Incapaz de escapar♡

Capítulo 5.

"¿Cómo haré feliz a las personas, si no lo soy?"

Capítulo 5: ¿Acaso no entiende que no quiero que se acerque?

Una semana después...

Está semana fue realmente cansada, lo único bueno en esta semana fue conocer a la hermana de Daven. Ella realmente está loca y por eso me agrada. Además, Lawrence me presentó a algunos de sus amigos y la verdad son muy simpáticos.

Y hablando de Daven, bueno, él al parecer está molesto conmigo. Después de lo sucedido lo único que hace es ignorarme. Recuerdo que cuando llegué a una de las clases que compartíamos juntos, me tuve que sentar al lado de él, ya que no había más lugares y cuando el profesor empezó a hablar, él simplemente se levantó y salió de la clase.

Sé que lo de aquella vez estuvo mal, pero realmente no era para él.

—¿Y qué dices? —Me dijo Lawrence sacándome de mis pensamientos.

—¿Sobre qué?

—¿Sobre lo de ir a una fiesta? ¿Nos acompañas? —Dijo Ethan.

—No suelo ir a fiestas. —Dije.

—Vamos, no seas amargada, Williams. —Habló esta vez Nathan.

Pues sí, Ethan y Nathan son gemelos.

—Kelsey, tienes que ir. Es la primer fiesta del año. —Dijo Lawrence haciendo un puchero— Por favor...

—Está bien. —Suspiré.

Lo que me espera.

(...)

Sabia que era una mala idea.

Llegamos hace 1 hora y Lawrence y los gemelos estaban en proceso de estar casi ebrios. De hecho, siento que esa palabra les queda muy corto, más a Lawrence.

—Eres muy hermosa, Kelsey, ¿Ya te lo había dicho? —Dijo Nathan acercándose a mí.

—Yo creo que estas delirando demasiado. —Dije.

—No estamos delirando. Si supieras los sueños húmedos que tengo contigo... —Se rió Ethan.

—¡Dios, Ethan! —Abrí los ojos de par en par.

—Deberíamos hacer un trío. —Me abrazó Nathan por los hombros.

—Están demen... —Fruncí mi ceño al no ver a Lawrence—... ¿Dónde está Lawrence?

Mierda. 

¿Dónde se habrá metido ahora?

—Ni... idea... —Sonrió Nathan.

Demonios.

—Ustedes quédense aquí. —Les dije.

—¡Sí, capitán!—Dijeron al mismo tiempo.

Idiotas.

Me dirigí a buscar a Lawrence. Esta casa estaba que reventaba con el montón de personas que había y buscar a Lawrence realmente era una tarea difícil.

—Pero mira que tenemos aquí... —Dijo un chico.

—¿Eres nueva aquí? —Dijo otro chico.

—No, tengo que irme. —Dije alejándome de ellos hasta que alguien me tomó por la cintura.

—Quédate con nosotros. —Dijo apretando mi cintura.

—No, en serio tengo que irme. Tengo que buscar a una amiga. —Intenté soltarme.

—No te preocupes, tu amiga apararecerá en algún momento. —Dijo llevándome a la fuerza.

—He dicho que no, así que suéltame. —Dije empujándolo.

—Eso lo veremos. —Dijo tomándome fuertemente de la muñeca.

—Déjame... —Forcejé.

Y de un pronto a otro, siento como el chico me suelta, observa detrás mío y él junto con su grupo de amigos, salieron corriendo.

¿Qué demonios?

—¿Otra vez metiéndote en problemas?

Pegué un brinco del susto y me volví.

—Me asustaste...

—¿Viniste sola?

—No, vine con tu hermana y unos amigos. 

—¿Mi hermana?

Asentí.

Daven me tómo del brazo y me llevó a un lugar donde no hubiera tanto ruido.

—¿Qué demonios hace mi hermana aquí? —Frunció el ceño.

—Bueno, es una fiesta ¿Qué esperabas?

—¿Y dónde está?

Pues, no lo sé.

—Desapareció...

—¿Cómo que desapareció? —Subió su tono de voz.

—Sí, estaba al lado mío y luego desapareció... 

—Y en vez de buscarla... ¿Te metes en problemas? —Alzó aún más su tono de voz mientas se acercaba a mí.

¿Por qué todo mundo cree que tienen el derecho de invadir mi espacio personal?

Di un paso hacia atrás.

—No me metí en problemas. —Lo miré.

Creo que alguien está molesto.

—Sí, claro, tú...

—¡Aquí estás! —Dijeron los gemelos acercándose a mi.

Thank God!

—¿Cómo llegaron hasta...

—Bebe esto. —Me dijo Ethan dándome un vaso rojo.

—De ninguna manera beberé esto. —Se lo devolví.

—¿Ah, no? —Sonrió Nathan.

—No. —Dije segura.

—Ethan.

Y en cuestión de minutos sentí el vaso en mi boca.

—¿Qué es esto? —Tocí—. ¡¿Por qué hicieron eso?! ¡¿Están dementes?!

—Oh, oh, Ethan corre... —Dijo Nathan.

—¡Son unos idiotas! —Les grité— ¿Qué era esa cosa? Quema.

—Era vodka. —Me miró.

Había olvidado que Daven seguía ahí.

—Mmm, bueno, quema pero no sabe tan mal. —Sonreí.

Se rió.

Amo cuando no es un chico amargado, repugnante y frío.

¿Qué demonios acabo de pensar?

Creo que ese trago me está afectando.

Di un paso hacia atrás y pude sentir un pequeño mareo.

—Diablos... —Me toqué la cabeza.

—No te creo... —Se burló—. Tan solo bebiste un trago y ya hizo efecto en ti.

—¿Y qué esperabas? No suelo beber esto.

—¿Quieres que me crea eso?

—¿Qué quieres decir?

—Siendo la hija de unos padres con una situación económica estable, ¿No crees que te han invitado a muchas fiestas en las cuales seguramente has bebido?

—Pues no... —Dije obvia—... y además, mis padres pasan viajando y mudándose todo el tiempo.

—¿Eso quiere decir que ahorita te largarás de mi vida? —Dijo sonriendo.

—Lamento decirte que no.

—¿Tus padres se quedarán? —Se acerco aún más a mí.

—¿Podrías dejar de hacer eso? —Retrocedí buscando algo con que apoyarme—... y no, a lo que me refiero es que al cumplir 18 años, me iré de esa casa, no quiero estar ni un minuto más ahí.

Frunció el ceño, pero luego me miró maliciosamente.

—Sea lo que sea que tengas en mente, no lo hagas. —Fruncí el ceño—. Además, ¿Tú no estabas molesto conmigo?

Al ver que Daven me estaba mirando de una manera extraña y seguía acercándose a mí, retrocedí.

¿Acaso no entiende que no quiero que se acerque?

Daven miró detrás de mí, lo cual me hizo asustarme.

—Kelsey, cuida...

Y de un pronto a otro, me encontraba en el suelo con Daven sobre mí.



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En el texto hay: secuestro, amor, odio

Editado: 06.08.2019

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