Habían terminado las clases y ya estaba dentro de mi automóvil, rumbo a mi casa.
Sonaba en la radio una canción que me encantaba, era en español y aún así me encantaba, mi secreto es que sabía hablar muy bien español. Por los viajes que mis padres en los negocios que hacían en las empresas.
-Siempre ha sabido que tus besos matan, que tus promesas riman con dolor... -canto a todo pulmón.
Si que me encanta esta canción, entonces al ponerse rojo el cemaforo, veo a alguien al lado mió y no puedo creerlo, es Max, el chico del cuál vi entre mis recuerdos vagos, cuando perdí la memoria. El chico que vi era el, era Max mi ex-novio. Entonces el también posa su mirada con la mía y sin darme cuenta aún sonaba la canción y al mismo tiempo el semáforo paso de rojo a verde y no podía moverme. Ambos nós veíamos y no sabíamos que hacer, pero volvimos a la realidad cuando los demás tocaban el claxon del carro. Entonces nos movimos rápidamente. Yo seguí mi curso y seguía distraída.
Sin darme cuenta, ya estaba en mi casa y adentro. Tome una ducha y me puse una ropa más cómoda. De repente alguien toca la puerta. Que raro, aún Jack no debería estar aquí.
Pero aún así abro la puerta. Y otra vez quedó pasmada.
-Max... -Es lo único que puedo pronunciar.
-T/N, hace tanto tiempo-sin darme cuenta, este me abraza y me pega más a él.-te extrañé tanto. -De repente siento mis ojos arder, y recuerdos de nosotros llegan en mi mente.
No puedo controlarlo y también lo abrazo con la misma intensidad.
Duramos unos minutos abrazados y luego nós separamos.
-Ven, pasa Max.
-Seguro no molestó?
-No, claro que no.
Entonces se adentra y lo invito a que se siente en la sala.
-Entonces que ha sido de tu vida?
-Bueno, no se si te enteraste del accidente que tuve.
-Lo se T/N, me entere el día de las noticias, me destrozó saber lo que te había sucedido. Pensé que...que habías muerto.
-Lo siento por preocuparte.
-No lo lamentes.
-Bueno, respondiendo a tu pregunta, me ido muy bien, recupere la memoria, entre a la universidad, estudiando lo que más me gusta hacer. Y tú?
-Bueno, cuando supe lo que te paso, caí en una depresión y tuve que ir al psicólogo para recuperarme y también estoy en la universidad, conocí a una chica que ahora es mi novia, se llama Alexa. Llevamos 5 meses.
Algo dentro de mi se sintió vacío y hasta dolió, pero lo oculte con una sonrisa.
-Qué bueno que hayas conocido a alguien.
-De hecho, ella me ayudo a superar mi depresión y se lo agradezco por hacerlo.
-Debe ser gran chica.
-Lo es.-me siento un tanto perdida en mis pensamientos.-T/N...?
-Sí?
-Estás bien?
-Si, estoy bien.
-Ya tengo que irme, fue bueno hablar contigo y saber que estás bien.
-Gracias Max.
-Por qué?
-Por preocuparte.
-Esta bien, no es nada.
Luego se levanta y esta por salir de la puerta, pero se voltea a mirarme de nuevo.
-T/N?
-Sí?
-Aún me sigues en mi corazón, y se que los momentos que tuvimos, siempre estarán presentes aquí -señalo su cabeza-y aquí-luego en su pecho. -No te pido volvamos, porque ya tengo a alguien más, pero lo que quiero es que no te alejes de mi, estás de acuerdo con eso?
-Si... - corrí a abrazarlo.
-Recuerda siempre lo que hoy te acabó de decir, y espero que seas feliz.-me da un beso en la frente.
-Esta bien.
Luego nós separamos y el sale de mi casa, lo veo abrir su puerta del carro y me mira, esa misma mirada de hace tantos años y ahora ya no me pertenecen, ya sus besos no son los míos, sus caricias también y solo lo veo como algo inalcanzable. Me abrazo a mi misma por el frío y solo me despido con una mano y sonrío para ocultar mi roto corazón.
Entonces lo veo marcharse y vuelven las lágrimas, es momento que mi amor por tí, acabe aquí, en este preciso instante.
***
Había pasado una hora y ya Jack se encontraba frente a mi, en la entrada de la puerta con su hermosa sonrisa.
-Hola mi lady.
-Hola Jack. Pasa.-le devuelvo con la misma sonrisa.
Entonces nós encontramos en la sala sentados en medio de una mesa y con nuestros cuadernos y lapicero en mano. Ambos no sabíamos como empezar.
Hasta que se me ocurrió decir.
-Jack, quieres un café?
-Esta bien. -Me levanto y voy a la cocina, me pongo a preparar el café y unos minutos después ya esta listo. Entonces vuelvo a la sala con dos tazas de café.
Y el, al verme me sonríe y toma una taza. Lo veo soplar y se me hace tan tierno.
Al verlo tomar, se forma una hermosa sonrisa.
-Haces el mejor café del mundo.
Me hizo sonrojar.
-Oh, no es nada, es sólo café.
-Pero que dices mujer? Si esto esta delicioso.
-Oh! Ya basta! -siento mis mejillas arder.