JUNIOR
Es extraño ver por los pasillos panfletos de obras de teatro, concursos de escritura, pinturas en las paredes, alumnos tarareando alguna canción o algo que incentive la creatividad, me siento en alguna absurda imitación de East High de High School Musical con la única diferencia que no hay deportistas. Parece tan lejano cuando todo lo que veía eran vitrinas de trofeos y camperas de los equipos, ahora mi vida se convirtió en un musical donde todo lo que puedo hacer en estas paredes es alimentarme del origen de las artes y la creatividad que parece desbordar.
No sé qué es peor si encajar o no volver a ver aquellos pasillos donde las rivalidades entre equipos latían en el aire, todo lo que observo son alumnos sumergidos en sus proyectos dirigiéndose a los talleres. Podría decir que esto es un respiro, pero no puedo engañar a nadie, es mi pesadilla vuelta realidad, es la despedida a la vida que tenía a una que juran es mejor cuando la realidad es que estoy necesitando los gritos del entrenador y el sol pegándome en la cara mientras recorro el campo de un extremo al otro.
Llego al salón donde todos comienzan a salir, el ruido de la pelota picando contra el piso me desespera observo a Owen que atrapa la pelota en sus manos y vuelve a tirar continuamente, tomo aire y observo a todos salir esperando a Maia, no sé a qué se deba tanta demora, supongo es normal cuando tiene la manía de revisar dos veces si tiene todo y no olvidar nada. Todo el que pasa nos saluda mientras mi vista esta fija en la puerta esperando que salga, el golpe de la pelota me da dolor de cabeza por lo que me separo de Owen poniéndome junto a la puerta cansándome de que sea tan lenta para salir.
Owen me observa divertido mientras se guarda la pelota en el bolsillo parándose junto a la puerta saludando al profesor que sale antes que Maia aparezca, la tomo del brazo tirándola hasta mi dónde su pecho choca con el mío, sus ojos se abren de susto y luego con sorpresa al verme. En Game Over acordamos tomarnos esto con calma y así lo hago al buscarla y llevarla a la salida, claro que aún tiene sus ratos de distancia y esos momentos los está pasando en la sala de música, pero no puedo evitar el tenerla cerca y hacernos dueños de todas las miradas.
—¿Qué haces? —pregunta apoyando sus manos en mi pecho buscando distancia que no le doy.
—Lo olvidaste –digo a lo cual mira hacia un lado y humedece sus labios—, arte dramático bajita –susurro agachándome ganándome un cabezazo cuando se incorpora de golpe.
—Mierda era hoy –espeta dejando sus manos caer—, no pienso ir rubio, fue divertido tu venganza y me divertí, pero...
—Lástima que ya estas inscripta –dice Owen cruzando sus brazos sobre su pecho mientras me froto la cabeza—, si te asusta mi hermana tranquila que estamos los dos contigo y no estas obligada a hacer nada con ella.
No sé qué tanto me tranquiliza el hecho que se refiera a los tres como un equipo cuando no confió en él con todo este asunto, la suelto dándole espacio donde sus ojos no paran de observarnos, no sé qué piensa, pero se quita la mochila y me la entrega, no dudo en tomarla mientras camina hasta el auditorio donde Owen pasa su brazo por sus hombros diciéndole lo divertido que será. Maia esta rígida ante su toque voltea viéndome detrás de ella, pero como si aquello no le quitara la inquietud estira su mano hacia mí que no dudo en tomar mientras el brazo de Owen aún permanece alrededor de su cuello.
Su mirada esta fija en el suelo mientras nuestras manos no se sueltan a medida que avanzamos por los pasillos y todo el que pasa no le quita los ojos a Maia que es ajena a todos. Visualizo la entrada del auditorio con el decano en la puerta del auditorio junto a la profesora que conocí la semana pasada, Owen la suelta y entra apurado mientras nos observan entrar y asiente observando a Maia, creo que nadie creía que viniera. Tira de mi mano sentándose en el fondo lejos de todos, Owen nos observa desde la mitad, dejo nuestras cosas a un lado mientras levanto el posa brazo y la acerco a mi dónde se recuesta contra mi pecho viendo al frente.
—Siempre hacen todo juntos –susurra y levanta la cabeza para verme—, Owen y tú.
—Antes lo hacíamos todo –respondo sintiendo como toma mi mano entrelazando nuestros dedos—, luego cada uno hizo sus cosas hasta solo compartir el futbol, la banda, ahora esto.
—¿Te anotaste por obligarme? —su pregunta no me sorprende mientras su vista está en nuestras manos apoyándose en mi hombro.
—Al cambiarme me anote por Aveline –sujeto su mano cuando intenta soltarse—, para ella es muy importante, dijo seria divertido por lo que accedí, luego te conocí y dije porque no compartirlo juntos.
—Porque esta ella –susurra y acerco su mano a mis labios dejando un beso en la palma.
No quiero que de nuevo Aveline se meta ya daño demasiadas cosas por sus celos, si poner distancia le sirve para entender que ya no es lo que me interesa no me molesta después de todo lo que hizo no creo que le importe tanto si ahora la quiero lejos. No sé cómo pude haberlos perdonado estuvo cuando más apoyo necesite y por eso me siento en deuda, pasamos tanto juntos que no me imagino haber estado con otra persona, solo que a veces siento fui muy blando incluso discutí con Charles por el simple hecho de no tomas la debida distancia.
Noches de insomnio pensando cuando había pasado, como comenzó, aun nada me cierra y dudo que lo hayan dejado, temo que se terminen destruyendo como hicieron conmigo, no sé hasta qué punto puedo confiar o no en alguna persona. Verlo cerca reanima el odio con el que aun cargo, parece irreal el poder que se tiene para destruir uno puede llevar años construyendo y de un momento al otro todo se destruye. Por eso que no me ando a la ligera con lo que quiero, quiero vivir al máximo todo lo posible antes de tener algún otro golpe, no necesito tener el recordatorio de lo que perdí y por eso me aferro a todas las cosas que se crucen por mi camino.