¿Acaso no recuerdas lo que hace unos minutos me dijiste? —Frunzo mi ceño—. En serio me confundes, primero actúas como si me odiaras, luego haces como si yo te importara y al final terminas arruinando mi día con tus malditas palabras...
—¿Arruinando tu día? —Se ríe sarcásticamente.
—¡Sí! ¿Por qué te empeñas en...
Me callo cuando me toma de la cintura y me estampa contra su cuerpo. Mi rostro está a unos centímetros de tocar su nariz y puedo sentir como nuestro pechos suben y bajan.
—¿Qué ibas a decir? —Dice con su respiración acelerada.
Coloco mi mano en su hombro al sentir que me soltará en cualquier momento.
—No te soltaré si es lo que estás pensando.
Asiento y lo siguiente que hago es dirigir mi mirada hacia su cuello. Puedo ver sus tatuajes asomándose de este. Inconscientemente acaricio su cuello y él instantáneamente toma mi mano. Levanto mi mirada y lo encuentro con su ceño levemente fruncido.