Narra Benjamín.
Desperté en su cama, por quinto día consecutivo, sobre el mediodía. Nos habíamos dormido a las ocho de la mañana después de una noche llena de amor. Estaba más feliz que nunca y me sentía en paz. Me quedé mirándola y acaricié su pelo. Estaba boca abajo, con la boca media abierta. Me reía porque hacía un ruido, como si soplara. Besé su frente, sus mejillas, su nariz y después le di un ligero beso en los labios.
—Buenos días —. Me dijo cuando abrió los ojitos y se estiró —. Que lindo despertar con vos —. Se acomodó sobre mí pecho.
—No te hacés una idea de las ganas que tenía de que estemos así... —La abracé.
—Tengo un poco de miedo.
—Yo también pero creo que podemos hacer las cosas bien. No apurarnos, conocernos de esta forma, ir despacio y pasar tiempo juntos. No voy a volver a trabajar hasta dentro de un mes así que pienso quedarme acá con vos.
—Pero no te vas a volver a España ¿no? —puso carita triste.
—No, no. —le di un beso en la nariz —. Ya te dije que vine para quedarme. Tengo que hablar con papá para ver si puedo reabrir el taller que teníamos antes acá, tiene una pista más chica pero algunos pilotos son de esta zona y así puedo quedarme sin problema. Después es cuestión de buscar algunos empleados nuevos o ver si quiere mudarse alguno del equipo.
—Sería genial. Yo puedo ir a trabajar a tu oficina del taller y así en cada descanso me venís a dar un beso.
—No podría trabajar sabiendo que te tengo en mi oficina ¡Querría ir a hacerte el amor en la mesa a cada momento!
—En algún momento nos cansaremos de hacer el amor a todas horas.
—¡Espero que no! —le di un beso en el cuello —¿Tuviste noticias de tu jefa?
—Volvió a rechazar mi novela —se levantó de la cama y se envolvió en la bata —Igual ya me abrí una cuenta en una web para subir Inefable, se llama Wattpad. Leí varias novelas ahí y hay muchas maravillosas, algunas las editamos para la editorial. Ahora solo queda empezar a subirla y hacerme algo de promoción ¡Me hace mucha ilusión!
—¿Te dirá algo tu jefa?
—Me abrí la cuenta con otro nombre y además ella nunca lee nada de ahí de forma directa. No le gusta la plataforma porque escribe cualquier persona sin ningún tipo de filtro, hay de todo. A mi me fascina. Yo creo que cualquiera que tenga algo que contar y lo haga, ya es escritor. Después habrá mejores o peores, algunos te gustarán más o menos, pero escribir está al alcance de cualquiera que quiera hacerlo.
—¿Vas a subir el capítulo? ¡Yo quiero leer todo!
—Me da vergüenza —se rió —Voy a buscar el portátil, ya subí la sinopsis.
Salió de la habitación y la escuché bajar las escaleras hacia la oficina. Enseguida volvió a subir y se tiró en la cama con el portátil entre las piernas.
—Será una trilogía, el primero está acabado y se llama Inefable, amor imposible. Creo que subiré de lunes a viernes, tengo tiempo.
—¿Nicole OS?
—Tenía que buscarme otro nombre. Nicole es por mi actriz favorita, obviamente, Nicole Kidman y lo de OS es por Obras Secretas, porque más allá de que vaya a publicar me siento como Hannah Montana con una doble identidad —soltó una carcajada —No quiero ver mi cara en todos lados, no me gusta que me conozcan.
—Tenés una carita preciosa —sonreí y le di un beso en la mejilla.
—Pero soy escritora, lindo, no modelo ¡Mi cara preciosa no importa a los lectores! —me miró y me sacó la lengua. —Bueno, listo. Capítulos uno y dos, publicados. —sonrió —¿Querés leerlo mientras hago el desayuno? Así no veo tu cara, me da vergüenza.
Me dejó el portátil y bajó rápidamente a la cocina.
Cuando acabé de leer, fui al baño a lavarme la cara y bajé.
—¿Te gustó? —me preguntó con una sonrisa mientras me servía una taza de té.
—Voy a hacerme fan de todas las novelas románticas que escribas —le di un beso —Me habría encantado que fuera así, al menos el principio. Que esa noche en el boliche solo hubiéramos estado vos y yo. Estoy seguro que la historia habría sido distinta.
—Fue como tenía que ser. No creo que en ese momento estuvieras preparado para tener algo serio.
—Con vos si, desde el primer momento.
—Estuve pensando mucho en lo que yo sentía por vos... Y la verdad es que creo que algo sentía. Un poco me gustabas y me gustaste cuando me tiraste las copas encima —sonrió —Supongo que era cuestión de tiempo que me enamore de vos.
Estaba por hacerle el amor encima de la mesada pero mi teléfono empezó a sonar, interrumpiendo el momento. Era Lucas. Me fui a la sala para hablar con él ya que estos cinco días que llevaba acá no habíamos tenido contacto. Se alegró por mi y me dijo que en una semana volvían a Argentina y que Hugo venía con ellos a pasar unos días, así que estaba deseando tener a mis amigos juntos otra vez. Colgué y me sentí feliz. Todo iba bien.
—¿Estás listo para que hoy tengamos nuestra segunda cita? —me preguntó cuando volví a la cocina.
—¿Alguna idea?
—¿Qué te gustaría hacer que todavía no has hecho? —Preguntó y me pasó una manzana.
—Saltar en paracaídas —Contesté mientras me sentaba, por fin, a desayunar.
—¡Sorpresa! —Exclamó y me tendió una tarjeta, era para hoy —. Ya sabía que era algo que querías hacer, me lo habías dicho, así que cuando me dijiste que ibamos a tener una cita, quise planear yo la segunda —. Sonrío. —Estos días tirados en cama o dando paseos por la playa, están siendo geniales, pero sé que te faltaba algo de adrenalina.
—¿Te vas a tirar vos también? —Pregunté sorprendido y la besé.
—Puede que si —. Contestó y se encogió de hombros —. A lo mejor me animo.
Nos duchamos juntos, fuimos a hacer la compra, comimos algo rápido y nos subimos a mi coche para ir hacia allí. Nos dieron una clase sobre medidas de seguridad y sobre cómo teníamos que colocarnos, aunque iríamos enganchados con un monitor por ser la primera vez. Alai estaba nerviosa pero al final se animó.
Fue una de las mejores experiencias de mi vida. La adrenalina que sentís cuando estas en las alturas y estás mirando hacia abajo a punto de saltar, no sé compara con nada. Una vez te sentís caer es como si tuvieras alas y pudieras volar.