-Mamá dejemos que ella tomé su decisión, si ella quiere que sea su tutor lo seré.
-Yo ya no habló de ser tutor o no. (Dijo la mamá del profesor mientras salía). Cariño, ¿Estás bien? ¿No te lastimaste? (me preguntó).
-Gracias por preocuparse, estoy completamente bien señora.
No estaba para nada bien, un tonto, pero guapo, había tirado mis cosas y se fue después de decir “lo sisiento”, al parecer no sabe ni hablar. Por otro lado, el profesor Xu siendo 24/7 solo para su tesis y para mí, ¿Qué clase de pesadilla/comedia romántica es ésta? ¿Por qué lo pienso como comedia romántica? ¿Acaso me gusta? Quisiera quedarme sentada en el piso hasta que todo se resuelva. No quisiera ser yo quien tome la decisión sobre quien quiero que me enseñé.
-Cariño ¿Pasa algo? Llevas 15 minutos sentada en el suelo.
-Mamá no seas imprudente (dijo el profesor), déjame hablar a solas con ella.
-Perdón me distraje, no medí el tiempo (respondí).
-Te ayudo a levantarte, toma mi mano.
-Gracias, creo que debo irme, justo ahora siento pena por el tiempo en que su madre me vio sentada en el suelo y totalmente perdida.
-Espera, voy a ser lo más claro y breve contigo (dijo en tono serio el prfesor). Cuando supe que eras tú, la niña de esa fiesta, no pude evitar emocionarme y pensar “¿por qué no?”, pero eres mi alumna y lo primero para mi debe ser tu educación. Perdona por hacer todo esto tan incómodo, tú siempre lo dejaste claro al hablarme como tu superior.
-No se disculpe, yo debo irme.
-Aun no termino. Perdóname por parecer un señor acosador, por no ver los límites intangibles entre nosotros. Ahora bien, puedo dejar de lado que eres posiblemente la única mujer que me ha gustado en toda mi vida, pero tu… tú no puedes dejar de lado que soy posiblemente la única persona que pueda hacerte avanzar académicamente al ritmo que tu intelecto lo permite, tienes profesores a los que les tomo siente años terminar lo que a mí me tomó tres y medio, lo que quizá a ti te tome menos. No hay mejor opción para ti que yo. Así que si le ponemos una pausa al coqueteo y trabajamos en hacerte una mejor ingeniera de lo que yo seré te aseguró que no podrás reprochar que faltó algo. Porque yo te prometo que todo lo que se, te lo enseñaré y lo que aún no conozco lo aprenderemos juntos.
-WOW.
-¿Es todo?
-Perdón, estaba pensando que es la mejor propuesta que alguien me ha hecho.
-¿Y qué piensas responder?
-Si usted fuera así de motivador desde el día en que chocó conmigo ya seríamos novios, y mi respuesta obvia sería no. Pero usted puso los límites y se lo agradezco, porque sé que es la persona de la que quiero aprender. No esperaba tomar todas las materias con usted y aislarme del mundo, pero confió que me guiara de la manera correcta. Pero sobre todo, profesor, le agradezco por ser usted quien puso pausa al… podría decirse “romance”, porque hizo que yo pudiera decir si con mayor seguridad.
-Perdona por hacer de esto algo tan incomodó.
-Descuide, presiento que podemos ser grandes amigos.
-¿De verdad? Porque siento tan incómodo todo, como si estuviera en la friendzone.
-Tal vez con el tiempo pueda llamarlo Gideon.
-Escucharte decir mi nombre me da esperanzas.
-Siento que hoy lo conocí mejor que cuando me contó toda su vida.
-Solo una cosa, si le sigues diciendo a mi mamá señora, ella pensará que hay esperanzas con nosotros, llámala profesora.
-Lo intentaré.
-Hasta el lunes señorita Blanco.
-Hasta el lunes.
Me quedé mirando al profesor hasta que se perdió entre los jardines fuera del edificio sin poder creer que acepté que fuera mi único profesor por el resto de mi vida universitaria. Tiene un perfil tan bonito, no lo noté en esa fiesta.
-Parece que alguien se enamoró.
-¿Luisa?
-Bebé parece que me convertí en fantasma, me miras muy raro.
-Me sorprende verte aquí en vacaciones.
-Si bueno, reprobé y papi me castigo hasta aprobar.
-Ok, adiós.
-Memev, no te vayas. Debemos hablar
-¿De cómo me vendiste a Yaolin?
-Ok él está menso pero es sincero, te quiere de verdad.
-Claro que sí.
-No me gusta el sarcasmo.
-Se peleó con mi profesor, ¿quieres que lo defienda?
-¿Te gusta?
-Claro que no, quisiera golpearlo solo de acordarme.
-Habló del profesor, no te vi tan cercana a nadie nunca.
-No me gusta.
-Apuesto a que mientras lo veías partir pensabas que su perfil era atractivo.
-¿Qué?
-Tu cara lo dice todo, dice “te amo hombrecito japonés”.