Inefable

Capítulo 31

- ¿Segura de que es lo correcto?- pregunta Desty.

- Sí- suspiro rendida- Si somos sinceros, es una gran oportunidad, necesito el dinero y con este trabajo podré asegurarme de encargarme de Jasy por completo. Estaré durante unos meses, para poder ahorrar una cantidad importante de dinero y luego volveré, para buscar un trabajo aquí, pero en este momento, ese trabajo es lo mejor que tengo-le aseguro a mi amiga al tiempo que ella me mira como si intentara buscar fallas en mi plan.

- Te extrañaré mucho- murmura luego de unos segundos.

- También te voy a extrañar Desty, pero siempre estaremos juntas ¿recuerdas?- digo mientras me acerco a ella.

- Por supuesto que sí- dice antes de envolverme en un abrazo. Vuelvo a sonreírle y nos despedimos.

Luego de unas semanas de preparación todo está listo para la mudanza, de hecho ya se han llevado casi la totalidad de mis cosas, ya le he explicado a Jasy todo, siempre fui muy sincera con él, no puedo ocultarle nada y él siempre lo ha comprendido. Ahora se encuentra abrazado a mí la noche previa a mi vuelo al tiempo que intenta dormirse, por la mañana vendrán a buscarlo nuestros abuelos y de allí directo al aeropuerto.

- Te voy a extrañar mucho Caddie- susurra luego de un rato.

- También te voy a extrañar pequeño, pero recuerda lo que te explique ¿sí? Puedes llamarme siempre que quieras, y vendré a visitarte en cuento pueda, pero necesito el trabajo Jasy- vuelvo a repetirle suavemente.

- Lo sé- vuelve a decir aferrándose más a mí, acaricio su pelo suavemente hasta que horas más tarde logra quedarse dormido.

Corro por los pasillos del aeropuerto en un intento de abordar mi vuelo a tiempo, las lágrimas que derramé durante el viaje hasta aquí aun me asechan, es tan difícil despedirse, odio las malditas despedidas, son algo que no puedo soportar.

Avanzo rápidamente entre la gente y por fin encuentro la puerta de mi vuelo. Luego de entregar mi pasaje del cual se ha encargado la empresa y mi pasaporte camino hacia el avión temblando, iré a Nueva York, me dirijo a Nueva York y estaré viviendo allí durante meses, si todo sale bien. Aun no me lo creo, es obvio que jamás se me ha pasado por la cabeza conocer esa gran ciudad pero ahora estoy sentada en primera clase, lo cual de verdad me sorprendió muchísimo, dirigiéndome hacia la ciudad de mis sueños.

Horas después, me encuentro rodeada de miles de personas aparentemente apresuradas que caminan en todas la direcciones, edificios que me dan vértigo con solo mirarlos y una ciudad de completa belleza y elegancia. Sonrío al tiempo que giro sobre mis pies para poder admirar cada pequeño detalle del ambiente. Hay carteles luminosos cubriendo la ciudad completa y todo me parece fascinante.

Me encuentro en la puerta de la dirección que me ha pasado Melisa hace semanas y tiemblo de cuerpo completo, por fin conoceré a las personas para las que trabajaré. Toco el timbre rápidamente mientras el frío me envuelve por completo.

Después de unos segundos la puerta comienza a abrirse mostrando una figura.
Me lleva dos segundos exactos saber que se trata de él, todo se cae, todo vuelve a mí, todos los llantos, todas las risas, las peleas, los besos, las promesas, los te amo, todo me abruma de manera inmediata…Me tambaleo porque mis piernas comienzan a fallar y mis parpados se sienten demasiado pesados. Sus manos llegan a mi cintura rápidamente, y me toman con fuerza antes de que me desvanezca y me estrole contra el piso.

- ¿Estás bien?- pregunta segundos después aun manteniéndome apretada contra el calor de su cuerpo.

Sus preciosos y añorados ojos verdes vuelven a encontrarme después de todos estos meses y solo puedo permanecer mirándolo sin emitir palabra, él también me observa detenidamente, como si quisiera asegurarse de que soy real, aunque no se lo ve para nada sorprendido como a mí. Es increíble que después de todo este tiempo sigo siendo capaz de leer cada diminuta expresión suya.

- Kaden- consigo decir luego de unos largos minutos, vuelvo a la realidad y me aparto de él. Quiero salir corriendo, parece que el ciclo vuelve a comenzar.

- ¡Caddie! Has llegado, ¿Cómo te encuentras?- su deslumbrante esposa me llama al tiempo que sale de la tremenda casa para abrazarme, no entiendo porque tiene esa costumbre, no es que seamos amigas ni mucho menos.

- Estoy bien- aseguro en el tono más amable que consigo al tiempo que desvío mi mirada hacia él.

Aún no puedo creerlo, ¿esto de verdad está pasando? ¿En serio universo, crees que todo esto es una maldita broma? ¿Por qué tiene que pasarme esto a mí? Todo comienza a darme vueltas otra vez mientras sigo escuchando a Maya hablar y hablar sin parar, y no tengo la menor idea de que es lo que está diciendo.

- De seguro está cansada por el vuelo, y conocer esta ciudad por primera vez puede ser abrumante ¿no, Caddie?- todo es real, las sensaciones que me estremecen el cuerpo al escucharlo decir mi nombre de esa manera hace que todo sea real, adiós a mis deseos de que tan solo sea una pesadilla.

- Sí, claro- pronuncio luego de quedarme en blanco durante unos segundos, Kaden tiene su mirada fija en mí y no la aparta, necesito que la aparte si quiero recuperarme.

- Oh lo lamento, tienes razón amor- le dice ella volviéndose hacia él para besarlo, miro la imagen y toda la bilis vuelve a mi garganta, cierro los ojos y apartó esa vista de mi cabeza porque no puedo resistirlo, y deberé ver esto todos los malditos días, si no necesitara el dinero tan desesperadamente me iría en este segundo sin dudarlo. Escucho a Maya decir algo antes de salir por la puerta y la mirada de Kaden sigue sobre mí.

- Estás aquí- afirma luego de unos segundos de silencio.

- Sí, y correría a esa puerta si no necesitara el dinero con desesperación, créeme, ni si quiera sé si hubiese aceptado el trabajo sabiendo que eras tú- le aseguro rápidamente- Es que de verdad no puedo creerlo- susurro




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