"Si el plan no funciona, pero realmente piensas que lo que lograrás valdrá la pena y será bueno, pues entonces cambia el plan, pero jamás cambies tú meta."
Capítulo 9: Aprovechar para escapar...
Han pasado 2 días y realmente necesito salir de aquí o me volveré loca. Siento como que si me ahogara al estar en esta habitación.
En este momento me encuentro en el patio trasero de la casa pensando en como saldré de aquí.
—Nadie se puede enterar de esto...
—¿Quién se va a enterar? Después de todo el idiota de Daven nunca se da cuenta de nada.
—Tienes razón. Además, está tan concentrado en su nuevo capricho.
— Exacto. Dejaremos entrar a los ladrones y sacaran todo el dinero que ese hijo de papi y mami tiene.
¿Qué?
Me dirijo a la parte de donde provienen esas voces y me doy cuenta que son dos guardias de seguridad.
— Pobre niñata.
¿Perdón?
—Sí, pero no te voy a negar que es bonita. Tiene un buen cuerpo.
—Estás loco. —Dijo uno de los guardias riéndose.
—Si yo fuera ese imbécil, no la descuidaría en ningún momento.
—Te aseguro que lo hará. Después de todo ni tan siquiera le importa.
—Si la descuida, yo la tomaré.
Necesito salir de aquí ahora.
Empiezo a correr hacia la puerta principal y justo cuando llego me detengo al ver a Daven de pie frente a la puerta. Él se da la vuelta y me observa con ninguna expresión en su rostro. Es difícil saber lo que piensa.
— ¿Qué haces?
¿Qué hago? Intentar escapar. No quiero ser carnada por tu culpa.
— ¿Te quedaste sin voz o que? —Dijo acercándose a mí.
<<No le digas nada.>>
— Eh...
<<Aprovecha esa oportunidad para escapar.>>
Tienes razón. Tal vez ellos dejen la puerta abierta o algo por el estilo y yo aprovecho para irme de aquí.
— ¿Kelsey?
— Oh, nada. No estoy haciendo nada.
— ¿Segura? Porque parece que algo estás tramando. —Dijo con su típico tono de voz frío.
— ¿Qué dices? Para nada. Además, ¿Qué podría planear si me tienes aquí encerrada?
— Que estés encerrada no quiere decir que no planees nada. —Frunció el ceño.
— Bueno, pues en serio no planeo nada.
— Eso espero. Después de todo si haces algo, te arrepentirás. Lo sabes, ¿No?
— Eres un idiota. Lo sabes, ¿No?
Cuando dije esto, él se acerco a mí y me observó de pies a cabeza.
— Ten cuidado con lo que dices, Williams. —Dijo acercándose demasiado a mi cara.
— ¿Me estás amenazando?
— No hace falta que haga eso. Ya sabes lo que pasará si te escapas.
— No te tengo miedo.
— No me interesa lo que pienses.
Veo como se dirige hacia las escaleras.
— ¿Con que así quieres jugar? —Le grito.
Veo como se detiene tenso y me mira de reojo.
— No puedo jugar con alguien que ya es un juego para mí. —Dice lo suficientemente alto para que lo escuche.
Auch.
Maldito.
<<Respóndele.>>
Con mucho gusto.
— Tienes razón. —Le sonrío —. No puedo jugar con alguien que sabe que fracasará siempre.
(...)
Observo el pequeño reloj que está sobre una mesa al lado de mi cama y veo que son las dos de la mañana.
¿Tal vez se preguntan que planeo hacer? Bueno, mi plan es un tanto peligroso, pero creo que valdrá la pena.
Lo que haré es hablar con los guardias de esta mañana y les diré que seré yo la que dejaré entrar a los ladrones. ¿Por qué? Pues por venganza y porque quiero aprovechar ese momento para escapar.
Fácil, ¿No?
Ni yo me lo creo.
Empiezo a caminar lentamente y abro la puerta. Me dirijo hacia las escaleras y cuando llego al último escalón, me dirijo a la puerta principal. Abro la puerta y veo a los guardias de esta mañana.