Ella.

Tal vez la vida no era tan fácil para ella, tal vez la culpa recaía en como había nacido, o lo que ella había decidido ser en su enfermedad - Tal como ellos deseaban decirle-. Había tanta gente malvada en el mundo... Había tanta gente que no lograba comprenderla.
¡Ella no estaba enferma!
¡Ella nació así, como realmente es!
Pero casi nadie lograba entenderla, incluso su familia comenzaba a molestarla. ¿Qué culpa tenía ella? No, la culpa no era de la chica, era de la gente. Cuando comenzó a expresarse en el mundo como realmente era, comenzaron sus problemas. Las personas que la amaban, la despreciaban, los amigos con los cuales convivía día a día comenzaron a alejarse y burlarse de ella, de ser chica.
Ya no estaba en armonía en ningún lugar, y su único escondite de salvación eran las bibliotecas, los baños, lugares donde podía encontrarse sola, pues la gente no lograba comprenderla. 
Llegaron días donde se sentía mucho más atrapada, y que lo único que era capaz de acompañarla eran sus lágrimas. Huía a través de libros y música... Pero siempre que volvía a su realidad se ahogaba, llegó a tal punto de huir tanto de su casa como del colegio. Pero comprendió pronto que en cualquier parte sufría las mismas burlas.
Le dio tanto coraje y tanta tristeza...
Le dio tanto dolor...
La vida le era arrebatada por esas miles de personas que le dañaban. Si tan solo no hubiera querido mostraste al mundo por como es, si tan sólo las personas entendieran que no hay motivos para burlarse. Pero la vida siempre había sido injusta para ellos... La vida era tan malvada... La gente se había empeñado para que se sintiera tan miserable. 
Y así lo habían logrado. 
Pues en los periódicos, una mañana de Octubre se leía como encabezado; "Adolescente Matias, se suicida en el correr de la madrugada, debido al sufrimiento de querer revelarse como chica. "