"I can't believe I ever breathed without you."
(No puedo creer que haya estado respirando sin ti).
Kelly Clarkson
—¡Señor espere! —el taxi paro en seco. Mientras intentaba salir a toda prisa para ir por mi unnie, a quien como toda una irresponsable no había recordado que estaba en el parque cerca de la cafetería.
Corrí lo más rápido que pude, hasta que mis pulmones exigieron oxígeno y pare cerca de la cafetería.
Si ella estaba cerca, le llamaría y esperaría ahí.
Le llamé, una y otra vez pero no respondió, así que opte por llamarle a Tae, pero el tampoco respondía y en serio me estaba empezando a preocupar mucho.
Digamos que estar divagando a media noche por las oscuras calles solamente iluminadas por la luna y las lámparas sin nadie quien te acompañe si es aterrador.
Empecé a caminar hacia el parque, les iba llamando a ambos y ninguno respondía.
Si los encontraba ahí, pensaba reclamarles por no contestar el estúpido teléfono teniéndolo.
•••
—¿Quién eres tú? —le preguntó Tae a Jin mientras no dejaba de mirarlo retadoramente.
—Soy Jin, amigo de Yoss, nos conocemos hace un tiempo. —dijo Jin con naturalidad.
Tae se me quedó observando sin decir una palabra su expresión a decir verdad, aún se veía algo molesto.
—¿Por qué llorabas, osita? ¿Este imbécil acaso te hizo algo? —aunque no lo dijese sus ojos parecían cuchillas y en caso de que lo hubieran sido, jin ya estuviera hecho pedacitos.
No lo malentiendan pero Tae en serio daba miedo molesto, y era la primera vez que lo observaba así, pero no quisiera verlo molesto otra vez, el debe ser feliz, si se enoja le saldrán canas verdes.
—Tranquilo, osito. Solo tenía mucho tiempo sin ver a Jinnie, es por eso que lloré. —dije acariciando suavemente su mejilla con mi mano derecha para que se relajara.
—Perdona Osita, me altere un poquito al verte llorar, soy un osito rabioso cuando se trata de ti. —dijo mientras besaba mi frente.
—¿Y yo estoy pintado o que? —solto Jin interrumpiendo el momento. Por lo que ambos lo miramos con enojo. —Ya ya, tranquilos...¿Son novios o por qué tanta confianza?
—No, aún... —respondio Tae sonriéndole a Jin y dándome un beso en los labios.
—Creo que ya deberíamos irnos, es tarde y quiero dormir —dije soltando un bostezo—. Jinnie, ¿Dónde te quedarás?
Estaba empezando a caminar hacia la calle cuando choqué con alguien y nos caímos al suelo.
—Auch —dije sobando mi cabeza, cuando me levantaron por el cuello de mi blusa. —Oye- ¿Winny?
—¿¡DONDE ESTABAS ORGANISMO PLURICELULAR CON CEREBRO POCO DESARROLLADO Y POR QUÉ NO CONTESTAS EL MALDITO TELÉFONO!? LLEVO MEDIA HORA LLAMÁNDOTE. —gritó winny, mientras me sacudía del cuello, a lo que yo sólo reía— ¿¡DE QUÉ TE ESTAS RIENDO!? NO HE DICHO NINGÚN CHISTE.
—Es que tu cara da risa jajaja.
—Ti ciri di risi —dijo con enojo—, como sea, solo quería ver que te encontraras bien, realmente me preocupé pero ya debo volver. —miro a Tae— ¿La llevas por mí? —él asintió— te veo mañana, unnie.
Nos despedimos y empezamos a caminar, después de tanto debatir le ofrecí a Jin quedarse en mi casa, a lo que Tae rápidamente se negó, logré convencerlo, pero no sé le veía muy tranquilo así que también le ofrecí quedarse.
Nos fuimos en el auto de Tae y llegamos rápido, todo el camino se llenó con un silencio incómodo, uno que yo incontables veces trate de romper pero era sofocante.
Al llegar ninguno tuvo hambre así que pasamos directamente a las habitaciones, Jin se quedó en la de invitados y Tae insisto en dormir conmigo así que no me negué, me sentía muy segura y cálida en sus brazos.
A la mañana siguiente, todo transcurrió normal, la conversación entre Tae y Jin era mucho más amena, pero yo podía dejar de pensar en todo y en nada a la vez.
El pensar que tenía frente a mi a dos personas maravillosas de las que me enamoré me hizo sentir algo cohibida.
Terminando el desayuno solo quería un poco de aire fresco, sin nadie a mí alrededor. Salí y comencé a caminar hacía un parque cercano pero para mí mala suerte no fue lo que planeaba.
—¿Por qué estás llorando? —le pregunté sin resentimiento.
—¿Te interesa saber?
—Claro, si vamos a ser amigos debe haber confianza, ¿no?
—Supongo.
—Vamos, cuéntame... —dije sentándome a su lado y acariciando su cabello— Jungkookie.