MAIA
No creí tener la necesidad de estar con alguien, siempre se sintió bien estar sola, ahora parece que me estuviera acostumbrando a tener a mi lado quien me apoye, escuche y haga caer abruptamente una y otra vez a sus ridículas ideas. Verlo fue casualidad, que se fijara en mi fue un accidente que me cuesta aceptar, a veces dudo que sea real, es como si todo lo referente a él proviniera de un libro o una mala película de romance.
A la distancia noto su ancha espalda junto al brillo dorado que le brinda el sol a su pelo, los gustos jamás están cien por ciento definidos cambian con nosotros, cuando en el pasado me fijaba en castaños de ojos marrones, ahora me fijo en rubios de ojos color cielo. Corro tan rápido como puedo intentando llegar a él, no logro llegar, mis piernas son cortas y mis pasos pequeños, la distancia crece y el cielo se vuelve tormentoso.
Unas manos se deslizan por su cuello hasta enredarse en el nacimiento de su cabello, uñas rojas resaltan al tirar de su cabello provocando que incline su cabeza, no puedo moverme, sus manos desaparecen al frente. Gira trayendo el recuerdo de la traición, Aveline me observa con sus ojos azules mientras se pierde en un beso con el rubio, Owen pasa por mi lado, intento tomar su brazo, pero este se desvanece al hacer contacto con su piel.
No de nuevo.
-Siempre serás el reemplazo -se separa del rubio apoyando su cabeza en su torso, Owen se posiciona a su lado tirando el cuerpo de Aveline hacia él-. Son míos fantasma, así como Owen me eligió una vez, ambos me volverán a elegir.
Mis piernas fallan, ambos me observan controlados por las garras de la arpía que tira de la remera del rubio hacia ella y besa a Owen marcando el punto de ser la primera opción en la vida de ellos. No puedo correr, no puedo dejar de ver como los tres sonríen hacia mi dirección siendo los tres parte del mismo juego en el que ya me vi enredada.
-Rubio -murmuro viendo como besa el cuello de Aveline mientras los labios de Owen le comen la boca.
Me remuevo en la cama sintiendo mi cuerpo pesado mis piernas se enredan en las sabanas haciéndome caer, abro los ojos siendo consciente de que estoy en mi cuarto y todo se trató de un mal sueño producto del miedo, quiero tener la capacidad de poder confiar en las personas, solo que perdí dicha suerte. No recodaba lo que se sentía confiar en un extraño hasta que apareció el rubio con sus ojos despampanantes y sonrisa cautivante a revolver toda mi realidad; ser consciente de que a pesar de la distancia él siempre va a estar ahí, cada que lo necesite correrá a ella no hace nada por la confianza que le deposito.
Quiero creer que no se va a repetir, pero las pruebas están delante mío, sus acciones, todas conducen a él, sus provocaciones, berrinches y amenazas son para volver a acaparar toda la atención dejándome en las sombras hundida en la miseria que provoca. No quiero seguir otorgándole poder, voy a darle guerra como nunca antes me atreví a hacerlo, pero si uno de los dos decide volver a su lado, simplemente me encontrare sola luchando no solo con el odio, además estaré peleando con el vacío de la traición que ellos acarrean.
La ansiedad hace estragos en mi quitándome el apetito y el sueño, el insomnio suele ser fácil de controlar, una taza de té o alguna infusión que ayude a dormir, oír música, leer o contar ovejas en mi caso nada sirve ¿Por qué? Mas que dormir tengo la extraña inquietud recorriendo mi cuerpo de estar toda la noche despierta, en donde por mi cabeza pasan las imágenes de una vida lejos de estas paredes, por lo que mi noche se pudo haber resumido a solo cuatro horas de sueño interrumpido por mi mente inquieta que no me deja descansar culminando con un sueño que se siente real.
Cada día que pasa, es un día menos, más presión y exigencias, los días en los que tengo clases esos problemas no están, pero los días como hoy, donde no tengo un escape, el insomnio y la ansiedad aumentan esperando la interrupción con la pregunta que más temo responder. Me estiro alcanzando mi teléfono viendo la hora, siete de la mañana y mis ganas de dormir se evaporaron como la posibilidad de sumar un mínimo de cinco minutos más de sueño.
Me siento en el piso recargando la espalda en la cama, refregó mis ojos, paso mis manos por mi pelo despeinándolo y estiro los brazos antes de darme pequeñas bofetadas en el rostro; observo mi habitación cayendo en cuenta que hace una semana estaba preparándome para ir con el rubio y terminar despertando con él. Aun se me hace loco el desenlace de las cosas, tras su intento de recrear la escena de la película no me soltó dejándome recostada contra su pecho viendo una película cursi y con escenas que me hacían sentir incomoda hasta que nos llamaron a comer. Adore a sus padres y a la pequeña rubia que tiene de hermana, ahora Charles, enserio quería matarlo mientras todos reían de sus comentarios acerca de nosotros: siendo el postre del otro, él siendo super considerado dejando condones en el baño, murmurándole cosas al rubio que lo hacían reír, asentir y observarme. Sin contar que amanecer con una remera de su hermano intensifico sus comentarios que se detuvieron cuando la pequeña rubia apareció usando una corona.
Enserio quería matar a su hermano, agradezco que el rubio no siguiera ninguna de sus indicaciones y todo lo que hizo fue dejarme maquinar mentalmente que algo pasaría cuando todo lo que hacía era estar pegado a su teléfono y luego hacerme un lugar a su lado tras darme su remera para que duerma. No besos, no insinuaciones, solo él, abrazándome y pegándome contra su cuerpo toda la noche, me quería quejar solo que estar tan cerca de él y amanecer en la misma posición, debo admitir me gusto, no sé qué vaya a pasar en el futuro solo sé que caigo y no sé si sentir miedo o afecto por él.