No ha empezado la mañana y el canto de aquellos pájaros inunda al desierto gris en el que se encuentra la majestuosa mariposa.
"¿Cómo estas? Me da gusto verte" -Escupen los pájaros de plumaje dorado.-
¿Dorado?
Ya es tarde, la realidad lo golpea fuerte, aclarándole que esta en la ciudad, no hay pájaros que tengan un bello cantar, y sobre todo, su verdadera majestuosidad se encuentra en su repugnante esencia de rata.
No ha tomado su dosis de engaño y siente que la realidad se distorsiona nuevamente. Los humanos sin cráneo saludan a la rata, la aceptan, la respetan y la aprecian.
"Tanto cariño es empalagoso, me ahogo en dulzura y amor"-Dice la rata a los humanos que no pueden oírla ni verla.-
¿Cuáles humanos? ¿Desde cuándo el suelo de ladrillo tiene forma de humano?
¡Ah, sí! Desde que dejo de entender cuál era la verdadera realidad, pero nadie tiene a su disposición semejante poder. Lo sabías, inconscientemente, y ese fue el causante de todo tu desorden.
¡Alucinaciones! Ahora los humanos tienen cráneo, pero la realidad azota con fuerza las paredes de su mente dejando el subliminal eco de lo contrario.
Nadie le recita bellos cantares de pájaros con plumaje dorado, nadie le dice lo majestuosa que es, nadie acepta a una rata en su vida. Es preferible tener cerca a un caníbal que a una epidemia.
Ahora su único consuelo se encuentra en su realidad opuesta, en donde una rata es una mariposa que es alabada con bellos cantos de aves doradas y en donde los humanos aceptan a las plagas.
Su otra realidad solo se basa en el peso del aislamiento que provoca su realidad adversa al sentir que el suelo es su vida, su inspiración, tal vez su mejor amigo o así lo consideran los mismos ojos que también observaban al pequeño cuervo.
"Debo agradecerle a las sombras, después de todo, son las que patrocinan mi viaje a mundos paralelos"
Algún día se dará de cuenta que nadie patrocina sus viajes...
-En edición-