JUNIOR
detenidamente, intentando averiguar de dónde vengo tan alterado, suspiro perdiéndome en las preguntas sin formular en su cara.
Necesito un poco de realidad y ver las cosas desde otro ángulo que no sea el de la traición, porque me apoyo desde el inicio en todo sabiendo de que Maia le hablaba, la relaciono enseguida pasándome su número y dirección, entregándomela por ser aparentemente mejor. Lo odio en este momento estoy odiando la basura que se convirtió tras conocerla, si siente cosas por ella como es que no se atrevió a encararla, maldito animal, nada de esto tiene sentido lo que haya pasado parece ser suficiente para tirar la toalla.
—Owen salió con Maia —se muerde los labios y la aparto—, maldición Jaz, lo sabias y no pensabas decirme —grito tirando de mi pelo.
—Se lo comento Tobbi a Lucas y escuche —me toma la mano evitando que tire mi cabello—, no quiero problemas entre ustedes.
—Habla —niega, resoplo sabiendo es una tumba para contar secretos—, entonces lo hare yo, Owen acaba de confesar allá abajo que ama a Maia —rio de forma cínica golpeando el tronco—. De hecho, la ama hace tiempo y no me dijo nada, tengo que andar a escondidas para saber que quien me gusta es la misma persona de la que por años dijo no le correspondía ¿Por qué me ayudo?
Toma mi puño entre sus manos observando la piel pelada en los nudillos, la presiona entre sus manos midiendo que palabras usar. Quiero saber que paso realmente entre ellos, no quiero estar nadando en algo que puede ser quebrantado en cualquier momento por el peso de viejos recuerdos, porque tenía que estar en aquel bar, porque no podía ser el primer día, que me aclarara quien era Maia, no me habría acercado.
Teníamos un pacto y con esto lo volvió a romper, no es solo lo que significa para él, es lo que representa querer a la misma.
—Deja de divagar —toma mi rostro centrando nuestras miradas—, jamás vamos a saber cómo funciona Owen, pero conociéndolos, juro por mi relación con Lucas, que tienes más en común con ella que Owen —niego—. No tires todo lo que hiciste a la basura por él, desde que la conoces eres distinto, incluso te ves mejor que cuando estaba Aveline.
Me muerdo el labio ante la mención de la sanguijuela que no hace otra cosa que meterse y atacar para tener todo lo que quiere, promesas que tengo que cumplir y no quiero, hoy más que nunca la quiero lejos y aun así no puedo dejarla. Odio, rencor, rabia ¿Cómo es que una persona puede tener tanto y volcarlo a una persona? Suspiro intentando procesar todo con la cabeza fría, pese a que todo arde y quema con la sola imagen de Maia con Owen.
¿Qué sientes Maia? Deja el silencio agobiante al que te aferras, cierro los ojos intentando respirar profundamente pero no funciona cuando viene a mí la imagen de Maia y Owen, no quiero estar acá, prometí no pelear y no es momento de traer cosas que pasaron. Observo a la rubia que no me quita los ojos de encima, porque parece que más de uno tiene problemas con Maia siendo tan nueva y desconocida, más bien parezco ser el único que era ajeno su existencia.
Golpeo reiteradas veces mi cabeza contra el tronco intentando pensar que hacer, necesito salir sin levantar preguntas o que alguien me detenga, si Tadeo abre la boca a lo que Owen dijo no dudaría en partirle la cabeza, si Owen se entera que escuche su confesión a Tobías no sé cómo lo volvería a ver. Maldición, Tobías claramente sabe todo lo que paso y no me sorprende que le sea fiel a aquella basura que se hace llamar amigo, veo a Jazmín volteo contra el tronco viendo a Maia aun con Lucas y a Ameli con Gastón que la sienta sobre la mesa mientras Kevin la vigila comer chocolate.
—Buscas su guitarra, me quiero ir —decido sin apartar la vista de la pequeña que disfruta lo prohibido.
—Lucas convenció a Maia de conocer a Magger —la miro con sorpresa—, sabes cómo es, quiere perfección y necesitan ensayar —me aclara.
—Hablare con Magger, pero hoy no puedo quedarme o ver a Maia cerca de Owen.
Asiente y palmea mi mejilla, me apoyo en el tronco viéndola ir a la casa, me aparto en dirección a la parrilla donde mi hermana al verme enojado me tiende del chocolate que algo reacio acepto, no quiero siquiera saber de dónde lo sacaron. Veo los ojos grises de Kevin buscando quien de los dos le dio lo que tiene permitido en ocasiones de chantaje encontrando su culpabilidad cuando sonríe, tiro de su pelo negro que necesita un corte ganándome la risa de mi hermana ante el grito de lamento de mi amigo.
—Deja de chantajearla —lo observo notando una marca en su cuello inclinándolo más y notar dedos marcados en su mejilla—, eso es un chupón y bofetada ¿Quién fue?
Gastón parece interesado de mi descubrimiento ya que toma mi lugar tirando su pelo detallándolo, lo empuja y ambos reímos ante el sonrojo que se instala en su rostro quien haciéndose el tonto busca una forma de evadirnos. Tal parece que este año trajo no solo a Maia, sino que también alguien a Kevin que se encarga de alejar a toda la que se le acerca.
—Miren nada más, alguien logro derretir tu corazón de piedra —ríe Gastón— ¿La conocemos?
—Porque no te vas a molestar a otro —espeta rascándose la cabeza donde tiramos su pelo—, sí que duele, princesa que dices si después le pegamos al príncipe.
Mi hermana me observa con ojos bien abiertos y una sonrisa amenazante que me da miedo, ya tiene la idea fija en su pequeña y retorcida cabeza, voy a tener que recurrir a ser el hermano odiado, chantaje o meter algo que le interese más.
—Lo perdimos —murmura Gastón disfrutando fastidiarlo.
—A todo esto ¿Por qué no te apartaste todo el día de la parrilla, desde que vine no te despegas? —pregunto curioso viendo como voltea hacia la piscina.
—Todos están muy tensos y con Tadeo cerca lo último que quiero es que se acerque —observo al pelirrojo en una tumbona con el teléfono—, creo que incluso él tiene a alguien en su cabeza —observa de reojo a Kevin que lo empuja en una clara indirecta.