Capítulo 19

Cada vez que lo hago con Kaden es una experiencia distinta y, llegado este punto considero que luego de tantas veces, mis sentidos se despiertan cada vez más cuando estoy con él. Soy consciente de que me he vuelto completamente adicta a él en todos los sentidos posibles. En este último tiempo, si no estoy con él me encuentro pensando en él, porque de alguna forma intento buscar respuestas desesperadas sobre sus sentimientos hacia mí, pero nunca obtengo nada y estoy demasiado asustada como para preguntárselo de forma directa...pero todos esos miedos desaparecen justo en momentos como este.

Lo único que se escucha y hace eco en su habitación son los gemidos que salen desesperados de mi boca y los gruñidos de Kaden en mi oído. Su boca busca cada centímetro de mi piel descubierta para besarla con dedicación lo que provoca que mi excitación crezca en progreso. Estoy aferrada a su espalda resultándome imposible no clavar mis uñas en su piel cada vez que toca las partes dentro de mí que me vuelven loca con sus dedos. Siendo sincera, lo único que ocupa mis pensamientos en este momento es el deseo de que deje de torturarme de esta manera tan placentera.

- Me encanta que estés tan mojada para mí nena- dijo rozando mis labios luego de colocarse el condón sin que yo sintiera su ausencia, es perfectamente rápido para eso. 

Gemí otra vez cuando, luego de pronunciar esas palabras, me sujetó de las piernas llevándome hacia él y enrollándolas a su cintura mientras me besa con ferocidad.

- Por favor Kaden- pedí desesperada

¿Ven lo que digo? Solo puedo pensar en tenerlo dentro de mí de una maldita vez por todas. Rozó nuestras partes con sus manos aferradas a mis muslos, sonriéndome como siempre lo hacía.

- Dime que quieres estorbo- dijo antes de comenzar a besar mi cuello de tal forma que las marcas rojas en mi piel no tardarían en aparecer. 

Eché mi cabeza para atrás dejándole más espacio al tiempo que dejaba a su espalda en paz para aferrarme a su cabello.

- Te quiero dentro de mí, ahora- confesé entre gemidos

Sentí su boca subiendo desde mi cuello en un camino de besos hasta llegar a mis labios para besarlos salvajemente. Segundos después lo sentí adentrarse en mí con brusquedad, resbalando dentro de mi humedad y no pude evitar gemir en el acto. Comenzó a moverse dentro de mí consiguiendo todo tipo de sonidos por parte de ambos, primero rápido, después lento, luego más profundo y ese contraste en sus movimientos fue lo consiguió llevarme a la locura con un último gemido sonoro que dejó mi garganta cuando terminé sobre él respirando con dificultad. Los besos nunca se detienen en ese instante, siguen durante unos exquisitos segundos más antes de que él saliera de mí.

Caí rendida en la cama esperando a que los temblores de mi cuerpo cesen cuando Kaden se acostó a mi lado pasando su brazo derecho por encima de mi hombro para poder abrazarme, y solo ese pequeño contacto suyo hace que, de alguna forma que no soy capaz de explicar, me sienta segura. Fijé mis ojos en los suyos con una sonrisa en mi rostro antes de moverme para quedar sobre su pecho.

- Y pensar que tu querías ir a ver a los mellizos, y privarnos de esto, vaya estupidez- suspiró mientras comenzaba a acariciarme.

Este chico consigue que yo sonría de la nada ¿Por qué mierda tiene ese poder? ¿Por qué nadie había podido generar eso en mí antes?

- Nunca dejaras de ser un pervertido, ¿cierto?- le sonreí mientras me incorporaba levemente para apoyar mi cabeza sobre su pecho y así poder mirarlo.

- ¿Contigo?- me sonrío- ¿Eso siquiera es una pregunta?- dijo en respuesta.

Muerdo mi labio antes de bajar mi mirada hacia sus labios rojizos y sonreír, a causa de que tiene la manía de morder los míos cuando me besa, mi boca parece haber crecido luego de escenas como esta. Me acerqué a él cortando la distancia que nos separaba para poder besarlo otra vez, su boca ya era un terreno conocido para mí, su calidez me recibe cada vez que apoyo mis labios en los suyos, pero eso no impide que las cosas que siento en mi interior se intensifiquen con cada beso.

Nuestros movimientos están conectados por completo, lo que permite que llevemos un ritmo perfecto, el cual tiene varias matices, brusco, profundo, lento, desesperado, territorial, salvaje y hasta a veces resultaba dulce, casi tierno, lo que consigue desarmarme por completo. Sus labios conocen cada pequeña parte de mí, haciendo que sus besos queden grabados en mi cuerpo para siempre.

- ¿Cómo está tu mano?- pregunté después de unos minutos. 

Esa es una parte de la vida de Kaden que consigue preocuparme cada día un poco más. La sola mención de eso provoca que él se tense de cuerpo entero, no le gusta hablar de eso, lo que no implica que el tema no siga estando ahí, no puede solo pretender olvidarlo y seguir como si nada.

- Nada pasa con mi mano Caddie, estoy bien- aseguró, pero yo no le creí ni por un segundo. Me incorporo sentándome en la cama al tiempo que suspiro significativamente.

- ¿En serio crees que estás bien Kaden?- pregunté apartando mi cabello de mi campo visual.

- ¿Por qué te preocupa tanto? No es como si no me pasara antes de que aparezcas-

- Porque me importa Kaden, ¿acaso tienes planeado seguir con eso durante el resto de tu vida? ¿No te das cuenta de que eso te lastima?-

Ya hemos levantado el tono de voz más de lo debido, y yo comienzo a ver mi vista borrosa por culpa de la lagrimas que están contenidas en mis ojos, no voy a dejar caer ni una sola de ellas, pero me enfurece el hecho de que realmente no le importe estar haciéndose daño de esa manera.

- ¿Y a ti que te importa lo que yo tenga planeado para el resto de mi vida?- 

Porque siendo sinceros no tenía pensado despegarme de ti... pero al parecer, él no tiene pensado pegarse ¿Por qué de pronto me siento una pobre ingenua? Eso de verdad se sintió como una patada en el medio del estómago, fijé mi mirada en sus preciosos ojos verdes que buscaban algo en mí que yo desconozco, y solo lo observé durante unos segundos antes de volver a hablar, quiero que pueda ser capaz de ver que eso último que dijo me ha lastimado, ya que eso es una manera de que se entere de una vez por todas, que me importa.