¡Pip! ¡Pip!
Ese era el sonido del despertador; mire la hora y ya eran las 6:50 Am, y debía ir al instituto a las 7:50 Am.
Si... Un nuevo día, un nuevo motivo para odiar mi vida. Me dirigí al baño y me di una larga ducha, fui directo al closet con pesadez. A mi pelo se le formaron ondas naturales y decidí ponerme unos jeans negros, unas vans negras con azul, una blusa azul de tirantes y una chaqueta negra.
Salí de casa sin desayunar, ya era costumbre, últimamente no estoy comiendo lo debido; antes podía ver tres hamburguesas y me las comía enteras, ahora suelo comer menos de la mitad.
Me fui de casa sin antes despedirme, me dirigí en mi moto al instituto porque me encanta como el aire cubre mi cara y la adrenalina que corre por mis venas al conducirla.
•••
Ya me encontraba en la entrada del instituto, camino segura por los pasillos de este. Todos parecen notar mi presencia ya que siento las miradas de todas las personas que se encuentran en el pasillo, pero no les pongo ni la más remota atención; visualizo a Kiara, supongo que está en su casillero.
<< claro que está en su casillero idiota>>
*¡cállate! estúpida conciencia.
<< Dios te dio ese cerebro para que lo uses>>
*gracias por tu poca ayuda que por cierto no me sirvió para nada- pienso sarcástica.
<<el conocimiento es poder>>
Creo que me he vuelto loca, ahora hasta hablo conmigo misma; Bueno, camino derecho a donde se encuentra Kiara y la saludo.
- ¿qué hay engendra? - le digo divertida.
-hola Sam- dice ella contenta y me regala un gran abrazo.
-bueno, se supone que tú me ayudarías a instalarme, ¿lo recuerdas? - digo obvia.
-oh, sí claro- apunta hacia un pasillo- a la izquierda se encuentra la secretaría, ve a que te den los horarios de clases y luego te enseño el lugar- asentí y me dirigí donde me indicó Kiara.
Ya adentro de la oficina de la directora; si.... la secretaria me dio mis horarios, pero, la directora quería verme, básicamente me explicó el reglamento de la escuela, pero yo me perdí después de escuchar: hola Samantha.
Bueno, en estos momentos me encuentro saliendo de dirección, pero al abrir la puerta me encuentro con alguien y choco.
-Ten más cuidado, idiota- sí, suelo ser muy grosera últimamente.
-pero si tú fuiste la que chocaste imbécila- dice para luego mirarme de arriba hacia abajo- uh... carne fresca- eso sonó demasiado estúpido, pensé- mi nombre es Ashton- dice extendiendo su mano.
Yo lo miro con indiferencia y me voy sin decir nada, si, lo dejé con la mano tendida en el aire, pero siento que me agarran la muñeca.
- ¿qué quieres? - digo seca, no tengo tiempo para estar desperdiciando con inútiles.
-a ti- dice sonriendo pícaro. Yo me río con superioridad.
-Jajá, ni en tus sueños- dije.
-te voy a conseguir niñita, no tienes por qué hacerte la dura o difícil conmigo, yo siempre consigo lo que quiero- me susurró en el oído con un tono de arrogancia.
-Ya veremos- dije y lo dejé con la palabra en la boca.
De lejos pude localizar a Kiara quién me miraba con una enorme sonrisa.
-Ya veo que conociste a Ashton- asentí dándole la más mínima importancia- es un verdadero patán.
-Creo que me di cuenta- dije cansada- ¿qué te toca?- cambié de tema.
-Química; ¿a ti?
-Lo mismo; por lo menos nos toca una clase juntas- sonreí y nos encaminamos a nuestra aula.
Al llegar a la clase me senté al fondo al lado de Kiara ya que me gustaba la vista hacia la ventana. Era algo bonita.
El profesor entra a la clase y revisa su listado para luego mirarnos- veo que tenemos una nueva alumna- dijo este dedicándome una cálida sonrisa; profesor era joven, parecía de unos veinticinco años. Era guapo. Pero no importa.
-Señorita Jenner puede venir al frente y presentarse por favor- me pare y en estos momentos me toca presentarme.
-Bueno, me llamo Samantha Jenner y odio ese nombre así que llámenme Sam. Odio la mayoría de las cosas, les recomiendo que no me hablen, no me gusta la vida ya que esta lo único que te brinda es dolor y además no me gusta ser sociable como ya habrán notado, ¿para qué amar la vida si esta es solo un infierno? - el profesor no dijo nada y los alumnos se quedaron sorprendidos por lo directa que fui; me dirigí a mi asiento y Kiara me sonrió con tristeza porque ella sabe la razón por la que soy así. Me mantuve el resto de la clase callada y mirando la ventana fijamente.
El timbre sonó y ya era hora para ir a almorzar, seguí mi trayecto a la cafetería; ya con mi almuerzo en mi bandeja que consistía en una manzana, una hamburguesa que no me comería completa y una botella de agua. Me dirigí a la mesa donde se encontraba Kiara sentada.
Estaba comiendo muy bien hasta que alguien me toca el hombro- ¿qué quieres? - dije secamente. Entré hoy y ya me estoy hartando de este instituto.
-No te sorprende verme aquí amiguis- la reconocí al instante- noto que has cambiado de gustos ah...y tú también Kiara- dijo tocando mi chaqueta y mirándonos de arriba hacia abajo con asco escondido detrás de una sonrisa.