Un error en las decisiones y todos te condenaran, te incluirán en un estereotipo y serás la chica que necesita tener control, ¿Por qué es tan fácil crear una mala imagen en cuestión de segundos? ¿Por qué la gente simplemente no se fija en lo bueno que eres?... Aquí estaba yo, pasando por una depresión y nadie podía verlo, nadie pensaba en mí como la chica que lo dio todo, la chica buena que solo buscaba un final feliz, la chica que no le hizo daño a nadie. En cambio a eso, yo era la loca enfermiza, que necesitaba ser orientada, la vergüenza en persona, la débil de emociones, es por eso que yo estaba mal para todos pero porque se me daba la gana según ellos, nadie veía lo que realmente había detrás.
No soy una suicida, no quería matarme ese día, pero es lo que soy para todos, y siento que aunque me canse de decirlo, aunque vaya con un cartel pegado en la frente que diga "Soy una chica normal" nadie va a creerme.
-¿Ahora me hablas? –Le respondí. Me miró y en sus ojos pude ver la curiosidad, como si fuera la primera vez que me veía, como si fuera un objeto nuevo que necesitaba ser analizado. Idiota.
- ¿Qué pasa? ¿Solo eres capaz de hablar en el oído de Lita? –Le digo al no obtener respuesta. Estoy molesta con todo y de todos los que son capaces de señalarme cuando es obvio que no me conocen.
-Déjala tranquila... –Habló.
- ¿Qué? Vienes aquí, después de ser un cobarde y ¿me pides que deje tranquila a tu novia de turno? ¿Quién te crees que eres?
Suspira. El muy cretino todavía se atrevió a suspirar como si estuviera cansado de escucharme.
-Eso fue lo que le dije. Déjala tranquila. –Su voz tenía un tono molesto.
Oh
Me sentí desarmada, quería pelea y no sabía cómo empezarla.
-¿Por qué ella estaba riéndose? –Le dije cruzándome de brazos. Quería imponer seguridad.
-Porque es una ridícula. –Dijo y abrí los ojos más de lo normal ante esa respuesta. Sé que es el novio de turno pero no pensé que hablaría así de ella frente a otros.
-¿Qué pasa? ¿Creíste que la defendería? –Me dijo acercándose un par de pasos.
No me moví, porque no sabía que hacer a continuación. Me miro e hice lo mismo, parecía una competencia de quien pestañeaba primero, finalmente perdí, sus ojos eran demasiado penetrantes. Al verlo note que tenía ojos color caramelo y sus pestañas eran rizadas. ¿Se los rizaría? No parece el chico que se ocupe de su aspecto, es más relajado, pantalón jean negro, botines y polera, además parece de esos chicos que ni se peinan, ósea que simplemente su cabello es desordenado pero con estilo.
Carraspeó haciéndome salir del trance de mis pensamientos. Recordé que me hizo una pregunta.
-No lo sé, no entiendo mucho la relación de ustedes ni quiero entenderla. –Respondí.
Medio rió, no fue una risa total. Le hacía gracia mi respuesta, es un tonto.
-¿Por qué estás tan alterada? –Me dijo.
Reí ante esa pregunta, pero no era una risa divertida, mire a todos lados como buscando a alguien para decirle ¿escuchaste eso?
-¿Te parece poco lo que me está pasando?. Estoy de regreso aquí y lo único que escucho en los pasillos y en MI grupo, es que soy una loca que necesita ayuda porque intento...
-Si no querías que la gente pensara eso, si no querías crear una imagen equivocada, no debiste hacerlo.
Al instante sentí una sobre carga de adrenalina, me estaba diciendo lo que todos creían, él también lo creía, entonces ¿porque decirle a Lita que me dejara tranquila? Ah pues porque no quería agregar a alguien más señalándome.
-¡Vete al diablo! ¡Estoy harta de la gente como tú! No me importa lo que pienses. –Le dije hincándole el pecho con el dedo tantas veces hasta que agarro mi muñeca para detenerme.
-No he dicho nada para que te alteres, solo te digo lo que los demás creen y ¿dices que estas harta de ser señalada? Pero olvidas que te drogaste, hiciste algo que estoy seguro no sueles hacer, no fuiste tú, eso es más que claro. ¿Dime si estoy mintiendo?
-¡Tú no me conoces! –Jalé mi brazo para zafarme de su agarre. -No tienes ni idea de quién soy y de lo que hice esa noche.
-¡Si, no te conozco pero tampoco me comportaría como tú! Acéptalo, ¡paso! Fuiste débil, caíste en un agujero del cual estas tratando de salir y todo por un imbécil. –Lo último que dijo me hizo retroceder, como si me hubiera dado un golpe.
-¿Crees que un par de ocasiones escuchando sobre mi relación es suficiente para que me hables así? –Quería golpearlo.
-Te vi. –me dice, lo miro sin pestañar. -Estabas hecha un desastre esa noche. Te dije que regresaras al club o recogieras tu dignidad y fueras a casa. Elegiste lo primero pero no creí que después te drogarías en tu casa al punto de morir. –Lo último lo dice con la voz apagada, mirando el piso. Se le ve más humano y nunca había notado eso de él.
Recordé el episodio del bar como un flash.
-¿Sabías que puedo ver tu ropa interior? –me dijo.
-Si tratas de ocultarte deberías buscar una mejor manera.
-Cuando quiera una opinión la pediré. –le dije.
-Deberías cambiar de actitud y volver al club o recoger tu dignidad e ir a casa. – Era Holder.
Pero ¿Por qué no me hablo después? Era como si esa conversación fuera del club no hubiera existido.
-¿Por qué actuaste como si nada luego? –Le pregunto, en realidad no lo entiendo y quiero entenderlo aunque no sé por qué.
-No creí que quisieras que supiera que había sido yo, además no teníamos una comunicación.
-No la tenemos y sin embargo estas aquí. Hablando. –Le respondo.
-Eso fue porque me llamaste estúpido. Y... novio de turno, eso dolió un poco, ¿Sabes? –Tenía algo de gracia y lo supe cuando elevo una parte de la comisura de su labio.
No pude evitar ocultar una sonrisa, y no sé porque me causaba gracia.
-¿Me vas a negar que no es verdad? –Me sentí algo osada para decirle lo que se pensaba por fuera, algo hipócrita de mi parte, ya que estoy aquí afectada por lo que piensan los demás de mí y sin embargo hablo de su relación con Lita como si los conociera.
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Editado: 17.08.2021