"No deberíamos de ir juntos."
Desperté un poco tarde, ya que era sábado y baje a desayunar, vi que había una nota pegada al refrigerador, así que me acerque a ver que decía.
"Cena formal en la noche, arréglense, iremos todos, pueden invitar a sus parejas."
La nota era de mi mamá, lo note por la letra y por la forma tan demandante en que la escribió, supongo que no podría negociar faltar a esa cena, y no me vendría mal que Santiago este presente. Después de la mini pelea que tuvimos estuvimos un poco distantes, incluso falto a clases por lo cual casi no hemos hablado.
En el momento que yo pregunte el motivo del porque había faltado, solo me dijo que se encontraba ocupado y colgó la llamada.
Desayune cereal y cuando termine subí a mi cuarto, empecé a buscar en mi closet que ponerme, nunca he sido de arreglarme mucho, me arreglo hasta que me gusta a mí misma como me veo, pero sé que en estas cenas tengo que ir muy bien arreglada o mi mamá se enoja y eso no me conviene.
En lo que buscaba que ponerme decidí que sería buena idea preguntarle a Santiago, así que le mande un mensaje:
"¡Hey! ¿Estás muy ocupado hoy? Mi mamá quiere que vayamos a una cena y quiero que me acompañes, claro si puedes, si no puedes está todo bien, avísame cuando lo leas."
Seguí buscando en mi armario hasta que encontré un vestido negro que me gustaba mucho, es formal y me favorece bastante, sentí que sería buen momento de arreglarme así que me duche.
Salí de bañarme y me quede en bata ya que no me pondría el vestido desde ahorita, primero me arreglare el pelo y me maquillare; en el momento que iba a empezar a sacar mi maquillaje, mi teléfono empezó a vibrar, Santiago me estaba marcando.
— ¿Hola? —pregunte un poco bajo.
— Buenas tardes, al fin te acuerdas de que tienes novio —lo dijo en un tono divertido, okey, estaba de buen humor.
— Sabes que olvido mi celular en todos lados —suspire—, ¿viste mi mensaje?
— ¿Cuál de todos? Desde que te colgué el teléfono ayer me has bombardeado con mensajes.
— El de la cena, hoy hace un rato te lo mande, ¿lo has visto?
— Si, Elena, ¿enserio quieres que te acompañe?
— Si, eres mi novio, siento que deberíamos de ir juntos.
— No quiero que lo sientas, quiero que tú quieras que vayamos juntos porque te sientes cómoda conmigo, no solo por la etiqueta.
— ¿Entonces no iras?
— Claro que iré, mi familia también está invitada a esta cena, pero creo que no deberíamos de ir juntos.
Enserio que no lo entiendo, creí que a él le importaba todo eso de las etiquetas, que nos vieran juntos y todas esas estupideces, pero me equivoque.
En su tono logre notar que no era el Santiago divertido y cariñoso de siempre, lo escuchaba algo apagado, incluso molesto.
— Enserio que no te entiendo Santiago —solté un poco enojada.
— Sé que soy un dolor de cabeza impresionante —soltó una risa triste— pero Elena, quiero que quieras estar conmigo. Sé que hoy no quieres eso, así que lo mejor será que nos veamos ya en la cena, no tenemos que llegar juntos, si en la noche quieres hablar de todo lo que está pasando, bien, te lo contare pero si no es así lo tomare como que aún no es el momento.
— Pero...
No pude decir más ya que mi celular se apagó, se acabó la pila, okey, no me enojare, tiene razón, no tengo ni ganas de verlo, menos tengo ganas de ir con él, tal vez si lo decía por la estúpida etiqueta.
Estaba enojada con él porque de la nada se desaparece, él simplemente no puede hacerme eso, somos novios, y sí, me debe una explicación pero yo no se la pediré.
Saque el maquillaje y la plancha para arreglarme e ir decente a la cena, pero me dio hambre, sí, todo el día como.
Fui a la que era como una terraza en la planta baja, tal vez encontraba a alguno de mis hermanos y ya tenían la comida, ya que avisaron en el grupo de la familia que comprarían tacos para no retrasar nada para la cena. Encontré a Dylan sentado jugando con su celular.
— ¿Ya trajeron la comida?
— Ya, está en la cocina, Verónica está comiendo —dijo sin despegar la mirada de su celular.
— ¿Qué te tiene tan concentrado?
— Arreglo unas cosas, para pasar por Karina —me miro directo a los ojos—, ¿Santiago vendrá por ti o lo llevaremos?
— Ninguna, no iremos juntos.
— Oh, ¿problemas?
— Eso creo.
— Bueno, entonces ese lugar queda libre, se quién puede venir en su lugar.
Se paró de su asiento y se metió a la casa, supongo que fue a arreglarse, o yo que sé.
Fui a la cocina donde estaba Verónica, así nos hacíamos compañía y comía. Me senté a su lado mientras me servía 2 tacos en un plato desechable, note que Verónica no dejaba de mirarme.
— ¿Qué? Aun no me arreglo —aclare.
— Me consta, no te dejaría salir así pero ni a tirar la basura.