JUNIOR
Realidad, golpearme duro contra ella es lo que necesito, asimilar todo lo ocurrido en las últimas semanas. Algunos pueden decir, las cosas que nos desmoronan ocurren para que cosas mejores ocurran, darnos aquello que no sabíamos necesitar pero queremos; al menos eso es lo que estuve escuchando últimamente de mi madre.
Ni siquiera logro encontrar una conexión, el inicio de todo, podría decir que exagero, desde el principio estuvo fuera de mis manos. Solo era cuestión de tiempo, tardo, pero estallo, delante de mí y de la peor forma. El día no me ayuda a estar de mejor ánimo, creí que venir a donde todo comenzó me ayudaría, me equivoque. Haber venido al Bunker's, la cafetería más cercana fue una mala idea, decoración de los ochenta, mayormente usada por vejestorios, y la terraza moderna, en blanco y negro, usada por jóvenes.
Ahora mismo la terraza está repleta, algo extraño siendo época de vacaciones. Mientras veo al otro lado de la calle, el causante de todo se alza insistiéndome a volver, escapar, olvidar; todo lo que necesito es volver atrás.
Hacer las cosas diferentes, darme solo un poco más de tiempo: despedirme del césped sintético, los pases, la capitanía, los aficionados. Pero ya es historia, una que me gustaría no haber conocido y de la cual no me haya enamorado. Lo tenía todo y ahora estoy vació, tan vació, que no le encuentro sentido a lo que me prepara la vida.
El ruido de la silla corriéndose llama mi atención, veo a Jazmín deslizándose por la mesa junto a Lucas tomando asiento frente a mí. Estoy seguro, que mis ojeras, no pasan desapercibidas por el par de enamorados que tengo en frente. El Friki, como siempre con su teléfono en mano es quien más me apoyo en todo esto, un genio en las computadoras y fastidiar a mi hermano.
Todos tienen la imagen de nerd, como unos gordos con anteojos, viviendo en el sótano de sus padres; pero la realidad está muy lejos. Lo único que tiene en común con esa imagen, son los anteojos, el resto es todo lo opuesto, uno de los mejores corredores, pero siempre falla al recibir o dar pases. Puede ser un tonto, pero lo salva la ternura que muestra, siempre sonriendo, con sus ojos negro protegidos por sus anteojos y pelo carbón que su novia siempre se encarga de arreglar, como ahora.
Aunque no le sirvió mucho con Jazmín, al principio no sabía cómo comportarse, llego al punto de ser un acosador e invadir sus redes sociales. Cuando le dio una oportunidad, no volvieron a separarse, todos pensamos que nunca le daría una chance, pero nos equivocamos, la líder de las animadoras, le dio una oportunidad al más tonto del equipo de fútbol americano.
No se pueden alejar, tanto que ella es su chófer personal, no la juzgo tienen algo muy sólido. Cualquiera moría por estar con ella, una rubia despampanante con ojos azul claro, aunque todos le escapaban, era desagradable cuando nos acercábamos. Pero Lucas puedo conquistar a la rubia, el Friki y la Rubia, opuestos muy compatibles.
Jazmín toma mi mano y clavo mis ojos en los suyos mientras tomo una profunda respiración, ahora es parte del equipo y nos tomó cariño.
—¿Qué tan malo es? —pregunta acariciando mi mano haciendo que la vista de Lucas se pose en mí.
—Demasiado como para tener que dejarlo —digo y con eso espero tengan todas las respuestas que necesitan.
—Mierda —dice Lucas rascándose la cabeza dejando el teléfono en la mesa—, sabes qué cualquier cosa cuentas con nosotros.
—Lo sé, siempre cuento con ustedes —les regalo una sonrisa y aparto mi mano jugando con el menú del bar.
Como puede ser posible, una vida cargando con defectos, lidiando con comentarios... ahora, simplemente no puedo dejarlo, este nuevo golpe destroza mi vida le da una vuelta inesperada ¿Cómo dejar algo que estuvo para mí en los peores momentos? Me podía hacer olvidar todo sintiéndome afortunado, aunque lo demás sea un caos, ahora me veo obligado a dejar aquello que alguna vez me salvo.
¿Qué se supone que haré ahora? ¿Cómo se puede reemplazar algo tan significativo?
Dicen que no debo dejar que esto me afecte, pero como superar si fue un golpe que no vi venir. Sumando que mi familia no me deja respirar evaluando mi reacción en todo momento, no quieren que cometa una estupidez, y lo entiendo, pero tienen que entender que no es fácil, si lo dejo lo haré a mi tiempo.
—¿Sigues en la tierra o te fuiste al planeta rubio? —dice Lucas trayéndome a la realidad.
—¿Un poco de ambos?
—Entonces encuentra el punto medio —lo miro enarcando las cejas esperando a que continúe—, imagina que se trata de un virus...
—No seas idiota, es lo que lo tiene así —espeta Jazmín golpeando la parte baja de su cabeza.
—Déjame acabar Rubia —soba su golpe y centra su mirada en mi—, un virus que arruina tu ordenador, que ni siquiera formatearlo lo borra. Equipo viejo, más virus potente, igual a ordenador arruinado ¿Qué haces cuando se jode tu ordenador?
—¿Compro otro? —digo sin comprender su explicación nerd.
—Lo reemplazas, cuando tienes que dejar algo no lo abandonas, lo cambias. Solo tienes que encontrar con que lo reemplazas.
—Amo tus explicaciones nerd —dice la rubia agarrando el rostro de Lucas, para comerle la boca.
¿Reemplazarlo? Dicho con sus palabras Friki tiene sentido, pero no es tan fácil, no se trata de un virus y un ordenador. Se trata de mi vida y una enfermedad que arruino mi futuro, que ahora tire a la basura.
Me pierdo en la escalera esperando a que la camarera traiga mi orden, cuando mi vista se centra en la única persona que sube con el teléfono pegado a su oído, con una sonrisa forzada, ocultando el cabreo que tiene. Su mirada se ve apagada pero no evita que lleve la cabeza en alto como si nada le preocupara.
No logro apartar mi vista de la bajita con su cabello lacio cayendo por su espalda, siento que de algún lado la conozco, pero no logro descifrar de dónde. Pasa por mi lado y sus ojos conectan con los míos antes de apartar la mirada, no puedo quitarme el presentimiento de conocerla, me giro observándola golpear con su mano la mesa, vuelve a mirarme y como si la incomodara esconde su rostro detrás del menú.